El impresentable Dieterich: ¿bufón o tarifado guardián de los enemigos del pueblo venezolano?

El impresentable e inefable, ayer mismito, insiste en su información “Maduro implosiona en Abril”. Después de sus propuestas, para hundir al modelo político-económico de Chávez (eliminación de los controles de cambio, someter la economía venezolana al rigor de los “precios cibernéticos del mercado”, aceptar la realidad de que ya no son posibles alternativas anticapitalistas ni democráticas, y se debe poner fin a la quimera socialista de Chávez o hacer estallar, desde adentro, mediante una lucha de fracciones entre chavistas, “las fantasías de Chávez”), pasa definitivamente, a campo descubierto, al ataque: el bufón exige que aceptemos un gobierno de transición ( “salvación nacional” según el detritus) cohabitando con el fascismo, ya que “totalmente seguro, Maduro cae en 8 (ocho) semanas.

El supuesto defensor de un izquierdismo desbocado (y emblema de ciertos críticos de la Revolución Bolivariana), resulta que no pasa de ser un tarifado guardián de los enemigos del pueblo venezolano.

Y el canalla, cree que dispara a mansalva: “Maduro cae”. Y desde CNN exige una vergonzosa rendición “Maduro debe formar con Capriles Radonski un gobierno de salvación nacional, para salvar a Venezuela de la guerra civil”. Las declaraciones y consejas golpistas del tarifado bufón tienen destinatarios precisos. La finalidad es “morder” un segmento del chavismo, y así debilitar las fuerzas de la unidad que soporta y es el anclaje seguro de la defensa de la Revolución Bolivariana. Y confrontar, a la vez, la política de paz del gobierno revolucionario.

Dado que la estrategia “salir de Maduro ya”, el golpe de Estado continuado carece de apoyo político y militar en la sociedad venezolana y los gobiernos de Sur América, la presión imperial se intensifica: y aparecen los propios rostros de las fuerzas que movilizan y dinamizan la conspiración fascista contra la patria (Kerry anunciando sanciones y amenazando que los EEUU “puede apretar” hasta reventarnos). Y entonces, los abyectos de siempre, simulando sabiduría cínica, con su realismo patético y el apoliticismo de sus medidas económicas, se unen al coro: ríndanse que los tenemos sitiados.

No es exagerado afirmar, en esta coyuntura política, que la posibilidad del desequilibrio de la correlación de fuerzas que efectivamente establezca el escenario de la guerra civil y de un régimen de fuerzas o Estado de excepción (apalancado el Departamento de Estado), depende de si el bloque neofascista y la derecha en su conjunto alcanzan el punto de ebullición que desespera a Enrique Aristiguieta Grakmco, Fernando Gerbasi, Quiroz Corradi y a los fascistas de nuevo cuño. Esto es, la presión política y social suficientemente que asegure, mediante el miedo al miedo, el terror y el chantaje, inmovilizar políticamente a la mayoría democrática y pacífica de la patria. La derecha y los asesores gringos, saben perfectamente que en términos políticos esa es su única opción: el uso de la extrema violencia (por una minoría fascista) que establezca las condiciones políticas y militares similares al caos de Egipto, de Libia, Irak y Siria. Caos que el Chile de Allende y el bombardeo destructivo e inclemente del Barrio “Chorrillos” de Panamá, nos dice como bate el cobre la extrema derecha y el imperio.

Ni el guarimbeo relacionado con la coyuntura inmediata post las elecciones del 07 de diciembre, ni la aceleración de los planes de la estrategia “salir de Maduro ya”, tienen la pegada política, ni el alcance insurreccional de la “chispa que incendie la pradera”. Y allí, se decide todo o casi todo. Que la pradera, se incendie depende de si la presión de la violencia extrema (localizada, por ahora en zonas de clases medias) nos inmoviliza políticamente. Y en esa línea delgada, los chavistas unidos en torno a la política de paz del gobierno revolucionario y los comandos anti-golpe, tenemos que pararnos firmes. No vaya a ser, que después de todo, el antiguo asesor y el ex ministro aquel que hoy dice (cobardemente) “las medidas económicas que vienen van a doler demasiado”, aparezcan asesorando o dirigiendo el paquete de ajuste neoliberal del “gobierno de transición fascista”.

Y también, después de todo: ¿aprendieron algo los “fans” de Dieterich? ¿Aprendieron que no es lo mismo dar clases de lucha que asumir la lucha de clases?

Para esos “fans”, que son honestamente de izquierda, que presentan desde la izquierda radical, las necesarias e indispensables críticas a las insuficiencias y carencias de la Revolución Bolivariana: en estos momentos de eminente peligro de la patria, es inaceptable confundir la militancia de izquierda con las posiciones políticas del tarifado bufón amamantado por los enemigos del pueblo venezolano.

Podría haber sido Roque Dalton, pero va de Otto Rene del Castillo, un poeta guerrillero, que fue asesinado por el ejercito guatemalteco.

INTELECTUALES APOLÍTICOS

Un día,

los intelectuales

apolíticos

de mi país

serán interrogados

por el hombre

sencillo

de nuestro pueblo.

Se les preguntará,

sobre lo que hicieron

cuando

la patria se apagaba

lentamente,

como una hoguera dulce,

pequeña y sola.

No serán interrogados

sobre sus trajes,

ni sobre sus largas

siestas

después de la merienda,

tampoco sobre sus estériles

combates con la nada,

ni sobre su ontológica

manera

de llegar a las monedas.

No se les interrogará

sobre la mitología griega

ni sobre el asco

que sintieron de sí,

cuando alguien, en su fondo,

se disponía a morir cobardemente.

Nadie les preguntará

sobre sus justificaciones

absurdas,

crecidas a la sombra

de una mentira rotunda.

Ese día vendrán

los hombres sencillos.

Los que nunca cupieron

en los libros y versos

de los intelectuales apolíticos,

pero que llegaban todos los días

a dejarles la leche y el pan,

los huevos y las tortillas,

los que les cosían la ropa,

los que les manejaban los carros,

les cuidaban sus perros y jardines,

y trabajaban para ellos,

y preguntarán

¿Qué hicisteis cuando los pobres

sufrían, y se quemaban en ellos,

gravemente, la ternura y la vida?

Intelectuales apolíticos

de mi dulce país,

no podréis responder nada.

Os devorará un buitre de silencio

las entrañas.

Os roerá el alma

vuestra propia miseria.

Y callareis,

avergonzados de vosotros.


fclugo50@gmail.com


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Francisco Cedeño Lugo


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