El chavismo: mirar hacia adentro y calar sus fuerzas

I

Rectificar  y alinear  horizontes

La situación actual puede ser analizada y evaluada como el alcance de “una operación” político-ideológica, diseñada y realizada por el bloque imperial-oligárquico, para crear el escenario donde se libra el combate e implantar su interpretación del momento político, en un vasto sector de la sociedad venezolana. Está emplazado un asunto  espinoso, y para nada maquillable, que exige rectificar y alinear los horizontes del chavismo.

Es menester producir intervenciones políticas que cambien las coordenadas  de tal presente y  reafirmar nuestra identidad como una revolución auténtica: el pueblo  aguarda por el acto fiel, que fractura y desarticula el dispositivo político-ideológico que desencaja contenidos cruciales de la subjetividad chavista y se decide la potencialidad del chavismo,  para erradicar la red de relaciones sociales capitalistas,  “en un acto de libertad efectiva, uno se atreve a romper” con el sistema de dominación y coerción del  capital y desatar la emancipación del poder del pueblo.”

Enfatizamos que es ineludible hacernos cargo evitar de la actual  estructura del orden ideológico imperial-oligárquico (las  nuevas figuras ideológicas, los dispositivos  bio-políticos y las estrategias de la neuro-política o el neuro-marketing): el desacuerdo político (la lucha de clases) tiene su expresión consistente en el campo de la ideología. Entonces:

Primero. Es imprescindible y perentoria una revolución ideológica y de paradigmas que potencie el poder transformador del chavismo.

Segundo. Es primordial generar y posicionar una “Revolución Cultural”, con la finalidad de rectificar y alinear los horizontes del chavismo.

Sin  “revolución  ideológica” y cambios de paradigmas, es imposible asegurar la puesta en común de la vida, la democracia participativa, la igualdad, la producción-reproducción de las condiciones materiales de existencia y la soberanía de la patria.

El chavismo debe mirar hacia adentro y calar su fuerza

 1.- Sin arrugar ni oír cantos y propuestas desesperadas, y (sobre todo) asumiendo las contradicciones reales entre la idea de revolución   experimentada en el desempeño del chavismo y  el ideal de revolución   (en el sentido de la emancipación del pueblo y  las revoluciones anti-capitalistas).

La cuestión crucial es revisar (a fondo)  la idea  de revolución puesta en práctica, erradicando nuestras sobredimensionadas debilidades; y afirmando todo lo que tengamos que afirmar y recrear.

2.- Producir y reproducir, en nuestras prácticas políticas,  rupturas con el sistema de dominación. Hay política revolucionaria, cuando “el orden natural de la dominación es interrumpido.” Si esa es la “cosa”, debemos  asumir la política de hacer verdad “la fractura de la más mortal de nuestras marcas erigidas”, por el capital.

3.- Es menester calar vuestras: la defensa-protección  de los Derechos del Pueblo y  Constitución Nacional Bolivariana; constituir el Estado Comunal; plasmar nuevos contenidos socio-económicos y reimpulsar la construcción del socialismo. Entonces:

A.  Organizar y movilizar la iniciativa política el pueblo venezolano contra a oleada neoliberal  que avanza el bloque-imperial oligárquico. Una dura batalla político-legal se avecina en torno de la Constitución Nacional Bolivariana y el Estado de Derecho Social.

B. “A conciencia”, replantear las políticas, formas de organización, métodos y estilos de trabajo, tanto estatales y partidistas,  que  posibilitan la visualización, por un sector significativo de la población, de que el chavismo pierde capacidad y potencialidad,  para dotar de un nuevo sentido  la vida de la nación.  

C. Asumir, la idea   de “todo fracaso político es una derrota teórica”. Al margen de la diatriba y  narcisismo  intelectual, debemos calar nuestras “lagunas teóricas”  y darles un para’o,   ya que son parte sustancial de  las debilidades primordiales que impactan el desempeño  chavista.

II

El sujeto pueblo y el chavismo

En el discurso político-ideológico del chavismo gravitan  elementos   que obstaculizan y limitan los procesos  políticos-ideológicos y organizativos del pueblo como un sujeto activo.

