La Economía y la Política, son altas categorías inseparables, remite a saberes, mucha labranza intelectual; pero ellas también descansan en el "pensar y hacer" de los seres comunes, hombres y mujeres que en cualquier lugar del planeta, a través de todos los tiempos han hecho y hacen vida cotidiana.
Es universalmente aceptada la presentación aristotélica de "animales políticos" de los habitantes urbanos, extendida a todos los bípedos racionales que se movilizan en los predios de la Tierra. Hemos entendido también, que tales seres tienen existencia material, se reproducen, y viven, cuestión que los ha llevado a establecer un complejo tejido de relaciones y de hitos, eventos de donde han derivado las más diversas, reflexiones y experiencias, entre ellas la disciplina que nos ocupa : La Economía.
La familia venezolana en ese sentido ha sido un dechado de virtudes, destacándose nuestras madres, esas si es verdad, que en la economía cotidiana han echado pálante, desestimaron a los clásicos, nada de "dejar hacer y dejar pasar", y el modestísimo presupuesto se calculaba, se media y se distribuía de tal manera, que satisfacía ordenadamente los requerimientos de la familia, y, aquel "largo brazo" más tramposo que "regulador de la economía", no las confundía y en el hogar se imponía la equidad y la prudencia virtudes de nuestras madres. Por cierto, nunca se ha conferido un premio Nobel a las heroínas de la Economía doméstica.
Comenzando la segunda década. Bolivariana, bajo la presidencia de Nicolás Maduro, el país entró en una fase persistente de decrecimiento de la economía, que atiende a contextos y razones diversas, interpretadas ellas en base a las capacidades de análisis y las posiciones políticas e ideológicas que se tenga, incluyendo los intereses personales. Algunos años atrás (2008) en EE.UU, se había producido una profunda crisis económica que impactó a buena parte del Globo; hay quienes piensan que fue la estocada final a la "Sociedad de Bienestar" europea y al "Sueño Americano". En Norteamérica amplios sectores de la clase media, quedaron sin empleo, con inútiles tarjetas de crédito en sus carteras, terminaron viviendo en Motor Home, otros migraron a sitios de menor costo ó arrimados donde familiares. Las cifras de desocupados es relevante en la población activa total. En Europa con sus especificidades la situación no ha sido diferente.
En aquella trágica recesión de la economía mundial (aún no superada, más bien agudizada), Venezuela disponía de un colchón económico, que permitía cierta capacidad distributiva, y mantener cierto ritmo de bienestar. Salvo, que a los líderes del proceso político venezolano, se les olvidó, aquella famosa expresión del narrador de futbol, el gallego Lázaro "papaíto" Candal, : " ¿Y Mañana? ¡Aaaay mañana!" . Y llegó… mañana; el colchón económico, se había desinflado, y la realidad política cambiaba aceleradamente. Y que: laaaaaaarga mañana desde entonces tenemos. Tampoco aprendimos de las luengas barbas (bardas) ardiendo del imperio, el 2008.
Política y Economía, es población. En Bretton Woods, la presencia del economista británico John Maynard Keynes y sus teorías del Bienestar Social, vinculados a la intervención del Estado; al parecer fueron significativas en las decisiones económico-políticas de la postguerra. El planeta en el correr de esos años tenía una población estimada en 2.600.(M); En cambio, en estos tiempos del XXI, aproximadamente está en el orden de los 7.300(M). Siete décadas y tanto, nos separa de la última guerra mundial, y como podemos observar, casi se triplica la población.
Hay quienes desde la óptica de la sensatez, piensan que esto no sería grave dadas las posibilidades objetivas de recursos del planeta; pero no ocurre así desde la concepción del sistema económico--político que gobierna el mundo: el capitalismo, cuya práctica irracional, que le es propia, fundamentada en la sobreexplotación, depredación y apropiación indebida de la naturaleza, a la par, de una inequitativa distribución de la riqueza producida, empujando sin pausa y sin misericordia a la Tierra y sus habitantes, a las peores calamidades. A ese modelo económico le inventaron un nombre banal que funciona como atractiva trampa: "sociedad de consumo".
En este momento la humanidad está atrapada en el anómalo estado de la incertidumbre, no solamente por lo referido a la crisis económica mundial y las contradicciones intercapitalistas, sino por la entrada en escena de un actor ¿inesperado? El Corona virus; que ha puesto todo patas arriba, y no es casual que lo de inesperado se encierre en interrogantes, puesto que su presencia ha originado el deslizamiento de versiones que podrían ubicarse en las teorías de la conspiración, que especulan sobre su creación en laboratorios con la finalidad de disponer de una "estructura biológica letal" como eficaz regulador demográfico mundial; habida cuenta que las guerras por muy mundiales que sean, al igual que las enfermedades endémicas, los planes y políticas anticoncepción, las drogas, la pobreza, la miseria y el hambre, no han sido suficientes para la regulación, disminución y control demográfico.
