Pareciera que existen compañeros aporreadores que andan no en busca de corrección a los errores que como es normal en toda acción humana, cometen quienes están en funciones de gobierno, sino que buscan audiencia y por eso confunden, la descalificación, la injuria y la difamación con crítica y la disidencia, o acaso se hacen llamar "chavistas críticos", cuando en realidad no son más que "Mudistas" camuflados para aprovecharse de los espacios como Aporrea, trinchera de lucha y de libertad de expresión, para bombardear al proceso revolucionario y a la soberanía de la patria.
A veces leemos publicaciones de compañeros que con ligereza y hasta con lenguaje escatológico denigran de las instituciones de la república, exponen al desprecio público a compatriotas que pueden estar equivocados o haber cometido errores, pero que como personas merecen respeto y sobre todo su familia. Todo esto de manera olímpica, sin soportes científicos ni legales, violentando todos los principios de la ética comunicacional.
Es cierto que no es de revolucionarios decir amén a todo cuanto se diga desde instancias de gobierno, si advertimos que hay desviaciones, porque hacemos u flaco favor al proceso al convertirnos de militantes revolucionarios en "Comités de focas" (léase aplaudidores condicionados), que los hay, porque en esta revolución, como en la viña del señor hay de todo, sobran "Malinche y Guatacas" y quienes se autodenominan "Chavistas críticos", pero cuya conducta nos induce a pensar, que con "Cahvistas" así no necesitamos escuálidos.
Porque una cosa es criticar las presuntas desviaciones que en la ruta de Chávez, cometan quienes están al frente del proceso, dirigiendo los destinos de la revolución bolivariana y otra cosa es erigirse en moderno Torquemadas o Robespiere, para calificar y enviar al patíbulo a cuanto camarada se nos antoje que es un corrupto, chanchullero o como se le quiera denominar, sin tener prueba alguna. simplemente porque soy "Chavista crítico" y eso me da patente de corso para acusar, juzgar y condenar a quien se me antoje, pero eso si, que sea reconocida ficha del proceso. Porque a la MUD ni con el pétalo de una rosa.
Por ejemplo a propósito de los cambios que hizo el presidente Nicolás Maduro, en el gabinete, hubo crítica bien centradas, con responsabilidad y respeto, como la del profesor Jorge Giordani y otros compatriotas que han discrepado de esas decisiones de las cuales el ciudadano presidente es libre de tomarlas y de recibir las críticas correspondientes, pero siempre con el debido respeto que nos merecemos todos y sin la carga de rabia y a veces hasta de odio que reflejan algunas expresiones.
Leíamos entre esas que no vamos a calificar de críticas, sino de insultos y descalificaciones, donde sin nombrarlo calificaban al profesor Aristóbulo Isturiz, como un " incompetente bueno para nada". Eso es una irresponsabilidad y una falta de respeto en la cual no debe incurrir ningún revolucionario, a menos que sea un francotirador disfrazado. Haciendo la salvedad, que esta referencia no tiene nada que ver con el trato personal, amistoso, si se quiere que nos haya ligado al camarada, sino que se trata de una reflexión de justicia, por cuanto sin desmeritar a los demás que han pasado por ese cargo, el profesor Aristóbulo Isturiz, al frente del Ministerio de Educación, dictó cátedra de ejercicio gerencial. Le dió perfil a esa instancia de gobierno, dignificó a los educadores, al poner fin a las justificadas huelgas docentes a que estábamos acostumbrados, reconociéndoles sus méritos y sacrificios, hizo justicia con quienes tenían años en situación de contratados al punto que muchos docentes estaban ya en condición de jubilarse por años de servicio y continuaban siendo contratados; Aristóbulo les otorgó su merecido estatus de nómina del ministerio, acabó con las jubilaciones, cuyos beneficiarios se morían esperando que les pagaran sus prestaciones y puso al día al despacho con esa enorme deuda social, eliminó el viacrucis que significada solicitar la jubilación, como trabajador de ese ente, estableciendo la automatización de ese derecho, para que una vez cumplido el tiempo reglamentario le llegara su aviso de jubilación digna, que n o como las de la cuarta que en el año 2000, había docentes con jubilaciones de 400 bolívares mensuales, las cuales fueron homologadas, durante la gestión de Isturiz. La formación permanente de los docentes fue priorizada y se crearon a escala nacional, centros destinados a estos menesteres. Eliminó para siempre aquellos lacerantes micros que los ministros del área acostumbraban a gravar en Radio y TV, para descalificar a los que reclamaban sus derechos, a través de los paros, tildándoles de irresponsables y locheros.
Estableció programas extracurriculares, para fortalecer la cultura nacional y la formación ciudadana, tales, como: "Todas las manos a la siembra", que buscaba hacer de las unidades educativas, centros de producción y abastecimiento, enfocar el Embarazo en adolescentes, como problema de seguridad de estado, el Periodismo Escolar para fortalecer la defensa comunicacional de la patria. Lamentablemente bueno, es reconocer que a su salida de la cartera, estos programas se fueron a menos. La gestión de Isturiz la reconocieron incluso, educadores de oposición por lo digna y transparente. Un camarada cubano de la Misión Barrio Adentro, cuando fue reemplazado en el cargo nos comentó: "Oye camarada, aquí en confianza, pero no entiendo que más buscan ustedes en educación, en Cuba, un super ministro, como el profesor Aristóbulo, muere siendo titular, porque después de tantos éxitos, nadie lo mueve".Hablamos con propiedad, nadie nos lo contó, lo vivimos como colaboradores de la Zona Educativa del Estado Bolívar.
Así mismo vemos como a la ligera son señalados como corruptos o ladrones con nombre y apellidos, compatriotas que han desempeñado o están desempeñando cargos relevantes en el alto gobierno, todo ello sin presentar ninguna prueba convincente de la comisión de algún delito. O simple y llanamente endilgarle al presidente Maduro, toda clase de responsabilidades, por el solo hecho de no contar en su currículo, con un titulo universitario.
Generalizar, como el más conspicuo escuálido al calificar instituciones de la patria como parapetos o asegurar que en tal o cual sector, lo que el Estado compra son chatarras, como en el caso de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a cuyos integrantes descalifican generalizando que son corruptos.
Quienes así actúan, sin negarles el derecho a disentir no podemos aceptarlos como revolucionarios, porque una cosa bien diferente es no estar de acuerdo con algunas decisiones del gobierno, mostrar nuestro descontento, con la crítica asertiva pero responsable y la disidencia razonada y otra bien diferente es aprovechándonos de las garantías que nos da la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y de los espacios de la comunicación democrática y revolucionaria, caer de manera irresponsable en el terreno del insulto, la descalificación y la calumnia.