Al contrario de lo que tal vez otros crean, no creemos que tenemos la verdad absoluta, ni pretendemos ser la última gaseosa del desierto. Lo que queremos hacer es precisamente que nuestros dirigentes y próximos diputados a la AN sean totalmente lo contrario: que sean herramientas del pueblo trabajador y revolucionario, que no se crean más que el común trabajador de a pie por el sólo hecho de salir en prensa y tener un curul. Eso es lo que queremos, y no es demasiado pedir. Es común, escuchar sobre todo en gente mayor, que proviene de otras experiencias políticas la frase “…es que no hay gente… ya todos están corruptos… ¿de dónde sacamos a una nueva dirigencia?” Cosa la cual afirmo día tras día que no es nada más que un mito, que los 15 años de proceso revolucionario en Venezuela así lo demuestran, y que lo demuestra también el proceso constituyente de Marea Socialista. Gente sí hay camaradas, dirigentes hay, tal vez no “históricos”, pero sí luchadores y honestos. 15 años de proceso revolucionario y de debate político de socialismo, participación democrática, cambio y revolución no pasaron en vano. Hay un grupo tremendamente importante de dirigentes políticos, luchadores sociales y combatientes revolucionarios que se formaron a raíz de este proceso, no sólo escuchando, sino debatiendo y muchas veces exigiéndole a Chávez, quien a pesar de varias actitudes soberbias no perdía de vista que a la gente no sólo se le hablaba, sino que también se le escuchaba con atención.
Una parte de esas personas, porque no creo que todas, son las que se están acercando al proceso constituyente de Marea Socialista, todas aquellas personas que quieren continuar construyendo ese proyecto nuevo, que deja atrás lo viejo y que no tiene miedo de ponerle cara a la corrupción; que un momento fue representado a través de Chávez, y que luego de todos estos años, aprendimos que hay que hacerlo con mucho esfuerzo y con las enseñanzas y sabiduría que hasta ahora hemos acumulado en este proceso revolucionario. Entre ellas está, que si queremos llegar al punto de no retorno del proceso revolucionario, su dirección tiene que ser necesariamente colectiva, democrática y pedagojizadora. Tenemos que hacer del Golpe de Timón nuestra consigna, tenemos que dar el cambio de rumbo que Chávez, como muchos otros, vio que era necesario hacer hace años.
Desde hace un par de semanas, muchos me han preguntado ¿quiénes serán los candidatos de Marea Socialista? Y mi respuesta ha sido que eso lo decidirá la gente, militantes y organizados de Marea Socialista en cada uno de los lugares correspondientes. Y esta respuesta, en las conversaciones que he tenido, ha sido necesaria explicarla a profundidad, y afirmar que NO tiene la intención, de ser una respuesta evasiva como la que tal vez pueda hacer un dirigente de la MUD o un vocero de algún ministerio, NO. Esta respuesta, contiene en sí, el hecho de que creemos firmemente en la capacidad de la gente y del pueblo revolucionario en decidir quién quiere que gobierne, de qué manera, con quiénes, y en qué condiciones. Exigir eso, y hacerlo, no es una utopía, es lo más real y concreto que se puede hacer en estos momentos para poder salvar el proceso revolucionario de las garras de quienes creen que es correcto obtener beneficios por tener un cargo, y de quienes ven al pueblo como un sujeto pasivo, vacuo.
Eso es, entre otras cosas, lo que queremos con este proceso constituyente, que todas y todos empecemos a dar ese Golpe de Timón, a construir la revolución y a hacer ejercicio democrático participativo permanente. Construir una dirección colectiva desde las bases opinando y decidiendo sobre los temas de mayor importancia en cada momento. Y esa dirección colectiva se encuentra en el pueblo, no en dirigentes juveniles opositores como Ricardo Sánchez, no en exRCTV, no en los hijitos e hijitas del Ministro/Gobernador/Diputado/, no en viudas que explotan vergonzosamente el nombre del marido hasta más no poder como Sol Musset, y mucho menos en jóvenes vestidos de viejos: haciéndose la vista gorda de la corrupción y aterrizando en el circuito que le sea asignado como tarea.