No escribiré esta vez sobre los logros de la revolución, tampoco dirigiré mis líneas a atacar a la oposición que bajo sus distintos matices pretenden aplicar una regresión política, social y económica entreguista al servicio de los intereses foráneos, sobre ello he esbozado bastante a lo largo de los casi cuatro años que llevo escribiendo en aporrea, en los más de cien artículos publicados en ese portal, que ha servido de ventana para el debate revolucionario desde las posiciones más divergentes en el marco de la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Hoy escribiré sobre la importancia que tiene la crítica en cualquier modelo revolucionario, que pretenda luchar por un mundo más justiciero, que esté disponible para las clases desposeídas, los olvidados de siempre.
Veamos entonces de dónde venimos; una sociedad capitalista dependiente del rentismo petrolero, que especialmente en la última década del siglo XX apostó por el neoliberalismo, plagada de una corrupción galopante enquistada en las cúpulas políticas cómplices de la usurpación de la riqueza nacional, con conexiones dependientes de potencias extranjeras que se hacían de nuestros recursos mientras el país se endeudaba con organismos multilaterales de las finanzas imperiales.
La Revolución Bolivariana llegó con Chávez para romper con ese ciclo de perversión corrupta, capitalista y entreguista, y por el contrario apostó por crear una nueva ética, eso sí socialista y mediante el desarrollo de una política soberana. Sobre esos criterios cualquier proceso de transformación social que intentemos desarrollar pasa por la capacidad de enfrentar audazmente y de manera frontal el Sistema Capitalista, castigue la corrupción y garantice la soberanía e independencia nacional como el bien más preciado.
En esa base el papel que juega la crítica es fundamental, Chávez (2012) lo expresó claramente en diversas oportunidades, pero especialmente en el Golpe de Timón: “La autocrítica es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacío (...) Donde salga la autocrítica, no le tengamos miedo a la crítica, ni a la autocrítica. Eso nos alimenta, nos hace falta (...) Triste es que nos quedemos callados, para que no me llamen piedrero”. También otro enorme líder Revolucionario del cual no podemos dudar su influencia en todo el Continente Fidel Castro lo expresaba en su entrevista a Ramonet (2006) en los siguientes términos:
“Nosotros confiábamos en la crítica y en autocrítica (…) Ese método, tal como se estaba utilizando, ya prácticamente no servía. Porque las críticas suelen ser en el seno de un grupito; nunca se acude a la crítica más amplia (…) Hay que ir a la crítica y la autocrítica en el aula, en núcleo y después fuera del núcleo, en el municipio, y en el país (…) Debemos atrevernos, debemos tener el valor de decir las verdades. No importa que digan los bandidos de afuera y los cables que vengan mañana o pasado (…) Y esto no es hablar mal de la revolución. Esto es hablar muy bien de la Revolución, porque estamos hablando de una revolución que puede abordar estos problemas y puede agarrar el torito por la cola” (pp. 682-683).
Sobre el particular Marta Harnecker recientemente galardonada con el Premio Libertador al Pensamiento Crítico lo expresaba a razón del encuentro de intelectuales, socialismo y democracia desarrollado por el Centro Internacional Miranda en 2009 “…Creo que estas palabras de Fidel deben hacernos reflexionar en el momento en que este tema está en plena discusión en Venezuela” (CIM, 2009, p. 260), Díaz Rangel (2009) opinó en su momento a propósito de tal evento “El Presidente Chávez debe ser el primero en sentirse satisfecho, nadie como él ha estado estimulando la discusión sobre socialismo del siglo XXI”.