En la cuestión enunciada tiene un fuerte impacto, la incomprensión de los dispositivos y figuras ideológicas vigentes en el sistema de  dominación,  que nos impide “clarificar” cómo  moviliza  y  genera  situaciones políticas el bloque imperial-oligárquico. Insistiremos, una vez más, en este campo  cuestión, desde la siguiente perspectiva.

1.- Nuestras ideas  están fuertemente impactadas por la política de la opinión y  el análisis crítico del discurso. Exactamente por la visión   de la ideología como una falsa conciencia,  y el supuesto de que la crítica de la ideología le desvela al pueblo  aquello que  no mira en la realidad, lo que está oculto en el discurso político de los opresores. Con base de estas dos “creencias” nos planteamos interpretar y explicar la verdad de “las cosas”.

Un programa de Venezolana de Televisión, al respecto,  lo dice todo: “Ustedes se informan, nosotros nos encargamos del análisis crítico de la noticia”.

Ese esquema (en cierto sentido dudoso, si aceptamos que todos y todas no escapamos a la eficacia de los valores de la ideología burguesa), tiene el efecto de reforzar elementos que constituyen el pueblo como un mero y simple receptor de “mensajes críticos”,  como un sujeto reactivo y pasivo.

Si nos limitamos a la idea de  falsa conciencia y  al “análisis crítico del discurso”, no hay combate ideológico propiamente dicho, reina la política de la opinión que desplaza y sustituye  la política de la verdad.  Quizás sea  conveniente y oportuno, re-insistir en esta cuestión. Permítase dos citas  de Jacques Ranciere (El espectador emancipado) “… la mediación de un tercer término, no puede ser sino la ilusión fatal de autonomía atrapada en la lógica del reconocimiento y el disimulo”; “La inteligencia colectiva de la emancipación…Es la puesta en obra de cualquier atributo de los hombres (supuestamente) sin cualidades…hay más que buscar y por encontrar hoy…en la interminable tarea de desenmascarar los fetiches y la omnipotencia de la bestia”.

Grafiquemos, como sigue el punto, en el lapso  (de angustia, confusión y desconcierto) que aguardamos por el análisis crítico que descubre la mentira de la noticia, el trucaje del video,  la manipulación del rumor, en el tiempo en que realmente nos despabilamos, el poder mediático ya hizo su “chamba”.

2.- Veamos la misma cuestión desde determinada estructura de reflexión del sujeto: “reflexión determinada, reflexión externa y determinación reflexiva”

A. Reflexión determinada: el conjunto de elementos ideológicos y conceptuales,  que aseguran la percepción  y comprensión  de la realidad,  que se corresponde con la lógica del capital. La externa: suspensión y exclusión de los elementos que  median la reflexión, de acuerdo con determinado discurso político-ideológico.  La determinación reflexiva: significa, a contrapelo de la reflexión  determinada, la configuración de una novedosa e inédita reflexión,  superando los términos negativos  (la suspensión de la reflexión externa), afirma (positivamente) actos y situaciones políticas  que interrumpen  los mecanismos y dispositivos ideológicos de la dominación.

En Zizek,  “Morfeo le explica a Neo que hay mucha gente común totalmente atrapada (enchufada) a la Matrix, y le dice: aquél que no está enchufado es un agente en potencia."

B. El sistema de dominación político-ideológico del capital, en las últimas décadas, dotado de una consistente complejidad,  de un amplio espectro científico-tecnológico y de la emergencia de nuevas figuras ideológicas, que redimensiona los sujetos  reactivo (él desentendido, el indiferente,  el banalizado, que siempre y en todo caso, asegura la continuidad capitalista) y  oscuro  (el fascista, el partidario de destruir el oponente político y  los vínculos sociales).

Quizás sea necesario precisar que el bloque imperial-oligárquico acelera y profundiza, en los últimos cuatro años, los procesos políticos-ideológicos, para posicionar y consolidar tales modalidades de sujeto oscuro y reactivo,  en la sociedad venezolana.

Entonces: planteamos que el chavismo asuma  una revolución cultural,  como un acto radical (político-ideológico y ético) que signifique  la verdad materializada de la causa emancipadora de la humanidad y restauradora  de las revoluciones populares y democráticas que fracasaron quedaron truncos en procesos: desde la Comuna de París hasta la gesta de Bolívar. De esta manera, la revolución que asegura el sujeto fiel y restaurador.

