¿A dónde va la conducta del venezolano?

Lo que estamos viviendo ha sido producto de un modelo socio-económico que llamaron socialismo del siglo XXI, que no funciono para los desposeídos, para los descamisados como los llamaba Evita Perón, pero que si funciono para el gran capital, para la boliburguesia,  para los traficantes de influencias, para la clase política privilegiada, para los grandes empresarios de maletín,  para los capos del narcotráfico y el contrabando, para beneficiar en última instancia al imperio del gran capital.

En términos más concretos, hay que reconocer que tanto el PSUV como la MUD, lograron hacerle creer a la población y particularmente a los pobres, que sus enemigos son los demás pobres.

    Hace algunos días conversaba con algunos amigos de la ULA, en la localidad de Mérida y entre ellos se encontraban un sociólogo y un psiquiatra y desde luego el tema obligado en el conversatorio fue la situación que vive Venezuela.

    Explicaban estos amigos desde su perspectiva  profesional, que la crisis que esta viviendo el país, está ocasionando cambios profundos en la estructura mental del venezolano, puede aparecer una conducta que a mediano o largo plazo podía desencadenar en  una violencia sin destino.

    El análisis que hacían estaba relacionado con la desesperanza manifiesta en un gran número de compatriotas que exteriorizaban que el país no tenía salida, producto de que la clase política venezolana se encontraba muy corrompida.

    Al lado de estas apreciaciones, surgían otras tales como la frustración colectiva, pues para muchos la imposibilidad del llamado revocatorio fue fallido, producto del  dialogo, del arreglo, de la componenda, de la traición, de allí el sentimiento de tristeza, desilusión y decepción, lo que ha conducido a que los venezolanos se encuentren en su inmensa mayoría en un estado de intranquilidad, depresión e inquietud causado por esta situación.

    De acuerdo a esta descripción, el escenario que se nos presenta es de una población que se encuentra enferma en su manera de ver las cosas. Cosas que sin lugar a dudas vive dentro de su cotidianidad,  porque al lado de la situación política, vive dentro de un contexto socio-económico una crisis que incluso puede amenazar su vida y su entorno familiar: no hay comida, precios por la nubes, bajos salarios,  hospitales sin medicamentos, desnutrición infantil,  sin medicina en las farmacias, robos y asesinatos por todos lados, servicio públicos en decadencia, una educación a todos los niveles en deterioro, corrupción, narcotráfico, desempleo,  una clase política y militar llena de privilegios frente a la miseria de la mayoría y paremos de contar.

    Todo esto ha sido producto de un modelo socio-económico que llamaron socialismo del siglo XXI, que no funciono para los desposeídos, para los descamisados como los llamaba Evita Perón, pero que si funciono para el gran capital, para la boliburguesia,  para los traficantes de influencias, para la clase política privilegiada, para los grandes empresarios de maletín,  para los capos del narcotráfico y el contrabando, para beneficiar en última instancia al imperio del gran capital.

    En términos más concretos, hay que reconocer que tanto el PSUV como la MUD, lograron hacerle creer a la población y particularmente a los pobres, que sus enemigos son los demás pobres.

    Buscar un mesías, un nuevo caudillo, un nuevo liderazgo, un nuevo partido es para muchos una esperanza, concepción que arrastramos de manera equivocada y lo que nos ha conducido a tener muy malos gobiernos en el ayer y en el presente.

    Ha quedado demostrado, en cualquier parte del planeta que ni el capitalismo, ni el socialismo dieron a la humanidad alternativas para que surgiera la igualdad social que tanto predican, por el contrario la brecha entre ricos y pobres se acrecentó de manera notoria, dejando como saldo más pobreza y un futuro no muy claro, pues lo recursos naturales propiedad de los pueblos se entregaron al gran capital, en nombre del desarrollo, del progreso y la democracia. Es un triunfo claro de ese nuevo paradigma llamado globalización que tomo en posesión el planeta.

    Pero cuidado, porque ese pueblo que asesinan, humillan, vejan y roban es como un resorte, que forzado más de lo debido, puede reventar y destrozar la mano que lo oprime y es aquí, donde mis amigos argumentan que a mediano o largo plazo podría esta situación desencadenar en una violencia sin destino.



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Enrique Contreras Ramirez

Militante de Ruptura

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