En la política todo tiene su tiempo

No puede ser el efecto de la mediocridad la causa que pone en riesgo los ejercicios de la gerencia socialista, en primer lugar los cuadros tiene que reconocer sus tiempos y no adentrarse en un desenfrenado afán por alcanzar espacios de poder gubernamental. Estas acciones aisladas, pero que se localizan con cierta regularidad en nuestro proceso revolucionario, vulneran el buen desarrollo político que conduce el líder designado por nuestras autoridades partidista. Convergen la disciplina e ideología para entender este planteamiento, partimos de asumir un compromiso que rompe la frontera de las individualidades y se concentra en la proyección colectiva que tiene por finalidad el fortalecimiento del partido y en consecuencia el fortalecimiento del liderazgo nacional del PSUV. Negar esta realidad no es el comportamiento que se quiere de un auténtico militante, las ansias desencadenas procesos adversos que golpean sin razón los planes originarios que recogen las estrategias y tácticas, planteadas frente a los espacios a conquistar.

Es preciso romper las cadenas del individualismo, afianzar el pensamiento colectivo articulado en un solo eje de dirección y lucha, que a lo largo de su constitución es tocado de manera horizontal por el pensamiento bolivariano y chavista. Ganar la tarea obliga a una práctica constante de sinceridad hacia el pensamiento e ideología socialista, todos somos necesarios pero es mejor que se reclame tu presencia espontáneamente, a que tú busque imponerla a través de la adulación y trabajos inconclusos o mal elaborados. Se debe identificar los momentos críticos, hoy estamos frente a unos de ellos, se necesita de todos los hombres y mujeres que conducen esta nave, tomemos el remo para coordinar al grito del líder, un remar articulado aglutinador de fuerza para llevar a puerto seguro la nave que lleva por nombre gerencia publica socialista.

Es un trabajo de todos los inscritos en el PSUV, la juventud del partido tiene que declararse en alerta de los procesos que mitigan nuestra capacidad expansiva y de rescate a la militancia. Pues son ellos los herederos de los nuevos compromisos que el tiempo y el espacio les dibujaran los distintos escenarios, como retos políticos que alcanzar. Hay un trabajo que hacer que no cuenta con prologa, el cual obliga poner de manifiesto compromisos reales, capaces de ser auditable ya habrá tiempo para otras cosas que en el ámbito de la legalidad se puedan hacer. Todo esfuerzo en este sentido tributara a la inmortalidad de nuestro comandante Chávez. Demostremos ser chavista haciendo, con disciplina, endereza y madurez política.  Así no los hizo entender Chávez a través de sus lecciones permanente. Decir soy chavista, es asumir la disciplina y compromiso de la buena gestión pública.  



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Joselino Serrano


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