Las elecciones municipales que se van a realizar el próximo 10 de diciembre pueden resultar más interesantes de lo que se pensaba, debido a dos circunstancias que están presentes. En primer lugar, porque son la antesala de las elecciones presidenciales del 2018, y sus resultados terminarán de conformar el cuadro político de cada una de las fuerzas que disputa el poder en Venezuela. En segundo lugar, porque de las mismas saldrá electo un liderazgo político a escala municipal con voz propia, en algunos casos al margen de las directrices de los principales partidos políticos venezolanos.
Un caso que pudiera llegar a marcar significativamente el destino político de Venezuela es el del aspirante a la Alcaldía de Caracas, Eduardo Samán, si éste al final se alza con la victoria. Él ha sido postulado contraviniendo las directrices del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y del propio presidente Nicolás Maduro, en una muestra de desafío al gran poder. Las organizaciones políticas Patria Para Todos (PPT), Partido Comunista de Venezuela (PCV) y Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) le han dado el respaldo al carismático farmacéutico y luchador social, en una reafirmación de sus propios proyectos, en el marco de lo que se conoce como la revolución bolivariana y chavista.
El hipotético triunfo de Eduardo Samán tendría dos significados a destacar. Por un lado, sería una derrota para el presidente Nicolás Maduro y para la maquinaria roja, lo que plantearía un reacomodo en las filas que impulsan el proceso revolucionario. Por otro lado, significaría el surgimiento de una figura política de alcance nacional, toda vez que su triunfo se daría en el mismo seno de uno de los bastiones del chavismo, como es el municipio Libertador. Ahora bien, si Eduardo Samán y las fuerzas que lo apoyan resultan derrotados, no muy bueno sería el futuro tanto para el PPT, como para el PCV y el MEP.