El Socialismo, Democracia y otros conceptos

Finalizando la cuarta década del siglo XIX, estaba en ebullición el mundo del trabajo asalariado en algunos países europeos. Los trabajadores (proletarios) necesitaban identificarse, posicionarse como factores fundamentales en la producción; tal tarea conceptual recayó en los militantes sociales alemanes Carlos Marx y Federico Engels, quienes desarrollaron el documento que al principio debió llamarse "Manifiesto Socialista", pero era tal la confusión de los teóricos "socialistas" de la época, de donde derivaron: "toda suerte de curanderos sociales que prometían suprimir, con sus diferentes emplastos las lacras sociales sin dañar al capital ni a la ganancia" Por lo que, los redactores terminaron llamándolo "Manifiesto Comunista".(1)

Sin embargo es pertinente señalar que desde aquellos tiempos de mediados del siglo XIX, hasta nuestros días, la confusión sobre el "socialismo" no ha cesado, al contrario se ha potenciado desdibujándose dramáticamente; pero igual suerte han corrido las expresiones o Conceptos: Nacionalismo, Patriotismo, Democracia, o Revolución; los cuales han sido muchas veces nichos donde se han cobijado verdaderos "emplastes" para decirlo con la elegante adjetivación de Engels.

Las dantescas andanzas de Mussolini y Hitler, durante la primera mitad del siglo XX, con sus partidos Nacionalista (Fascismo) y Nacional Socialista Obrero alemán (Nazi) están vivas en la historia del horror político. Y, la ¿Democracia?, pues el lector dirá; recordemos que durante una buena parte del siglo XX, los EE.UU, de América, dueños de una creciente flota de acorazados, destructores, submarinos y otros navíos, y luego enormes porta-aviones; se autoproclamaron "protectores del mundo libre, de la libertad y de la democracia", y a surcar los mares y "cual imperio romano" a imponer orden en esos pueblos "bárbaros" y a cobrar lo supuestamente suyo.

!Claro!, entrenamiento bélico tenían, e ideología también; logros acumulados durante el siglo XIX: independencia del imperio británico, guerra de Secesión y la expansión territorial a costa de sus vecinos mexicanos y de otros de ultramar, lo que les permitió conformar una poderosa nación.

Comenzando el Siglo XXI, el extraño y controversial acto terrorista en las Torres Gemelas en el corazón de Nueva York(11/09/2001), abrió al imperio la oportunidad para legislar, y "legitimar", basados en la "Ley Patriota", la intervención e imposición de su visión de la "Democracia" en todo el planeta.

En la segunda década del Siglo XX, los rusos organizados en los soviets, llegan al poder en el antiguo dominio de los Zares e inician un proyecto revolucionario de gran aliento transformador de lo social, lo político y económico; que les permitió desmontar siglos de desigualdades y calamidades en aquel inmenso territorio. Esta experiencia liderada por los bolcheviques se fortaleció con la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), quién con gran prestigio e influencia mundial logró, en su territorio enfrentar con éxito, pero con severos daños humanos y materiales, la grave amenaza del eje fascista alemán, italiano y japonés en la Segunda Guerra Mundial.

El fin de aquella guerra terminó en un histórico ajedrez geopolítico, y un abierto reparto mundial; a la URSS, le correspondieron los países vecinos de la Europa Oriental, y así, de facto se implantó en una buena parte del mundo una gobernanza en nombre del Socialismo. Este sistema político social igualmente fue asumido por algunos países en varios continentes en sus procesos de liberación nacional, en el marco de sus complejas particularidades: China, Corea del norte, Viet Nam, Cuba...

Por otra parte el yunque histórico por donde al parecer pasan todos los procesos sociales, hizo su presencia en la URSS: puntos de vista, disidencias, ideas, teorías, planes y nuevos rumbos; bautizadas como: deshielo, Glasnost, Perestroika introdujeron nuevos acertijos en la humanidad. Toda esa gigantesca experiencia política, ideológica y revolucionaria en la URSS y fuera de ella se universalizó como "Socialismo real".

La identificación de lo existente y todo lo nuevo por crear, es una tarea cotidiana incesante, infinita, que va de lo más pequeño a lo inmenso, todo ello siempre será poseedor de una importante carga conceptual y ocupará un lugar en la vida histórica. En Venezuela el proceso político iniciado en 1999, se le ha identificado como "Socialismo del siglo XXI", tal nombre seguramente se deba a la "poca confianza" que el "socialismo real" ofrecía como alternativa a las necesidades de los pueblos de estos tiempos o tal vez por seguir la máxima latinoamericana de Mariátegui: "ni calco ni copia", en consecuencia se acude al patrimonio humano histórico nacional de Bolívar, Simón Rodríguez y Zamora.

A sabiendas del mal uso que históricamente del concepto del socialismo se ha hecho, los líderes del proceso bolivariano venezolano no le pararon, y empezaron a llamar "Socialista" a todo lo que se atravesara, a tal punto que el mismo Chávez, de manera muy crítica hubo de referirse a ello: Empresas socialistas, areperas socialistas…; en esa oportunidad para significar la ligereza en el uso de los nombres, echó el sabroso cuento del cochino bautizado chigüire por los indios para poder comérselo en los días santos. Durante mucho tiempo asistí a una Comuna Socialista, ninguno de los integrantes entendía porque se llamaba así, ni yo tampoco…

En el siglo XIX, el intelectual francés Alexis de Tocqueville, publicó La "Democracia en América", obra fundamental para entender a la nación norteamericana sobre todo por el tratamiento que en su tiempo se proyectaba para las minorías. Este país logró proyectarse urbi et orbi con el apoyo de los poderosos medios de comunicación como modelo de "Democracia".

Hoy, repito, lo que dije en un artículo anterior, la Democracia ha sido tan manoseada por tan malos amantes, que este espectáculo político electoral (¿democrático?) que nos ofrecen Trump y Biden en estos días pandémicos confirman tal afirmación. Mientras tanto en esta Venezuela de penurias económicas y políticas, siendo testigos globales de esta pugna entre los mandamases imperiales por muy republicanos y demócratas que se autodefinan; he llegado a pensar revisando su perfil histórico, que hace rato esta clase política tan abundante en todas partes, sin ninguna duda le cambiaron a la "Democracia" el nombre por el de "Chigüire", para comérselo sin sentirse pecadores.


LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

Marx-Engels/ Manifiesto Comunista, pág. 27/ Prefacio a la edición alemana de 1890/Editorial Progreso/ Moscú 1985.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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