La Bolsa de Valores de Vietnam en la ciudad de Ho Chi Minh, se llama "Bolsa de Ho Chi Minh"

No es culpa de Lenin que no lo lean, y hacer interpretaciones de cómo es ser revolucionario, o como debe ser el socialismo, se ha convertido en un folklor de caprichos, desarmando el carácter científico que debe caracterizar nuestra lucha titánica de clase, ante un complicado esquema, que lejos de permitir la ejecución de maniobras que logre canalizar las dificultades de la revolución, nos arrastra hacia una infantil interpretación, cuya costo socio económico será devastador.

Creí necesario resaltar, extractos de la visión leninista, sobre la astucia, la habilidad y las operaciones tácticas con la que debe lucirse un verdadero revolucionario. Además el saber diferenciar entre el dogmatisismo y la visión estratégica y los pasos tácticos que permitan avanzar hacia las grandes victorias. Sin duda que recomendaría leer todo el análisis desarrollado por Lenin hace 100 años, respecto como dirigir una revolución recién nacida, dejando claro que una cosa es luchar para lograr el poder, y otra es estar en el poder. Este trabajo de Lenin de manera impresionante está bien vigente, y le dará bastante vergüenza a quienes prostituyeron interpretaciones bien lejos de llamarse leninistas, generando confusiones peligrosas de lo que realmente es el socialismo y el Marxismo Leninismo.

Las conductas de la gobernabilidad anarquista, ha contaminado y socavado las bases para las futuras generaciones, golpeando de este modo la bandera del legado moral, y el sentirse orgulloso de ser Marxista Leninista.

Si la bolsa de valores de Vietnam se llama "Bolsa de Ho Chi Minh", ¿qué tan acertada fue la política económica de Vietnam y su interpretación del siguiente enfoque leninista?

Tómense su tiempo, y lean con calma.

V. I. Lenin

ACERCA DE LA SIGNIFICACIÓN DEL ORO AHORA Y DESPUÉS DE LA VICTORIA COMPLETA DEL SOCIALISMO

Redactado: El 5 de noviembre de 1921.
Primera publicación: Los días 6 y 7 de noviembre de 1921, en el núm. 251 de Pravda.
Fuente: Tomado de V. I. Lenin. Obras Completas, tomo 44, Editorial Progreso, Moscú, 1981, extractos pp. 221-229.

¿De qué se deduce que la revolución, "grande, victoriosa y mundial", puede y debe emplear únicamente métodos revolucionarios? De nada. Eso es absoluta y totalmente falso. La falsedad de eso es evidente de por sí sobre el fondo de tesis puramente teóricas, si no se aparta uno del terreno del marxismo. La falsedad de eso es confirmada también por la experiencia de nuestra revolución. En el aspecto teórico: durante la revolución se hacen tonterías igual que en cualquier otro tiempo, decía Engels, y decía la verdad. Hay que tratar de hacer las menos posibles y corregir cuanto antes las ya hechas, teniendo en cuenta con la mayor sensatez qué tareas y cuándo pueden llevarse a la práctica con métodos revolucionarios y cuáles no. Nuestra propia experiencia: la paz de Brest ha sido un modelo de acción absolutamente no revolucionaria, sino reformista e incluso peor que reformista, puesto que ha sido una acción regresiva, en tanto que las acciones reformistas, por regla general, avanzan lenta, cautelosa y gradualmente, pero no retroceden. La justedad de nuestra táctica al firmar la paz de Brest ha quedado ya tan demostrada y es tan clara y reconocida por todos que no merece la pena seguir hablando de este tema.

"No basta con ser revolucionario y partidario del socialismo o comunista en general -escribía yo en abril de 1918 en Las tareas inmediatas del Poder soviético-. Es necesario saber encontrar en cada momento peculiar el eslabón particular al cual hay que aferrarse con todas las fuerzas para sujetar toda la cadena y preparar sólidamente el paso al eslabón siguiente. El orden de los eslabones, su forma, su engarce, la diferencia entre unos y otros no son tan simples ni tan burdos en la cadena histórica de los acontecimientos como en una cadena corriente forjada por un herrero".

En los momentos actuales, en el terreno de las actividades de que estamos tratando, ese eslabón es la reanimación del comercio interior, regulado (orientado) con acierto por el Estado. El comercio, he ahí el "eslabón" de la cadena histórica de los acontecimientos, de las formas de transición de nuestra edificación socialista en 1921-1922, "al cual debemos aferrarnos con todas las fuerzas" nosotros, el poder estatal proletario, el Partido Comunista dirigente. Si ahora "nos aferramos" a este eslabón con suficiente fuerza, podremos estar seguros de ser los dueños de toda la cadena en un futuro próximo. De otro modo no podremos ser dueños de toda la cadena, no podremos crear la base de las relaciones socioeconómicas de tipo socialista.

