A MEDIDA QUE SE DESARROLLA Y CRECE EL CAPITAL, DE ESE MISMO MODO SE DESARROLLA Y CRECE LA MUERTE EN NUESTROS MODOS DE VIDA
El destino de la humanidad no parece tener futuro, la ambición por dominar el mundo de los grupos económicos, creadores de los grandes conglomerados, de los grandes monopolios industriales y comerciales, de religiones, de bancos, de gobiernos, de ciencia y tecnología, de partidos políticos llámense de derecha o izquierda, de transgénicos, de medios de comunicación, de guerras, de rutas para el narco tráfico, de sociedades secretas, de partidos militares clandestinos dentro de las fuerzas armadas (caso Venezuela) de los diálogos de paz para la esclavitud, de fronteras entre pueblos hermanos, de historias arregladas, de enfermedades creadas para reducir la población, del extractivismo voraz y de tantos otros instrumentos que han establecido cuyo único fin, objetivo y propósito es reproducir sus capitales y el control de la población, no importándoles las consecuencias que le ocasionan a la humanidad y al propio planeta.
Detenerse a revisar y pensar, unas veces en soledad y otras en silencio sobre este panorama tan peligroso para la humanidad, no es el común denominador de las inmensas mayorías de nuestros pueblos, la manipulación y la desinformación a que han sido sometidos parece haber tomado el cerebro de nuestras gentes, que no les permiten ver que el futuro de la humanidad se encuentra a punto de desaparecer.
No ha habido gobierno en el planeta tierra que no haya sido cómplice de tan perversa y malévola situación, independientemente que se hayan identificado con los llamados socialismos o capitalismos, los mismos se han postrado ante el imperio del gran capital en su condición de súbditos por las cuotas de poder que les otorgan y les dejan manejar.
Nuestros países carecen de independencia, soberanía, autonomía y por lo tanto la autodeterminación de la cual tanto hacen alharaca nuestros gobiernos, es simplemente declarativa ya que en las ejecutorias de sus acciones gubernamentales responden a los intereses de los grandes conglomerados, que son en los que en última instancia les ordenan el qué hacer con nuestros recursos naturales propiedad de los pueblos y que ellos despojan e incluso les recomiendan como disminuir la población que no es productiva, por sus condiciones de pobreza en que están.
69 MILLONES DE NIÑOS AMENAZADOS DE MUERTE
Dónde se encuentra el futuro de la humanidad si no es en nuestros niños, las cifras que organismos internacionales nos dan, sólo demuestra que a medida que se desarrolla el capital, de ese mismo modo se desarrolla y crece la muerte en nuestros modos de vida. Estadísticas como las que nos da a conocer UNICEF, nos indican la amenaza y el gran peligro en que esta nuestra infancia sobre todo en los países más pobres del planeta.
Cerca de 69 millones de niños menores de cinco años –nos informa UNICEF- podrían morir hacia el año 2030 si se mantienen las actuales condiciones de desigualdad a nivel global de acuerdo al reporte correspondiente a este año 2016. Tal sacrificio que tiende a agudizarse, producto de la irresponsabilidad de los gobiernos podría empeorar de seguir la situación tal y como se encuentra. En ese mismo informe se señala: “En 2015, más del 80% de la mayoría de las muertes infantiles ocurrieron en Asia meridional y África subsahariana. El número de niños que no asisten a la escuela ha aumentado desde 2011. Unos 124 millones de niños no acceden a educación primaria y secundaria. UNICEF nos indica que para el año 2030, 750 millones de niñas se habrán casado siendo aún niñas y 167 millones de niños seguirán viviendo en la pobreza”.
La acción más cruel que constantemente pone en práctica el imperio del capital la encontramos en la guerra y todo por el control social, los espacios estratégicos en materia energética, el afán de poder y la reproducción del dinero de manera acelerada.
Siria, es un ejemplo de lo que estamos diciendo, una guerra que comienza producto de la negativa del gobierno sirio al negarse a que un gasoducto pasara por su territorio desde Catar hacia Europa.
