"¡Cristo es, sin duda, el paradigma del verdadero y auténtico revolucionario!: El que es capaz de dar su vida por los demás, y sobre todo por los más débiles, los pobres, los que estuvieron excluidos, los que han sufrido la opresión y la explotación de una sociedad injusta".
Hugo Rafael Chávez Frías (Frases, pág. 105 - Ministerio de Comunicación e Información)
Como todos los años el pasado 6 de agosto en La Grita, capital del Municipio Jáuregui del estado Táchira, millares de peregrinos y devotos del Santo Cristo se dieron cita para venerarlo y pagarle promesas por los milagros y favores recibidos.
La tradición religiosa que se remonta al año 1610, por lo que este año se conmemoraron los 409 años de aquel día cuando según la leyenda de la iglesia, "el fraile Francisco de Mosqueda de la Congregación de San Francisco de Asís, un religioso que había abandonado la ciudad del Espíritu Santo de La Grita junto a muchos pobladores, quienes le acompañaron luego de producirse un terremoto".
El religioso que no había podido concluir el rostro del nazareno, fue sorprendido por un sueño en el cual percibió imágenes de luz y observó como los ángeles terminaban el rostro de Jesús en una madera tallada, hoy conocida como el "Santo Cristo de Rostro Sereno".
Para los primeros días de agosto la ciudad se vistió de fiesta y ya desde finales de julio, las ceremonias religiosas del Santo Cristo de La Grita fueron precedidas por la festividad de la Virgen "Nuestra Señora de Los Ángeles" con procesiones y actos litúrgicos, cargados de fé y de plegarias donde se pidió por la paz de Venezuela y del mundo.
Para presidir las ceremonias religiosas en la "Atenas del Táchira" es costumbre, según la agenda de la iglesia católica en la Parroquia del Espíritu Santo de La Grita, que las mismas sean encabezadas por el obispo de la diócesis, en esta ocasión, el actual monseñor Mario Moronta.
Ya se ha hecho una costumbre en Venezuela, en especial desde la llegada a Miraflores del Comandante Hugo Chávez, que las multitudinarias ceremonias y celebraciones del calendario religioso venezolano, sean aprovechadas por curas y prelados color púrpura para descargar sus discursos con un alto contenido político, que desvirtúa el auténtico mensaje de Jesús.
En grandes peregrinaciones, por ejemplo, como la Divina Pastora en el estado Lara; la Virgen del Valle en el estado Nueva Esparta y la del Santo Cristo de La Grita en el estado Táchira, hemos visto como las mismas se han convertido en adefesios religiosos y en camuflados actos políticos, por culpa de las hipócritas instrucciones de la cúpula de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Para completar el show y la manipulación de la fé del pueblo venezolano, lamentablemente, también se han unido al adefesio religioso, los líderes políticos de oposición.
Estos políticos junto a un canal de televisión, bastante conocido por los venezolanos por su tradicional manipulación e intervención directa en actos con violencia política, los cuales son proyectados a través de imágenes y transmisiones por TV.
En el caso de La Grita, este año, aprovechando la transmisión televisiva de Globovisión, en los actos del Santo Cristo, el Obispo Moronta (ídolo de la godorria tachirense) preparó dos discursos con veneno político incluido. Uno para la homilía y otro para la hora de la finalización del acto litúrgico (misa) del "Cristo de la montaña", como fue bautizado por el Comandante Hugo Chávez.
El primer discurso del Obispo del Táchira salió al aire, pero el segundo fue interrumpido por una cadena nacional de radio y televisión de la Vicepresidenta de la República, Deysi Rodríguez, quien anunció el bloqueo decretado para Venezuela por el presidente norteamericano Donald Trump.
Luego de la farsante oratoria a los feligreses, manipulando la imagen del Cristo del Rostro Sereno, el obispo Moronta lanzó sus dardos contra el Gobierno Revolucionario y acusó al Estado venezolano como el causante de "muertes y torturas" y también de los sufrimientos del pueblo venezolano a causa – según él prelado - de las políticas económicas del actual Presidente de la República Nicolás Maduro.
Para hacer coro a las palabras del obispo, quien en los años del Comandante Chávez aplaudió la construcción del Santuario para el Santo Cristo de La Grita, hoy lanza su odio y veneno político, gracias a las instrucciones de su jefe (un adeco con sotana a quien le dedicaron un libro) Baltazar Porras.
El conocido cura es muy recordado por la población merideña no precisamente por sus actuaciones - no tan santas - cuando fue el arzobispo de Mérida, en la bella y católica ciudad andina.
Igualmente hoy, de manera descarada, otro jerarca de la iglesia católica aprovecha el evento religioso de La Grita, para manipularlo y utilizarlo para oscuros intereses.
El acto litúrgico que se ha convertido en un peregrinar por las carreteras del Táchira de centenares de personas a pie y en bicicleta, movidos por la fé, hoy ve como le han dado un trasfondo político y para ello también invitaron a Laidy Yorveys Gómez Florez, gobernadora opositora del estado Táchira.
Los fablistanes del canal de tv caraqueño, ahora bautizado como el "canal de la reconciliación", no soportaron la tentación de cumplir las órdenes del medio de comunicación y por eso, en una chabacana actuación con "los papelitos de Juancho" y la entrevista de la una invitaron a varios líderes de la oposición, entre ellos a la gobernadora del Táchira, quien fue entrevistada por un "show man" con su tradicional discurso cargado de quejas y lamentos.
Lo único que salvó al acto religioso de la manipulación a través de la TV, fue el milagro del "Cristo del Rostro Sereno", proyectado a través de bellas voces de niñas gritenses y de una magistral orquesta que enalteció la ceremonia religiosa.
Igualmente, pudimos aplaudir las imágenes con incomparables paisajes andinos adornados con flores y sembradíos, los cuales contrastaron con los discursos destemplados del púrpura Mario Moronta.
La prédica estamos seguros, fue olvidada muy pronto por los devotos y peregrinos que visitaron el Santuario el pasado 6 de agosto, gracias a la auténtica devoción del pueblo tachirense y del pueblo venezolano quien acudió a venerar, movido de auténtica fé, al Santo Cristo de La Grita.
¡Amanecerá y veremos!