C. A pesar  de la presunción que visualiza un conjunto de desarrollos teóricos-políticos, en torno de la nueva estructura dominación capitalista, como disquisiciones  sin asidero en  la vida cotidiana, enunciamos tres cuestiones claves, de las cuales no podemos desentendernos.

Primero. La bio-política. Giorgio Agamben  explícita  tal modalidad de  análisis   de   formas  de  vida  producidas por el “modelo bio-político del poder”. Agamben, asumiendo la “antiquísima” integración de la gobernabilidad de la vida de los seres humanos  en el cálculo y el ejercicio del poder,  plantea que:  “…la posibilidad de distinguir entre nuestro cuerpo biológico y nuestro cuerpo político, entre lo que es incomunicable y queda mudo, y lo que es comunicable y expresable, nos está siendo  arrebatada…Y no somos sólo …animales en cuya política está puesta en entredicho su vida de seres vivientes, sino también a la inversa, ciudadanos en cuyo cuerpo natural está puesto en entredicho su propia vida política…es necesario  comprobar, cómo… ha podido llegarse a pensar  la vida nuda y en qué modo… ha llegado a darse con un límite  del cual más allá no pueden proseguir, si no es a riesgo de una catástrofe bio-política sin precedentes”  (“Homo Sacer”).

En su análisis de la gubernamentalidad de todos los aspectos de la vida (“las tecnologías del yo”), además de la clásica unión entre violencia y derecho y   el monopolio de la violencia, desarrolla  la idea del “Estado de excepción”,  del ejercicio  sistemático y permanente de la violencia anómica (los genocidios imperiales de las últimas dos décadas, el guerrerismo destructivo… las “guerras humanitarias…), como  la regla de gobernar el mundo y la vida de los seres vivientes.

De esta manera, aún más brutal y real, que Slavoj Zizek dibuja con su alegoría de “Amor sin piedad”. Ahora todos estamos integrados por el poder imperial, en tanto, sujetos susceptibles, de ser ejecutados, destruidos y aniquilados, con extrema violencia. La violencia imperial amenaza de muerte a todos los seres vivientes. La izquierda radical, los gobiernos democráticos y revolucionarios, están obligados a presentar las alternativas políticas de confrontación, con la puesta entredicho de la vida política, por dispositivos tecnológicos, jurídicos y la violencia caótica o a-funcional: hay que recrear la política, allí donde está amenazada.

Segundo. La neuropolítica.  Un titular de prensa  que ya no  sorprende, “las campañas electorales usan  nuevas tecnologías para leer la mente”.  Y María Alejandra Díaz puntualiza, “Cómo vamos a hacer para hablar a ese venezolano que no nos oye, porque hay una disociación psicótica inducida. En Venezuela aplicaron una estrategia comunicacional basada en el neuromarketing”. Bien, una breve descripción de la neuropolítica:

Creación del  marco que viabiliza la exposición de ideas políticas y valores  de un campo político determinado (el gobierno, partido, etc.)  y  asegurar que el oponente se  “meneé” en dicho marco, mediante el uso de un  lenguaje político impuesto por herramientas y procedimientos de la neuropolítica. (Si el oponente usa tu lenguaje, la victoria está en camino). El manual de George Lakoff, “No pienses en un elefante. Lenguaje y debate político”, es paradigmático respecto del  uso político de la neurociencia:

Las dos derrotas electorales del partido demócrata (USA) por el republicano (las dos administraciones de George Bush hijo) en buena medida  resultan de una “operación neuro-política”, de billones de dólares que “financian  estudios e investigaciones”, para elaborar un discurso y un  modelo de comunicación, que defina la política estadounidense de acuerdo con  la interpretación republicana de los “valores norteamericanos”.   

Lakoff se plantea como problema el análisis que explique el discurso republicano. En un primer momento, aprecia que  “Esta  gente  es  rara.  Vistas  en  conjunto,  sus posturas no tienen sentido”; en un segundo momento, desplaza esa visión y se centra en los valores del discurso republicano “…por qué los conservadores  hablaban  tanto  de  los  valores  familiares…  ¿Por  qué, durante  una  campaña  presidencial… cuando el futuro del mundo se veía amenazado por la proliferación nuclear y el  calentamiento  global,  alguien  hablaría  todo  el  tiempo  de  los  valores familiares.”