En un artículo que escribiese el abogado Robert Kennedy Júnior, sobrino del expresidente norteamericano John F. Kennedy en la revista “Político” señala lo siguiente:
“Nuestra guerra contra Bashar al Assad no comenzó por las protestas civiles pacíficas de la Primavera Árabe en 2011", sino en 2000, "cuando Catar ofreció construir un gasoducto por valor de 10.000 millones de dólares que atravesara Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía", señaló Kennedy.
Pues bien, esa guerra ha dejado miles de muertos, donde los más afectado son los niños. UNICEF estima que 8,4 millones de menores –más del 80% de la población infantil de Siria– se han visto afectados por el conflicto, incluyendo tanto a los que están dentro del país como a los que viven refugiados en países vecinos.
“En estos años de guerra, millones de niños han tenido que crecer demasiado rápido y antes de tiempo”, informa Peter Salama, director regional de Unicef para Oriente Medio y Norte de África. “Mientras continúa la guerra, los niños están luchando un conflicto de adultos, tienen que abandonar la escuela, y muchos se han visto obligados a trabajar o a casarse a una edad temprana”.
De otro lado, en otros países por ausencia de políticas sociales y médico-asistenciales el Sida mata aproximadamente cerca de 1.400 niños y niñas menores de 15 años, más de 6.000 jóvenes de 15 a 24 años contraen el VIH, cerca de 15 millones han quedado huérfanos debido al virus y según las propias investigaciones de organismos internacionales y particularmente de UNICEF la situación tiende a ser cada día más crítica y los gobiernos tienden a ignorar tan comprometido panorama.
Éste es parte del drama humano que deja el desarrollo del capital en el planeta tierra, este panorama para las clases dominantes es invisible, no tiene importancia, es simplemente un dato, una estadística que no afecta al gran capital. Para ese capital los pobres no tienen derechos, no tienen razones para existir, el capital convierte su condición humana en objetos, cosas que estorban, son masas que carecen de sentimientos, emociones y por lo tanto no merecen ser atendidos porque simplemente son desechos humanos.
EN AMÉRICA LATINA SE ESCONDE LA INFORMACIÓN
En América Latina la situación de pobreza de los niños y niñas, incluyendo a los adolescentes se disimula, se esconde de manera intencionada, aunque no hay guerras tan abiertas como las que hemos citado, miles de niños mueren en hospitales y medicaturas porque no hay insumos médicos para atender a los mismos, el hambre, la desnutrición crónica, la falta de agua potable, las barriadas careciendo de los servicios públicos fundamentales, ranchos insalubres, guerras entre pandillas, drogadicción, prostitución infantil, deserción escolar y un cumulo más de problemas ocasionados por la pobreza y la miseria en que viven.
En octubre del 2016, la directora regional de UNICEF María Cristina Percebal, en su intervención durante la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina, celebrada en Montevideo, hace un llamado para que los gobiernos dejen de mentir y den mayor visibilidad a esa realidades que esconden y donde la desigualdad diariamente “excluyen, humillan y matan a niñas, adolescentes y mujeres” y continuando con su exposición agrega: “que “se rompa el silencio estadístico” que, según explicó, “declara invisible todo aquello que no se quiere ver”, especialmente lo relacionado con las mujeres y las niñas indígenas, afrodescendientes, discapacitadas o con orientación sexual e identidad de género”.
Todo esto es una escandalosa, preocupante y absurda realidad donde la clase política y económica son las responsable de estos escenarios producto de que las riquezas naturales de nuestros territorios, los han puesto al servicio de los grandes conglomerados del capital a través de esa figura malévola de las llamadas empresas mixtas.
Cuando será que en nuestro continente esa aspiración que planteara Sylvian Merechal en el “Manifiesto de los Iguales” en Francia aplicable a todo el planeta y particularmente en nuestro continente Abya Yala se pudiese dar y donde señalara de manera categórica: “Que desapareciera de una vez las escandalosas distinciones entre ricos y pobres, grandes y pequeños, amos y lacayos, gobernantes y gobernados.
Que no haya entre los hombres más diferencia que las de la edad y el sexo. Puesto que todos tienen las mismas necesidades y las mismas facultades, que haya para ellos una única educación, un único sustento. Si se contentan con un solo sol y con el mismo aire para todos ¿por qué no habría de ser suficiente la misma porción y la misma calidad de alimentos para cada uno de ellos?”.
RETOMAR EL CAMINO
La humanidad requiere hoy día de repensarse a sí misma, no esperar un mesías que saque a sus naciones de la crisis que han ocasionado los grupos dominantes que gobiernan el planeta. Los modelos socio-económicos que han conocido nuestros pueblos llamados socialismos y capitalismos parecen haber condenado a los hombres y mujeres que pueblan la tierra a vivir en la incertidumbre, sin porvenir y sin futuro. El llamado progreso, desarrollo, civilización sólo ha servido para acrecentar el abismo entre ricos y pobres, dominantes y dominados, explotados y explotadores.
En el tema de América Latina, debemos de reconocer que hemos desviado nuestro rumbo, la razón colonialista dejada por el eurocentrismo no ha permitido reencontrarnos con lo que verdaderamente somos, hay que retomar el camino que nos conduzca a entender que solo el pueblo salva al pueblo en el marco del legado que dejara entre nosotros nuestro Simón Rodríguez (en el caso venezolano) y otros tantos pensadores de nuestra América Latina.
Esa razón colonial comienza a ser enfrentada, está apareciendo el espectro del autonomismo en nuestros pueblos, con un pensamiento propio y donde el movimiento indigenista comienza a marcar el camino, contagiando a muchos grupos urbanos, de una cosmovisión distinta de lo que es el mundo, totalmente diferenciada de la ideología del capital, es la ola creada como decía Frantz Fanon por los condenados de la tierra, ante las ambiciones descomunales del gran capital y donde el conocimiento y la sabiduría de los pueblos producto de su verdadera lógica de vida, se presenta como alternativa contra la lógica de la dominación.
Se comienza a entender, que cuando entra esa cosa llamada desarrollo, progreso y civilización a los pueblos, se comienza a sufrir, viene el despojo, el extractivismo comienza hacer de las suyas con sus empresas mixtas respectivamente, dejando un desierto a su paso, acompañado de miseria que es lo queda en los territorios ocupados.
Estamos rompiendo con la racionalidad colonialista dominante, con las ideologías, que no deja que los intentos de rebelión, que han cursado a lo largo de nuestra historia, permitan la libertad de nuestro continente, pues estas rebeliones han sido capturadas, para evitar los procesos de emancipación de nuestras naciones. Estamos a punto -aunque muchos no lo crean- de producir un nuevo parto en el planeta, con características muy propias, que nos lleva a generar y crear un modelo civilizatorio con identidad propia, donde la negritud y la indianidad en este continente Abya Yala, se levanta y se agiganta sin complejos frente a la civilización occidental, rompiendo con los viejos modelos civilizatorios del capitalismo y del llamado socialismo real.
Es un camino propio, una revolución propia, sin apellido y patrocinio de ningún tipo, no es positivista, ni funcionalista, ni estructuralista, ni tampoco marxista. Es una revolución que nos permite repensar el pasado y el presente, es una revolución contra la racionalidad y las ideologías dominantes, que siempre han negado nuestra riqueza cultural y étnica de nuestro entorno real. Es una revolución donde lo indiano y la negrura se torna subversivo, es la respuesta de los “derrotados” y “vencidos” desde el mal llamado “descubrimiento” hasta nuestros días. Es una revolución donde nuestra riqueza pluricultural y multiétnica se abre paso y comienza a generar espacios convivenciales como respuestas necesarias frente a la dominación. Es un proceso dialéctico que se hace presente en el que más temprano que tarde se producirá la ruptura histórica de la dominación que hará posible la construcción de caminos distintos, que no tienen nada que ver con el capitalismo, sea de Estado o privado.