Aun cuando falta un largo periodo de tiempo, la realización de innumerables actos previstos en la Constitución y en las normas electorales vigentes, el hecho político cierto e incuestionable es que ya se ha iniciado el proceso del posible Referendo Revocatoria contra el Presidente de la República Bolivariana Venezuela, Nicolás Maduro Moros, lo que activa a todas las fuerzas del polarizado escenario político venezolano para una confrontación que podría desarrollarse y resolverse en el marco de la institucionalidad democrática nacida del proceso constituyente de 1999 o, desembocar una confrontación violenta deseada y promovida por la derecha golpista, sus socios hegemónicos del gobierno imperialista de los Estados Unido y sus aliados y financista europeos y de América Latina, con duras consecuencias para Venezuela y el resto de la región.
El escenario del Referendo Revocatorio es, sin embargo, una confirmación de la supremacía política del Proyecto de País propuesto a las venezolanas y a los venezolanos por el Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías en su toma de posesión como Presidente de la partidocrática y neocolonial “República de Venezuela” el 04 de Febrero de 1.999 y confirmada en el articulado de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente democrática y resolutoria, la cual fue refrendada por el pueblo venezolano , en el ejercicio directo e intransferible de su Soberanía en el referendo del 15 de diciembre de ese mismo año y cuya primera experiencia histórica se produjo con el Referendo promovido por la misma derecha contra-revolucionaria el 16 de agosto de 2004, en el que el pueblo bolivariano ratificó incuestionablemente, su decisión de seguir transitando los caminos de la construcción del Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia, con Soberanía e Independencia Nacional, Democracia Participativa y Protagónica,
Transformación del Modelo Económico y Justicia Social para las mayorías sociales excluidas políticamente y empobrecidas socialmente por el modelo rentista petrolero impuesto durante 100 años por las antiguas empresas petroleras y sus socias subalternas de la burguesía parasitaria-importadora venezolana.
Aun cuando el relativo avance cuantitativo de la derecha contra-revolucionaria no ha sido el fruto de la apropiación consciente de la mayoría del pueblo venezolano del modelo de país que desarrollarían en caso de desplazar a la Revolución Bolivariana de la dirección del Estado Venezolano sino a una bien planificada y financiada Guerra Irregular de Cuarta Generación que combina diversos instrumentos políticos, mediáticos, financieros, guerra económica y violencia política y social que pretenden erosionar la voluntad de cambio del pueblo venezolano; las revolucionarias y los revolucionarios bolivarianos y el pueblo chavista, en general, debemos asumir éste importante desafío coyuntural del Referendo Revocatorio al Presidente Nicolás Maduro Moros – es caso de ser aprobada su realización – como una oportunidad para reafirmar la necesidad histórica de la continuidad de la Revolución Bolivariana, Democrática, Popular, Antiimperialista al Servicio de las Mayoría, en su etapa actual en Tránsito al Socialismo, de reorganizar, reunificar y ampliar las fuerzas sociales y políticas para vencer, de manera contundente y ejemplarizante, la pretendida reimposición de la Dictadura del Capital y su gobierno neocolonial y neoliberal al servicio del imperialismo estadounidense y las elites burguesas de Europa y América Latina hermanadas en su común propósito de derrocar a la Revolución Bolivariana, a cualquier precio y por cualquier medio, incluso, por la vía electoral del referendo.
Cierto es que el escenario actual no es del todo favorable a la fuerzas populares y revolucionarios del chavismo por las importantes victorias tácticas que en el plano económico-financiero- monetario, diplomático y electoral han alcanzado las fuerzas contra-revolucionarias; las cuales han tenido un impacto evidente en la confianza del pueblo en la capacidad del gobierno del ´Presidente Nicolás Maduro Moros de sortear los efectos negativos en la economía familiar del pueblo venezolano pero, no han podido desmembrar el gobierno, dividir al partido eje de la Revolución, el PSUV, ni provocar divisiones ni desprendimientos de partidos, movimientos sociales y, lo que es particularmente importante, pese a todo el esfuerzo de extorsión, chantaje e intentos de compra de conciencia, no le ha sido posible dividir a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y afectar la unión Cívico-Militar; base fundamental del sostenimiento de la Revolución, lo cual los sigue conduciendo, más que a un escenario electoral democrático, al uso del atajo seudo-constitucional, de la violencia guarimbero-paramilitar y a las amenazas y presiones imperiales para tratar de producir un Golpe de Estado que, sin duda alguna, será resistido y derrotado por el pueblo civil y en armas, como sucedió el 11-13 de Abril del año 2002.
Sin embargo, aprendiendo de la enseñanza de la derrota del pasado 6D, no es posible que nuestra dirección política revolucionaria pueda nuevamente cometer el error incomprensible – del cual aún no aparecen responsables ni consecuencias - de enfrentar este importante desafío en medio de este escenario complejo, sin tener bien definido un Plan “B” o “C”, que permita dar respuesta adecuada y oportunamente a cualquiera de los escenarios políticos que puedan presentarse en el curso del proceso de referendo y que pongan en peligro la necesaria victoria de las fuerzas del chavismo sobre la contra-revolución y el neocolonialismo porque, tal omisión, seria trágica para la causa bolivariana al colocarla en una peligrosa situación que impactaría negativamente la voluntad de lucha del pueblo bolivariano y chavista y demás pueblos de América Latina y el Caribe.
Tales consideraciones conducen a afirmar lo que ha venido siendo una conclusión generalizada entre la militancia revolucionaria y amplios sectores del pueblo: La Revolución Bolivariana no tiene ni puede tener otra opción en esta estratégica presente batalla contra la burguesía interna y sus aliados dominantes del imperialismo que no sea la de derrotar a los enemigos históricos del pueblo venezolano, para seguir encabezando la ofensiva de los pueblos de Nuestra América en la construcción de un futuro de Paz Democracia, Soberanía, Desarrollo y Justicia Social y, por ello, no hay ni habrá nada ni nadie más importante que ganar esta batalla por la Patria Venezolana y la Patria Grande.