No sorprende a nadie las ideas y preocupaciones sobre el exceso poblacional, pues fueron expuestas en las tesis maltusianas de finales del Siglo XVIII y comienzos del XIX,(1800) cuando la población mundial, no llegaba a los:1000 M. Con cuánta razón, entonces los datos poblacionales en este siglo XXI, alarman a los poderosos factores del capital, al encontrarse ante una creciente masa poblacional de muy baja ó ninguna producción y de consumo marginal, pero que reclaman, con justificada razón, derechos como co-propietarios del hábitat y de la potencial riqueza de este planeta. ¿Es que acaso la propiedad del planeta Tierra está en discusión?
Pero, asumimos que somos seres humanos racionales, facultad que nos confiere unidad y diferencia, incorporados al vivir en la contradicción, que necesariamente generará síntesis, cuestión que nos obliga a entender y acordar. A finales del siglo XIX y fundamentalmente en el Siglo XX, hubo un significativo desarrollo científico-tecnológico en las ciencias médicas y una elevación de las expectativas de vida, que se proyectó a una buena parte de la población mundial. Todo indica que este despliegue humano, entraba en contradicción con la concepción del modelo dominante, y es posible que los "tanques pensantes" si hayan recordado al gallego Candal: ¡¿Qué hicistes papaíto?" e intenten recoger velas. Mientras tanto… el corona virus, soporta todas las hipótesis, y teorías conspirativas y… sigue activo hecho el pendejo, como regulador demográfico. Pero la verdad, pública y notoria es: ¡El negoción con las vacunas y la industria de medicamentos en general!
Venezuela al igual que todos los países estamos inmersos en este indeseable cuadro económico y pandémico mundial; sin obviar que tenemos nuestra propia configuración. En los últimos años, hemos percibido un deplorable manejo de la economía en todas sus facetas, cuyos resultados están a la vista. Lo que resulta grave y sin excusas es que la nación y sus diversas instituciones antes y ahora, han hecho cuantiosas inversiones en la formación de especialistas en distintas áreas, cuya segregación, sin clara justificación sería contrario a los fines de la República, y no sería nada extraño que muchas de las erráticas acciones gubernamentales, tengan que ver con la ausencia de los saberes adecuados.
No deja de ser curioso en el abordaje de todas las vicisitudes económicas y políticas de Venezuela, por los voceros oficiales de todos los niveles, achacárselas a las medidas "coercitivas y unilaterales" del imperio; pues esa existencia real, de injerencia agresora, que efectivamente nos tiene en delicada situación; corre el riesgo que su mal manejo puede convertirla en eslogan, también unilateral, que nos distraiga de lo esencial de nuestros asuntos nacionales, necesitados de identificar los yerros, y sacarlos a flote, para evitar seguir retardando la posibilidad de mejorar las políticas públicas e intentar reorientar el rumbo.
Estando en estas cavilaciones, me visitó un vecino amigo, hombre de avanzada edad, culto, de buena memoria y grata conversación, a quien le hablé de la tarea que realizaba y particularmente del abundante lenguaje económico-político de especialistas, de diletantes, de doctos e indoctos, que domina la política venezolana para tratar de explicar la realidad de la economía cotidiana: Cerco y bloqueo, inflación e hiper, recesión, monetaristas, keynesianos, neoliberales, dólar criminal y dólar chévere, Petro referente clave, salario cero, medidas coercitivas y unilaterales, resistencia y resiliencia…¿"Estamos mal, pero vamos bien"?
El vecino, respiró profundo y me habló de la evanescencia y trajo a colación el colapso del Imperio romano de oriente, a comienzos de la segunda mitad del Siglo XV. Cuentan que los sabios de Bizancio, tenían una interesantísima y compleja discusión sobre el sexo de los ángeles, precisamente en los momentos en que los turcos otomanos estaban a las puertas de Constantinopla. Diez siglos de historia y dominio cristiano se esfumaron, se evaporaron.
Sin embargo, nos vimos las caras y comentamos, esa versión se ha repetido mucho y nos preguntamos, pero que hay detrás de todo eso, que podemos aprender de ello, no debemos dejarnos atrapar por todo lo que se dice, posiblemente haya razones más poderosas que hicieron naufragar al imperio Bizantino… Sin embargo no fue inútil la discusión de los sabios, así lo entendió Mario Benedetti, por ello transcribimos un fragmento de un texto suyo "El Sexo de los Ängeles":
"Y en el preciso instante del orgasmo ultraterreno, los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos, se estremecen, tremolan, estallan, y el amor de los Ángeles llueve copiosamente sobre el mundo".
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL