Ni el propio Marx, quien también quiso imponer su pensamiento como verdad única, pudo controlar la disidencia en sus filas y encontró en el camino posiciones inclusive mucho más radicales que la que pudo expresar en sus obras, sin dejarle de reconocer su pensamiento, su influencia y sus aportes en el campo revolucionario de ese entonces.
En el socialismo real, al igual que en el capitalismo, las clases políticas dominantes tratan de imponer el "pensamiento único". No se puede pensar distinto, ni buscar alternativas distintas que se diferencien de los modelos conocidos hasta ahora, porque sería un acto subversivo, un acto de rebelión frente al pensamiento dominante a la cual está sometido el país que lo contiene, hay que estar de un lado o del otro, porque es la lógica del que domina frente al dominado.
Desde el acuerdo de Yalta (1945), donde se acordó el reparto del mundo y algunos países quedaron bajo la influencia soviética y otros bajo la influencia norteamericana, desde ese acuerdo, ambos sistemas han tratado de imponer sus doctrinas en el campo filosófico, político, ideológico, cultural, militar, en la búsqueda de un proceso recolonizador que impone por un lado el capitalismo de estado y por el otro el capitalismo privado, coincidiendo ambos modelos en el desarrollo de estados capitalistas, donde la clase política que esta o se encuentra en el poder, termina imponiendo sus condiciones y su "autoridad" en nombre del "ESTADO".
Estos modos de vida, que intentan imponerle al mundo, son concebidos por sus impulsores, como únicas formas de que los países se desarrollen, desarrollo marcado por un proceso de industrialización, que va en función, no de satisfacer las necesidades básicas del ser humano de manera racional, sino en búsqueda de mercados, que además de acumular riqueza, explotan y roban a los pueblos, contamina el medio ambiente causándole daño irreversible al planeta.
Son modelos agotados y a través de la historia han demostrado su incapacidad de resolver los problemas básicos de la población, para ambos sistemas, la carrera armamentista es básica y primordial, ya que es la única alternativa para evitar ser desalojados del poder y de la hegemonía que tienen sobre los países dominados, unos a nombre del socialismo y otros a nombre del capitalismo. Cualquier pensamiento contrario a ambos sistemas, es catalogado subversivo, irracional, extemporáneo y por lo tanto fuera de lugar. Hay que pertenecer obligatoriamente a cualquiera de ambos modelos, pues pensar distinto es condenarse en medio de sus "verdades" absolutas y por lo tanto hay que excluirlo o desaparecerlo, por atentar contra la lógica de la dominación.
Ni el propio Marx, quien también quiso imponer su pensamiento como verdad única, pudo controlar la disidencia en sus filas y encontró en el camino posiciones inclusive mucho más radicales que la que pudo expresar en sus obras, sin dejarle de reconocer su pensamiento, su influencia y sus aportes en el campo revolucionario de ese entonces.
Hoy, en el mundo de la contemporaneidad y en los análisis que puedan hacer y que se han hecho, se reconoce la pluralidad del pensamiento en el campo de las izquierdas del mundo y la diversidad de abordar la realidad, sin dejar de reconocer, que son propuestas que en el orden filosófico y político, sólo buscan mejorar la sociedad en el escenario de la justicia social, para una nueva civilización que dignifique la vida dentro de un espacio para la convivencialidad, cuyo centro motriz sea la capacidad para la tolerancia.
BAKUNIN, PROUDHON, TROTSKY
Ahora bien, en ese marco de la disidencia que confrontó el propio Marx, podemos poner como ejemplo a Mijael Bakunin, quien sostuvo la tesis llamada "Anarquismo Colectivista", el mismo sostenía la necesidad de abolir el ESTADO, porque siempre estaba en manos de una clase política que a nombre de la llamada democracia o socialismo, era un sector privilegiado y corrupto por los privilegios que les daba el poder. Indicaba, que la autoridad debería estar en el espíritu público y colectivo, donde el respeto humano, la igualdad, la libertad y la fraternidad son condiciones necesarias y obligatorias en un proyecto civilizatorio que satisfaga las necesidades reales y objetivas de la población. Para Bakunin se era libre en la medida que se reconociera la humanidad y se respetara la libertad de todos los hombres que conforman la sociedad: "Yo soy libre- decía- solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean". De igual manera Joseph Proudhon, otro pensador que se diferenció de Marx, quien afirmo en sus escritos que la propiedad venia o tenía su origen en el robo, se refería a la propiedad que no tenía su génesis en el trabajo propio. Se opuso a todo sistema socialista o comunista por ser autoritarios, es una autoridad impuesta. La autoridad -señalaba- elimina la independencia y la autoridad sólo se consigue solamente en un ESPACIO de completa libertad, lo cual requiere un sistema de organización que a mediano plazo eche por la borda al ESTADO. Habla de la justicia universal y por lo tanto es inadmisible el dominio de un hombre sobre otro y de ninguna sociedad sobre otra. Se manifiesta contra la utopía, porque para él no se llega jamás a un estado perfecto. Cree en el cambio constante, la apertura constante a nuevos desarrollos, pero siempre buscando la independencia y la libertad.