Y elabora una propuesta de discurso político, para que los demócratas fracturen el emplazamiento republicano, y que contribuye, decisivamente, al  triunfo de Obama.

El principio básico  de Lakoff es “Enmarcar  el discurso político:  “Cuando  negamos  un  marco,  evocamos el marco…El  enmarcado  tiene  que  ver  con elegir  el  lenguaje  que encaja  en  tu  visión  del  mundo…  Lo primero  son  las  ideas.  Y  el  lenguaje  transmite  esas ideas, evoca esas ideas…en tu discurso y en el debate político, no utilices su lenguaje.”  

Precisamos ciertas  claves de Lakoff:

A. “Las ideas son lo primero… Uno  de  los  errores  más  graves   es  pensar que (tenemos) ideas de sobra…Que  lo  único  que  (nos)  falta  es  acceso a  los  medios.  O  quizá algunas frases mágicas e impactantes…Cuando  piensas  que  lo  único  que  te  falta  son  palabras,  lo  que  realmente  te  faltan  son  ideas.  Las  ideas  surgen  bajo  la  forma  de  marcos…el  uso  correcto  del  lenguaje  comienza  por  las ideas —con enmarcar  correctamente  las  cuestiones  importantes,  encuadrado  que  refleja una  perspectiva   coherente” (entre el lenguaje y el ejercicio de la política).

B. “Los  conservadores,  a  través de  sus think  tanks, descubrieron  la  importancia  de  los  marcos  y  cómo enmarcar cada cuestión clave. Descubrieron  la  manera  de  unir  a  los suyos… En  el  mundo  progresista  no  ocurre  nada  parecido,  porque  hay  mucha  gente que  piensa  que lo bueno  es  lo  que  hace  uno…Es  una auto-derrota”

C. La   neurociencia   nos   dice que  los conceptos estructuran  nuestra mente y que pueden cambiarse simplemente porque alguien nos cuente un hecho. Los hechos  se  nos  pueden  mostrar,  pero,  para  que  nosotros  podamos  darles sentido, tienen que encajar con lo que está ya en las sinapsis del cerebro. De lo contrario… No se los oye, o no se los  acepta  como  hechos.” Eso ocurre cuando los progresistas «confrontan a los conservadores con los hechos». Tiene escaso o nulo efecto…”

D. “…muchos  progresistas  oyen  hablar  a  los  conservadores  y  no  los  entienden  porque  no  tienen  los  mismos  marcos  que  ellos.  Piensan  que los conservadores son tontos. Y  no  son  tontos.  Ganan  porque  son  astutos...  ¡Piensan!  Para  eso  tienen  a  los think  tanks…“¿Es útil ir a decirle a todo el mundo cuáles son esas mentiras? Para nosotros, no es ni inútil ni perjudicial saber cuándo mienten. Pero recuerda también que la verdad por sí sola no te hará libre.”

E. “Los demócratas  no  paran  de  preguntarse:  «¿Cómo  es  posible  que  los  pobres voten  a  Bush  cuando  les  perjudica  tanto?»  Su  respuesta  es  tratar  de explicarles una vez más a los pobres por qué votar demócrata favorecería sus intereses.  Pero,  a  pesar  de  todas  las  pruebas  en contrario,  los  demócratas continúan  dándose  cabezazos  contra  la  pared…La  gente  no  vota  necesariamente  por  sus  intereses.  Votan  por  su  identidad. Votan  por  sus  valores.  Votan  por  aquellos  con  quienes  se  identifican…No  es  que  la gente no se preocupe nunca de sus intereses …Es  un  grave  error  dar  por  supuesto  que  la  gente  vota siempre por sus intereses.”

III

 Reestructuración del sistema  tradicional de dominación.

Está configurado un nuevo sistema de dominación  con base de la primacía en un orden ideológico que posibilita desarticular  los dispositivos  que aseguraban el modelo cohesión social post Segunda Guerra Mundial  (el Estado de bienestar, el capitalismo con bridas). 

El actual orden ideológico del capital, replantea las preguntas ¿Por qué se adoptan decisiones y situaciones en contra de nuestros intereses? ¿Por qué existen contradicciones entre lo que decimos creer y lo que realmente hacemos?   ¿Por qué seguimos soñando capitalistamente?. 

