Ni ECOcapitalismo, ¡ni FAOsocialismo!

En la inauguración del congreso constituyente ambientalista y ecologista gestionado por el ministerio del ambiente, el presidente Nicolás Maduro, sentenció que es imposible el ecocapitalismo, con lo cual coincidimos, pero en realidad, hermano con todo respeto, creemos tampoco es compatible el faosocialismo.

Una de las primeras acciones que hizo el compañero Nicolás Maduro, como Presidente, fue recibir el reconocimiento de la FAO, por el cumplimiento de las metas del milenio sobre el hambre, que tiene sus bemoles, algo así como que le dieran un premio Grammy a Chávez por su “Aló Presidente”. Imaginamos que bueno, se recibía para difundir los logros de la revolución. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando el presidente, con el mismo discurso de la FAO señaló “…el problema del hambre no radica en la falta de alimentos, sino en el acceso…” exactamente lo que dijo Raúl Osvaldo Benítez, Director de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, entrevistado por Walter Martínez en Dossier, el 4 de abril 2014. Y además solicitó “…oficialmente a la FAO…ayuda para un programa especial de asistencia técnica y extensión rural, para ampliar la producción y los niveles de calidad en la producción alimentaria…tenemos 33 millones de hectáreas cultivables, nos faltan 30 millones por cultivar…” (http://www.aporrea.org/venezuelaexterior/n230903.html).

Ahora bien muchos sabemos cuál ha sido el papel jugado por la ONU, FAO, CGIAR, etc., desde 1.945 en la expansión del dominio mundial del modelo capitalista, desarrollista (industrialización, urbanización, tecnificación de agricultura, institucionalidad cientificotécnica), extractivista, mercantilista, productivista, científico-técnico, eurocéntrico y “ambientalista”. La FAO con todo su personal e infraestructura científico-tecnológica, ha estado al servicio del capitalismo agroindustrial mundial y su economía de mercado, desde allí se “asesoró al mundo” a través del CGIAR, en la expansión de la llamada “Revolución Verde” que transformó los alimentos en materias primas y mercancías (tóxicas además). Sirviendo de fachada “de expertos científicos neutrales y sin fines de lucro”, el resultado de su ejercicio histórico es el predominio mundial de los sistemas de producción de la Rockefeller. Fue y es financiada por la Fundación Rockefeller, Bill y Melinda Gate, Mc Cormick, Heinz, Deere, Monsanto, BM; y un sinfín de compañías y fusiones, las cuales hoy en día son las multinacionales, que dominan el mundo. Fueron instrumento de la doctrina Truhman, después de la segunda guerra mundial; desde donde se dividió el mundo entre países civilizados y atrasados; en primer, segundo y tercer mundo; entre industriales y periferia; entre desarrollados y en desarrollo.

Pero pareciera ahora son nobles, buenos, justos. De la noche a la mañana, se convirtieron en socialistas, sustentables, pluripolares, multiétnicos, pluriculturales, respetuosos de los diversos saberes, haceres, cosmovisiones y cosmovivencias ancestrales. Ahora son altruistas, desinteresados, neutrales, apolíticos y debemos acogernos a su rigurosidad, sapiencia, justeza, a la gerencia de ilustrados supranacionales, para ahora sí producir “alimentos”. Perplejos nos quedamos cuando compañeros de la izquierda venezolana, aplaudieron tal decisión. Consultamos el 10 de mayo de 2014, la pág. de la FAO (http://www.fao.org/tc/private/agora_es.asp) y expresa contundente:

“Como organización, la principal responsabilidad de la FAO es ayudar a los países miembros, específicamente a los países en desarrollo (entre ellos Venezuela), a fortalecer el sector privado local, en particular las asociaciones de agricultores, agroindustriales y empresariales. Sus actividades también se fundan en la premisa de que los recursos necesarios para cumplir los objetivos del Milenio relacionados con el hambre y la pobreza tendrán que completarse, en su mayor parte, con recursos e inversiones del sector privado. El objetivo último de la FAO es reducir la pobreza y asegurar que nadie sufra hambre” (subrayado y comentarios en cursiva nuestro).

Creemos no hay que hacer comentario alguno, la FAO se afincará en la empresa privada venezolana en su “programa especial de asistencia técnica y extensión rural”….Y ¿que nos mandarán? Sus empaquetados tecnológicos, más la ingeniería genética, biotecnología, omg, pero no sólo para los ricos, esta vez se “socializaron”, los campesinos están incluidos, a acceder a mercados locales, tecnologías, insumos, semillas, etc. traerán sus expertos y sus recetas tecnológicas para la “Agricultura Familiar” para tecnificar nuestras culturas y al fin erradicarlas (http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/rlc/larc33/diario_larc33_3.pdf); y (http://www.rlc.fao.org/es/conozca-fao/prioridades/agricultura-familiar/). La Madre Tierra será ecología o ambiente, la relación con el conuco, será gerencia, el conuco será una eficiente y científica unidad de producción o agroecosistema, los campesinos y conuqueros serán pequeños empresarios agrotécnicos, se incorporarán a mercados locales, a la lógica del capital, se modernizarán, se incluirán a “proyectos agroindustriales de alimentos sanos”. Es decir viene un desarrollo agrícola paralelo a menor escala, con su neo academia y todo, que termina nutriendo desde mercados locales, los mercados centrales y comerciales; o estableciendo mercados paralelos.

La FAO habla ante América Latina y el Caribe con un lenguaje aparente, conciliador, arbitral, incluyente, pero tienen un histórico prontuario mundial capitalista-destructor. De la FAO, no nos vendrá socialismo. Es como esperar que la Conferencia Episcopal nos ayuden a construir el socialismo en Venezuela, y si José Graziano y Raúl Benítez, son socialistas, es como esperar que un papa izquierdista, ponga el vaticano al servicio de los pobres. El FAO-Socialismo es ECO-Capitalismo, es eurocentrismo, es desarrollismo, es tecnificación de las culturas, es el predominio del mundo basado en relaciones científicas, es economía de mercado para los antes excluidos, disfrazado con nuevas ciencias holísticas.

Se pueden estar concretando las orientaciones de la FAO al pie de la letra, al ver las mesas de diálogo y paz del sector “agroalimentario” con FEDECAMARAS, FEDEAGRO, FEDENAGA, PORCICULTORES, AVICULTORES, ALIMENTOS POLAR, entre otros.

Por otro lado, el “ambiente” es una científica y sutil creación del capitalismo mundial (PNUMA), para lavarse la cara ante los destrozos y etnocidios que comete. Desde la “ecología” sacan las recetas mundiales para salvar y cuidar al “planeta” así como los especialistas que saben de eso. Se destruye el territorio y por tanto la cultura Yukpa; y se sueltan 50 venados, para eso sirve “el ambiente”. Son los planes mundiales del capitalismo a través de la FAO, con su maraña de conceptos creados como “desarrollo sostenible, sustentable, rural integral, mercados locales, acceso, créditos, tecnologías, biodiversidad, germoplasmas, recursos fito y zoogenéticos, gestión sostenible o sustentable”. Por eso requieren un movimiento de “ecologistas, ambientalista”, para barrer los destrozos que cometen y establecer una especie de cerco disciplinario donde someter a campesinos y originarios “excluidos”, para “civilizar científicamente” sus saberes, haceres, cosmovisiones, cosmovivencias; expandiendo su dominio cultural, hasta donde hoy no habían llegado.

Sabemos de muchos compañeros valiosos, honestos, comprometidos con la emancipación de los pueblos, que participan en el “ecosocialismo”. Los alertamos a que analicen si por la FAO no se estará trepando por el mismo andamiaje institucional del dominio unipolar, sustituyendo ciencias y haciendo reformas epistemológicas que favorecen lo que creemos combatir.

Prevenimos a los compañeros que pugnan por un socialismo interdisciplinario y un modo de vida científico, sobre la alfombra “roja” que tiende la FAO. Recomendamos mucho debate histórico cultural, pues nos parece que el poderío científico, político y económico del faosocialismo, los pudiera avasallar hacia otros derroteros.

Al final, hay un pugilato entre visiones científico-técnicas del desarrollo e intereses de clases (ecocapitalismo, faosocialismo) y ecosocialismo, que excluyen la perspectiva cultural, concibiéndola sólo como “saberes y haceres ancestrales o campesinos”, sin considerar la cosmogonia, cosmovisión y cosmovivencia de nuestras culturas, que nos diferencian de la dominante. Al no romperse con el eurocentrismo y su cosmovisión (dios-hombre-naturaleza o ateo-hombre-recurso natural); con el modelo de desarrollo y su institucionalidad nacional e internacional; sucumben las revoluciones, se retornar al capitalismo y perpetúa la hegemonía euroantropocéntrica. De la mano de la FAO (y países aliados) se infiltraran los transgénicos a mediano plazo, y a corto plazo la “Agricultura Familiar”, será otro modelo a menor escala, diseñado por expertos foráneos y nacionales, con su nuevo andamiaje disciplinario, su cientificación de las culturas y su economía de mercados locales.

…..Como lo dijo Chávez “Patria Soberana”


*Militante de C.A.R.I.A.C.O.

cariaco.vzla@yahoo.com.ve


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Andrés Avellaneda

Prof. IDECYT-UNESR- Miembro del C.A.R.I.A.C.O.

 andresavellaneda42@yahoo.com

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