Otro, que con su pensamiento se diferencia en gran parte de Marx, fue León Trotsky, sin negar la gran influencia del marxismo en él, presentó postulados mucho más radicales y concretos, lo que dio cabida a la creación de una nueva corriente revolucionaria conocida como Trotskismo, coincide en muchos aspectos con Marx, por ejemplo en relación al ESTADO, donde indica que la propiedad del ESTADO no es la de "todo el pueblo" más que en la medida en que desaparecen los privilegios y las distinciones sociales y en consecuencia, el ESTADO, pierde su razón de ser. Dicho de otra manera: la propiedad del ESTADO se hace socialista a medida que deja de ser propiedad del ESTADO. Podemos seguir enumerando, filósofos y economistas que generaron un pensamiento político disidente con respecto al marxismo, sin abandonar el campo revolucionario, lo que demuestra claramente que insistir en tratar de imponer un pensamiento único, un partido único, un modelo económico social único, es caer en un campo que se aleja de la dialéctica que el propio marxismo recreo, para abrirle camino al fascismo que en ese entonces representó Stalin a nombre del partido único, expresado y representado en el Partido Comunista, donde se asesinó, masacró, persiguió y encarceló revolucionarios, que por no pertenecer al partido y no estar identificado con el gobierno, se les calificaba de contrarrevolucionarios.
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
Otras corrientes que se alejan del marxismo, como filosofía de vida, pero no por eso dejan de ser revolucionarias, es la llamada "TEOLOGIA DE LA LIBERACIÓN", entendiendo que la teología es la ciencia que estudia las "cosas de Dios". Su origen surge en Europa en el año 1917 a través del teólogo alemán Walter Rauschembusch, quien da a conocer sus ideas iníciales a través del libro "Una teología para el evangelio social", allí se plantea que el cristianismo es un modo de vida y donde las enseñanzas de Jesús, representan el instrumento para la liberación de hombre, es un instrumento para la emancipación de los pueblos, para la libertad, para la convivencialidad, fraternidad, solidaridad y para dignificar la vida de la humanidad en comunión. Como virtud de convivencia humana.
Más adelante otros teólogos, principalmente protestantes (alemanes y holandeses) desarrollaron la "Teología de la esperanza". Inclusive este sector hablo de la necesidad de impulsar la "Democracia Eclesiástica".
En América Latina, esta corriente del cristianismo comprometida e identificada plenamente con las luchas y los intereses del pueblo, se encuentra expresada en las posiciones de sacerdotes como el padre Gustavo Gutiérrez (peruano), en sus obras como: "La verdad os hará libres", "La densidad del presente", "Beber en su propio pozo" –entre otras- de igual manera Leonardo Boff con sus obras "Florecer en el yermo", "Tiempo de trascendencia", "Experimentar a Dios". El cura y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal con su comunidad Solentiname, su poesía comprometida donde denuncia el sufrimiento y la explotación de los pueblos en las llamadas repúblicas bananeras, temática que sirvió para dar origen al "Canto General". En Ernesto Cardenal la teología de la liberación la manifiesta con mayor concreción en su poemario "Salmos" (1964) y "Oración por Marilyn Monroe" (1965).
Paulo Freire, otro de los representantes de esta corriente en su opúsculo, entre los cuales destaca "Pedagogía del oprimido", "Educación como práctica de la libertad" , fue uno de los impulsores más influyentes en esta corriente y en su última obra, que fue una recopilación de sus escritos no editados hecha por su hija Ana María Araujo Freire, que lleva por nombre "Pedagogía de la tolerancia" indica, la necesidad de la tolerancia para la convivencialidad, la necesidad de vivir con el diferente. "Con el diferente, no con el inferior".