A. El sujeto libre y la libertad de elección.

La modalidad de sujeto libre que posibilita la ruptura capitalista con los lazos feudales  de servidumbre y señorío,  el sujeto “propietarios libres” que concurre al mercado de mercancías, ahora está recargado por novedosos e inéditos dispositivos ideológicos.

El antiguo “sujeto libre” es reproducido por la fantasía ideológica de la libre decisión, o como dice el filósofo mediático Fernando Savater, la sociedad mundial está poblada por “individuos que tienen  el coraje de elegir libremente”, dotados del apego apasionado por su “libertad  de elegir”,  en una sociedad consiente construir sus  biografías  individuales,  desentendidos de los vínculos sociales, de la puesta en común de la vida.

A contrapelo: amansados y controlados con “el velo de la fantasía”  de que la vida cotidiana no está  estructurada   por un determinado orden político- ideológico, socio-económico y militar.

Se nos exige confrontar  los procesos de crear sujetos por las plataformas de la biopolítica y el neuromarketing, con base de  intervenciones y prácticas políticas fundamentadas en  los antagonismos sociales del capitalismo tardío (la catástrofe humanitaria–trabajo precarizado, desempleo, exclusión y desposesión de los bienes comunes), y la oposición entre libertad formal y libertad efectiva: si estamos dispuesto a dar la batalla, en cualquier terreno, contra el orden del capital.

B. La ideología invisible, despolitización  y   vida cotidiana.

La dominación es suficientemente efectiva cuando la eficacia ideológica es invisible; cuando está enfocada y localizada  en aquellos lugares de la  vida que asumimos como no-ideológicos y apolíticos. Podemos delimitar, determinada  estructura de la dominación ideológica  como sigue:

Primero.  En la lucha de clases,  la burguesía hace sujeto. 

Segundo.  El capitalismo  separa  lo ideológico y lo no ideológico,  lo económico y lo extra-económico. Ellen Meiksins Wood precisa que “el capitalismo es único en su capacidad de separar el poder económico del extra-económico, esta operación implica que  el poder económico del capital puede llegar más lejos que  el alcance de cualquier poder político o militar concebible”.  Habría que agregar que lo económico tiene un lugar privilegiado, hoy más que nunca, en el orden ideológico del capital.

Tercero.  En el presente,  los dos procesos enunciados están articulados por la generalización del campo de acción de lo apolítico. Y quizás en Venezuela estemos topados con un caso paradigmático, de lo que podemos denominar: la política presentada como apolítica y de la ideología como no   ideológica; y  la explotación, exclusión y desposesión socio-económica que resulta además de la producción, de la huelga general del capital.

En un reporte del Instituto de Evaluaciones de Estratégicas (USA, 2003) se expone  que “La excesiva concentración en Chávez, no estuvo acompañada de un programa  que enunciase clara y constructivamente los principios y los objetivos políticos de la oposición…Encuadrar el programa dentro de las nuevas corrientes del pensamiento de la región, o sea con la sensibilidad de aparejar las demandas de un mercado libre, con una democracia electoral viable.”

Esa carencia, que hoy la MUD lleva a un límite cero, es asumida, desde el chavismo, como un flanco débil del bloque opositor; haciendo hincapié en presentar a la oposición como un espacio político que no asume explícitamente su visión y propuesta neoliberal.

Por su parte, el bloque opositor  elude cualquier debate o confrontación política (abierta y desembozada) en el terreno de las ideas y proyecto político. Y hasta ahora son infructuosos los esfuerzos y estrategias orientadas a desencajarla de esa posición política: en estos términos, el chavismo combate contra un oponente ladino y elusivo, en el terreno de la idea sobre la sociedad.  

Más aún: la reciente estrategia político-electoral del bloque imperial oligárquico, operativiza un significativo desplazamiento de la   política sin proyecto político al apoliticismo como política. Respecto de los contenidos apolíticos que circulan  por la red intrincada de su poder mediático, véase los videos de “Yubraska, la bachaquera”, y detállese  los valores que la oposición moviliza en su apoliticismo.

En este punto radica, un cortocircuito  de suma importancia, en nuestras ideas y discurso político obviamos e ignoramos, el real contenido ideológico  (y en especial,  la cuestión de los valores) que son primordiales en la política de  derecha. Una ideología invisible, un discurso político espectral: combate de frente, palmo a palmo, el sistema de ideas  chavista; y explota (sin clemencia) las debilidades del desempeño chavista.