Esto parece extraño. ¿Comunismo y comercio? Resulta algo muy incoherente, absurdo y distinto. Pero si se reflexiona desde el punto de vista económico, lo uno no se distingue más de lo otro que el comunismo se diferencia de la pequeña agricultura campesina, patriarcal.

Mas, por "justo", útil y humano que parezca ese empleo del oro, diremos, a pesar de todo: para llegar a semejante resultado es preciso trabajar uno o dos decenios con el mismo empeño e iguales éxitos con que hemos trabajado de 1917 a 1921, sólo que en un terreno mucho más vasto. Por el momento, en la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética de Rusia) es preciso economizar el oro, venderlo más caro, adquirir con él mercancías a precios más bajos. Quien con lobos anda, a aullar aprende; pero en lo que se refiere al exterminio de todos los lobos, como corresponde en una sociedad humana inteligente, nos atendremos al sabio proverbio ruso: "No te envanezcas al partir para la guerra, hazlo a la vuelta"...

El comercio es la única ligazón económica posible entre decenas de millones de pequeños agricultores y la gran industria, si... si no existe al lado de estos agricultores una magnífica gran industria mecanizada con una red de cables eléctricos; una industria que, tanto por su potencia técnica como por su "superestructura" orgánica y por los fenómenos concomitantes, provea a los pequeños agricultores de los mejores productos en mayor cantidad, con más rapidez y más barato que antes. A escala mundial este "si" se ha realizado ya, esta condición existe ya, pero un país aislado -y, por añadidura, uno de los países capitalistas más atrasados- que ha intentado realizar, convertir en realidad, organizar prácticamente, de golpe y de modo directo, la nueva ligazón entre la industria y la agricultura, no ha podido cumplir "al asalto" esta tarea y se ve precisado a cumplirla mediante una serie de acciones lentas, graduales, de "asedio" cauteloso. FIN DE LA CITA.

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Todo lo antes expuesto, es la verdadera óptica del leninismo sobre cómo conducir la economía nacional, en las primeras etapas de la construcción de una nueva sociedad justa, pero que parte desde la solidez de una economía nacional que permita fundar las columnas vertebrales hacia el socialismo.

Por cierto, todos estos principios fueron violados por Stalin, comenzando con el principio del centralismo democrático, principal razón de la debacle de la Unión Soviética.

Los partidos que hoy siguen al pie de la letra las orientaciones de Stalin, terminaran con su infantilismo, en el cementerio de la historia. Hasta los momentos no han sido capaces de aceptar sus errores durante décadas, limitándose a culpar a Gorbachov de la caída de la Unión Soviética, es decir, a ellos les parece normal que a pesar de más de 70 años de revolución, no fueron capaces de frenar al "conspirador de Gorbachov". Esto lo llamaría el extremo de lo absurdo, y bien lejos de llamarse partidos marxistas o marxismo leninismo.

Quienes leyeron minuciosamente los textos de Lenin dirían, que sus fundamentos son, absolutamente aplicables a nuestra realidad. La más grande enfermedad a la que son arrastrados muchos defensores del socialismo, es la total anarquía no solo en su conducta, sino en su manejo teórico y argumentos bien alejados de la realidad.

Los instrumentos de la burguesía en la primera etapa de una revolución triunfante no solo son necesarios, sino vitales para la sobrevivencia de la revolución, pero esto no significa que deben ser eternos sino circunstanciales, y esta circunstancia puede durar décadas antes que la clase obrera empiece a inventar y luego perfeccionar sus propios instrumentos del manejo económico.

Debo recordar que el marxismo leninismo no es una filosofía, sino una teoría científica que obliga a los socialistas avanzar en la toma del poder como se hace en una guerra, sin desperdiciar arma enemiga, su vestimenta y alimento, y en ocasiones tener que lograr alianzas coyunturales con elementos de la pequeña y mediana burguesía, representada en los productores agrícolas, manufactureros e intelectuales provenientes de estos sectores, que ven la revolución como un instrumento lógico para enfrentar la crisis. Así como los vemos de coyunturales de igual manera nos ven. Y esto se produce por una sencilla razón, ya que ellos observan la existencia de un vacío político en los movimientos y partidos de la derecha, y solo el planteamiento de la izquierda les parece más cercano para sus ambiciones.

La Unión Soviética jamás se hubiese caído si sus posteriores lideres hubiesen mantenido los lineamientos y orientaciones de Lenin, quien nos enseña incluso como aprender como aceptar dignamente los errores y como superarlos, solo podría llamarse revolucionario socialista, por el grado de su humildad de reconocer las fallas, y aceptar la crítica y la auto critica, y es así y solo así como se podrá medir.



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Adel El Zabayar

Diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) a la Asamblea Nacional por el estado Bolívar. Forma parte de la Comisión Permanente de Defensa y Seguridad de la AN. Presidente de la Federación Árabe en Venezuela. Por varios meses integró las brigadas de resistencia del gobierno en Siria, con autorización de la Asamblea Nacional de Venezuela.

 @zabayar

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