Cabe destacar que dentro de la "Teología de la liberación" surgieron posiciones, que muchos han calificado de radicales, por haber tomado la lucha armada para hacer los cambios sociales que necesita América Latina, como son los casos de los curas Manuel Pérez y Camilo Torres Restrepo, el primero español y el segundo colombiano, miembros del ELN de Colombia, quienes murieron ofrendando su vida por amor al prójimo.
Esta tendencia se consolidó en la Conferencia Episcopal de Medellín, Colombia (1968) y la de Puebla celebrada en México (1979), según muchos analistas allí se marcó la matriz de la llamada "Teología de la Liberación".
Desde luego, que en el marco del cristianismo, la propia Iglesia Católica ha producido documentos, que comprometen su accionar con la justicia social, encíclicas papales como "Pacen in Terris", (1991) de Juan XXIII, donde exige y pide respeto a los derechos humanos, señala que los mismos ante todo, son personas, personas dotadas de inteligencia y con el derecho natural a la libertad, son derechos universales e inviolables, son absolutamente inalienables.
De la misma forma la encíclica "Populorum Progressio" (1967), de Pablo VI, donde se muestra la preocupación por temas sociales, como la situación de miseria que viven muchos seres humanos, producto de gobernantes y una clase política irresponsable y corrupta. Otra, La "Rerum Novarum" (2006) de Juan Pablo II, cuya preocupación se manifestó en la necesidad de dignificar a la clase trabajadora, la misma plantea el derecho universal al trabajo y a la organización sindical, cuyo único objetivo es buscar mejorar las condiciones materiales de existencia de la clase trabajadora.
Otros pensadores, que además de manifestar su pasión espiritual, religiosa, filosófica, cívica y social como Teilhard de Chardin, Emmanuel Mounier, Jacques Maritain –entre otros- manifestaron en su pensamiento y sus utopías la necesidad de construir un mundo que respete la dignidad de los seres humanos, que busque el bien colectivo y que luche por lograr la perfectibilidad de la sociedad, en las posibilidades humanas.
Aquí en esta corriente del cristianismo llamada "Teología de la liberación" hay un pensamiento comprometido con los cambios sociales, económicos y políticos, es una corriente revolucionaria comprometida con el accionar de las luchas del pueblo, es un pensamiento que no es marxista como lo quiere hacer ver la iglesia oficial. Pues bien es sabido, que su principal fuente inspiradora es el propio evangelio y la enseñanza y la conducta de Jesús crucificado, quien dio la vida por salvar a la humanidad. Negar en el campo político, ideológico y filosófico la "Teología de la liberación" como corriente revolucionaria, es propio de los analfabetas funcionales que se refugian en el dogmatismo y el fanatismo irracional, pues en medio de su miopía política nunca han entendido que las revoluciones la hacen los pueblos, que poseen una idiosincrasia, una espiritualidad, una religiosidad, una diversidad y en medio de sus luchas que son prolongadas para la emancipación, saben quiénes son sus amigos y quienes sus enemigos. Pero ante estos escenarios, también hay que decir que éste, nuestro Continente está despertando con pensamiento propio, están surgiendo a lo largo y ancho de nuestro espacio Abya Yala, terceros caminos en la búsqueda de un nuevo modelo civilizatorio, distinto a los conocidos hasta ahora y particularmente creo, al igual que muchos otros que observamos el panorama político de América Latina que el movimiento zapatista mejicano es expresión de esa búsqueda,
"Es necesario construir una nueva cultura política. Esta nueva cultura política puede surgir de una nueva forma de ver el Poder. No se trata de tomar el Poder, sino de revolucionar su relación con quienes lo ejercen y con quienes lo padecen." Marcos, Mayo de 1996.
En América Latina, vienen surgiendo grupos sociales con planteamiento político propio, alejados de la influencia ideológica y política del EUROCENTRISMO que durante muchos años, han intentado aplastar el pensamiento político-filosófico de los latinoamericanos.
El movimiento indigenista, es en la actualidad en este nuestro Continente Abya Yala, bandera en la lucha por lograr un modelo civilizatorio que encarne y consolide la cosmovisión del ser latinoamericano en sus orígenes y el ZAPATISMO hoy día es parte, de ese renacer que intenta abrirse caminos distintos a los conocidos hasta ahora.