La estrategia de la política sin proyecto político, la política del apoliticismo, de ahora en adelante juega su tiempo de descuento: finalizan los noventas minutos del equipo elusivo y ladino, ahora está exigido por mostrar y demostrar que tiene en la bola, en términos de la idea de sociedad y de los programas para realizarla.

Desde el punto de vista de la posición subjetiva  del chavismo, hay que desalojar toda política defensiva y todo arrebato izquierdista. Eva Golinger, recientemente,  puso a circular la  máxima “Tus debilidades que ignoraste las explota el enemigo, entonces no te lamentes.” Agregamos la siguiente,  “El enemigo, explota tus flancos débiles, pero  tiene como estrategia fundamental la conversión de tus fortalezas en debilidades”.

Bien el chavismo debe alinear sus horizontes con la finalidad de evidenciar y explotar (con nuestras mejores estrategias), en la hora del té, la real debilidad política del bloque imperial-oligárquico: su proyecto neoliberal  y de desarticulación del Estado de Derecho Social consagrado en la Constitucional Nacional Bolivariana.

IV

El valor del chavismo que el pueblo demanda

En el desempeño del chavismo gravita un  deseo y anhelo específico, el pueblo venezolano demanda  las intervenciones políticas (desde el ámbito estatal y partidistas) caracterizadas por “la mayor claridad entre los principios y los fines de su acción”.  La gente, el pueblo, “a conciencia” afirma tanto su “chavismo duro” como su descontento y desacuerdo con  la política reducida a meras palabras, con el discurso que no  refiere  relaciones coherentes entre el lenguaje, la ética y la gestión de las estructuras partidistas y estatales.

Es  competencia del  chavismo, el valor de pulsar la distancia entre el ejercicio del poder y la verdad de la política revolucionaria;  asumir que la contra-revolución es el resultado  de cuestiones populares  no asumidas coherentemente,  por la izquierda.  

1.- La cuestión del Estado heredado. La naturaleza y calidad  de la gestión estatal chavista  está regulada y mediatizada por  la  institucionalidad  “típica del Estado capitalista”, y de su variante punto-fijista. Por lo que  toda  revolución significa: en Lenin, “La crisis estatal general”.

El Estado heredado, desplaza,  asimila y desnaturaliza todo  intento (lineamiento político, decreto, instrucción) de gestión eficaz y eficiente. (Justa y democrática). Nuevas estructuras y modelos de gestión de  Ministerios, Gobernaciones y Alcaldías es un hecho imperioso: la cuestión radical constituir  las formas estatales de la revolución y  mediarlas por el proceso de construcción  del Estado comunal.

2.- La cuestión del partido: la revisión crítica de la concepción y metódica partidista vigente en el conjunto de formaciones políticas del Gran Polo Patriótico, y concretamente del PSUV. La decisión política que cuenta es establecer un proceso democrático que redefina cuestiones centrales de  las estructuras partidistas chavistas.  Es ineludible:

A. Erradicar la idea de la “Gran Maquinaria” sobre impuesta a la organización y movilización del pueblo;  transformar los estilos de trabajo y  métodos de dirección dominantes.

B. Recrear las mediaciones entre las estructuras partidistas y el movimiento popular, aboliendo relaciones clientelares, procedimientos de cooptación de  vocerías populares y  el apalancamiento de  “dirigentes populares flechas” que no están legitimados en el movimiento popular.

3.- Propuesta general de iniciativas políticas, para hacernos cargo del  proceso de  conflictividad política  y del auge de  luchas populares, que advienen.

A. Defensa y protección de la Constitución Nacional Bolivariana y del Presidente Nicolás Maduro.

B. Proceso de conformación del  Estado Comunal

C. Defensa de los Derechos del Pueblo y del Estado de Derecho Social.

D. Emplazamiento de políticas socio-productivas, con base de los principios de la democracia participativa y protagónica.

D. Programa inmediato de abastecimiento y distribución de alimentos, medicinas  y productos del hogar.

E. Fortalecer las políticas de integración económica y el Frente de Protección Continental de la Revolución Bolivariana.

 

 



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Francisco Cedeño Lugo


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