Que si ganamos aquí y perdimos allá, que si mega fraude, que si la abstención…, que las encuestas habían dicho…, que si la paz y la soberanía o la libertad y la democracia frente a la dictadura…
La perorata por los resultados se está extendiendo en el tiempo de nuestras vidas más de lo que quisiéramos la gran mayoría de los venezolanos. Nos gustaría ver, aunque nadie espera eso, que las dos derechas que se repartieron las gobernaciones dejando por fuera a quienes no se sienten representados por el PSUV ni la MUD, dijeran algo ahora acerca de cómo van a resolverse los problemas que nos están matando de hambre y tristeza. Y digo ahora porque durante la fiesta electoral ninguno de las dos derechas señalo caminos ni soluciónes al problema cambiario, la presunta calamidad de dólar-today, desabastecimiento, inflación, desnutrición y ausencia de medicinas, etc. Ni hablar de corrupción y de ineficacia; ni de efectivo, ni del problema de las pensiones de los abuelos. Del lado del Gobierno-PSUV la paz y la soberanía; del lado de la MUD-Trump, la libertad, la democracia y aquella salmodia acerca del "régimen" o la "dictadura". Astutamente ambos bandos evitaron centrar sus campañas en las soluciones del problema económico. La fiesta se redujo únicamente a una manera previamente concertada de resolver la disputa por el poder entre el PSUV y sus poco representativos aliados y los partidos que gobiernan la MUD: Un verdadero acuerdo entre caballeros.
Mientras estos caballeros nos entretienen con su alharaca el hambre avanza en nuestras deterioradas humanidades y las soluciones no se ven en el horizonte. Lo que se ve en el futuro inmediato es otra "fiesta electoral" que obligará al Gobierno a posponer medidas anti crisis para no comprometer los resultados como viene haciendo desde antes de 2015. Me refiero a las elecciones municipales en diciembre de 2017. Y luego de estas vendrá la elección presidencial o alguna otra ─que para no arriesgar el resultado─ no estará precedida del electroshock de las rectificaciones.
La perspectiva del lado de la MUD-Trump no puede ser más oscura. Está mas interesada en profundizar la crisis que resolverla y, por tal motivo, aquellos meses de guarimba y de violencia extrema por la que fue castigada electoralmente. De la MUD solo podemos esperar más violencia y mas crisis económica que justifique la opción militar que su jefe y amo Trump les ha prometido.
Se podría decir sin exagerar que la destrucción de la economía del país es la estrategia de estos clanes rivales.
Si estas desesperadas reflexiones ─consecuencia de forzosa abstinencia nutricional─ tienen algo de asidero, la guerra por el poder entre el PSUV y la MUD va a seguir sin que el Gobierno–PSUV se ponga los pantalones y se arriesgue conjuntamente con el Pueblo a aplicar rectificaciones, por lo menos hasta después de la elección presidencial de 2018. La MUD mientras tanto seguirá contribuyendo con la ruina de todos con su guarimba y su quema de personas vivas.
Que el Diablo nos agarre confesados… (Pero no por Baltasar Porras)