Pérez Pirela sobre la crítica nos indica:
…es un deber moral hacer un llamado de atención a aquellos que creen que los intelectuales sólo están allí para echar chistes cultos o hacer reír a la élite. O a otros que piensan que los intelectuales sólo existen para criticar y reaccionar de frente a la derecha y sus invitados exógenos. Todo ello está bien. Pero el intelectual también es aquel que con ideas, metodologías e instrumentos teóricos puede investigar, crear paradigmas y tratar de entender y comunicar ese milagro que los pueblos realizan a diario con sus acciones (…) Realizar dicho trabajo teórico es por ello terreno fértil para la crítica, como instrumento que nos permite enderezar el camino y marchar con paso firme. Ser intelectual y no ser crítico es un contrasendido (…) Hay quienes critican toda crítica que venga desde la revolución por el único y simple motivo: quieren mantener el monopolio de la crítica. Esto desgraciadamente se toca una parte del oposicionismo y una parte del chavismo (CIM, 2009, p. 270)
También otro importante político nacional Rodrigo Cabezas nos indicaba que “…En la construcción del socialismo el espíritu científico y la intolerancia son incompatibles. El primero se sustenta en la libertad de investigación y de crítica, el segundo se aferra y apoya en el dogma; el primero busca la verdad, el segundo lo tiene todo resuelto, es calco y copia.” (CIM, 2009, p. 262)
Destacan este listado de importantes actores del acontecer política Nacional y Mundial y su posición frente a la crítica, a propósito de los acalorados debates que se han venido dando y en especial atención a lo que se refiere a la posibilidad de dar un gran debate nacional sobre los principales problemas y nudos críticos que tiene el país.
Chávez luego de haber reaccionado efusivamente frente aquel evento, en especial por las críticas que se hacían sobre el Hiperliderazgo, fue capaz de reflexionar por su indudable convicción ideológica, y en una llamada al programa de VTV “A toda Venezuela” que dirigía Ernesto Villegas en entrevista con Juan Carlos Monedero decía “…Tengo aprender a delegar más, Juan Carlos, es lo que tu decías … cosas sobre el liderazgo, el Hiperliderazgo … es cierto … yo recuerdo incluso cuando ustedes dijeron eso yo reflexioné mucho, hay gente que no le cayó bien… Hay que aprender a delegar, que se desplieguen todas las potencialidades en los distintos niveles de Gobierno… me estoy asumiendo en los errores fundamentales”. La rectificación de Chávez tiene un alto contenido político como mensaje colectivo al pueblo venezolano y esa capacidad única de la humildad y la grandeza que lo hacía único.
Tal es la importancia que tiene la crítica y la autocrítica en un proceso revolucionario, que un Gigante de la estatura como Hugo Chávez, lo asumió en las distintas etapas de su vida, no se puede menospreciar a quienes escriben o realizan aportes teóricos en esa dirección, ello no implica que quienes cumplen ese papel no desarrollen acciones concretas para la transformación social, recordemos que era el mismo Comandante quien además predicaba con su ejemplo “Leer, leer, leer, escribir, escribir, escribir, hacer, hacer, hacer”, y esas son las tareas de todo revolucionario que aspire a la construcción del socialismo, por ello mi solidaridad y aliento con aquellos que con base y ejemplo han asumido su posición crítica y autocrítica, pese a la lluvia de descalificaciones con las que han sido atacados. También mi comprensión con aquellos que bajo mucha presión han caído en la trampa de la pelea entre compañeros de lucha, recordemos que los enemigos son la Burocracia, el Capitalismo y el Imperialismo, también sus fantasmas locales: la corrupción, la ineficiencia, el clientelismo y el burocratismo. Los verdaderos contrarrevolucionarios se han alimentado de ello siempre.
Chávez, H. (2011). A Toda Venezuela. Juan Carlos Monedero y Hugo Chávez en "Toda Venezuela" 13/07/2011. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=1HF1Oa9zjLY
Chávez, H. (2012). Golpe de Timón. Disponible en: http://www.aporrea.org/media/2012/12/golpe-de-timon.pdf
CIM (2009). Comuna Pensamiento crítico en revolución. Intelectuales democracia y socialismo. Caracas: CIM
Ramonet, I. (2006). Cien Horas con Fidel. Disponible en: https://es.scribd.com/doc/62235483/100-Horas-Con-Fidel
Díaz Rangel, E. (2009). Abrir la Discusión. Publicado en Últimas Noticias, Junio, 14, 2009