Una manera de disentir de algo o de alguien es tratar de hacer valer lo que expones en tanto sea oposición a lo que creas que es tu posición, se trata al menos de oponerte a todo lo que sea necesario o al menos creas que así lo es.
Nos preguntamos cada vez que un ex-ministro o ex- funcionario, ha dejado de lado lo que suponemos fue motivo de lucha, por lo cual produjo confianza para alcanzar un cargo determinado aún más cuando se trata de responsabilidades de responsabilidad que comprometan al gobierno del cual formó parte.
Es secuencial que algunos que califican en esta denominación, se aparten del camino que alguna vez transitaron, aunque nunca dicen que lo ha motivado, alegan diferencias poco creíbles en el momento de explicar y quedan en una especie de posición biunívoca o contradictorias. Un verdadero revolucionario piensa y suscribe con su conciencia que el interés está en la totalidad, es decir la patria y la oportunidad de construir un país ajeno a lo que siempre mantuvo hasta que su actuación o gestión llegó a un punto en el cual las diferencias con la dirección del proyecto revolucionario, se convierten en obstáculos de tipo personal, porque en el fondo coexisten y, algo así como debería hacerse a mi manera convirtiéndose en separación voluntaria o inducida, sin mayor aporte sustantivo.
Todo esto conlleva a una explicación, o realmente nunca fueron revolucionarios o sencillamente el toque solo fue un circunstancial , porque no se explica que lo que consideramos disidencia no es casual, la disidencia es un acto de traición o al menos es separación de una causa sin conocer los verdaderos objetivos de una revolución, en las actuales condiciones geopolíticas en el contexto del nuevo mundo geopolítico que se construye día a día, y donde cada paso que se da constituye un desafío, lo cual al hacer análisis en materia económica que no se puede ignorar el constante síndrome de la agresión y las sanciones que afectan el aparato económico venezolano, tal cual se desprende de las últimas declaraciones del colega economista Rodrigo Cabezas, en lo que desconoce esas causas y endilgándole al gobierno del Presidente Maduro toda culpa de la situación que padece Venezuela, obviando exprofeso toda consideración al respecto.
Lo más significativo de la declaración es la falta de propuestas constructivas del que debe hacerse y el como, es muy fácil achacar sin aportes relevantes.