Leyendo la nota escrita por Antonio Aponte en Aporrea sobre la señora Marta Harnecker, a la que califica de reaccionaria, quedé muy sorprendida al ver el "análisis" - si así puede llamarse - de los elementos que sirven para descalificarla como pensadora revolucionaria.
Es cierto lo que afirma la señora Marta Harnecker al decir que en situaciones de profunda reacción es revolucionario buscar la toma de administraciones locales. El lema de avanzar sin tranzar no siempre es el camino más adecuado para llegar a una revolución profunda. Revolucionario es aquel que sabe que las coyunturas políticas difieren unas de otras y que hay que "estirar el caucho" lo más que se pueda, pero no más de ahí, porque se revienta y el resultado puede ser contraproducente.
También estoy de acuerdo - si me permite el señor Aponte considerarme revolucionaria - que no es elemento ideológico del socialismo, ni del comunismo, los liderazgos vitalicios. Es cierto que así ha sucedido hasta hoy, pero es asunto que hay que revaluar, sobre todo si se busca una Democracia Directa, donde ha de ser el pueblo todo el que mande, el que ordene, el que decida, lo cual ha de crear una cultura que permita tener un grupo de dirigentes válidos y no sólo uno supuestamente ungido por la historia.
En cuanto al símbolo de la hoz y el martillo, también estoy de acuerdo en que debemos pensar en símbolos nuestros, como el azadón y el machete, porque ha sido la importación permanente (como colonias ideológicas) lo que ha impedido hasta ahora que eche raíces un proceso revolucionario latinoamericano adaptado a nuestra ideosincracia y nuestras relaciones propias de producción. Afortunadamente Chávez ha invocado el nombre de Bolívar para hacer la revolución latinoamericana y no, como otros lo han pretendido, que sean figuras extrañas a nuestra geografía, por importantes que hayan sido en su tierra, los que nos guíen como profetas bíblicos hacia la tierra prometida.
Probablemente seré excomulgada del sectarismo izquierdista por esta defensa que hago de Marta Harnecker en cuanto me parece sectario y miope que la califiquen de reaccionaria. Es verdad que con algunas cosas que ella ha escrito difiero, pero eso no significa que me atreva a mandarla al ostracismo, expulsándola de la isla excluyente de la "izquierda" que algunos quieren blindar para acomodarla a su estrecha visión de las ideas revolucionarias en las cuales campean como dueños y señores.
El día 5/02/07, Rosario Campos
Aporrea:
Marta Harnecker, reaccionaria impenitente
Por: Antonio Aponte
Fecha de publicación: 04/02/07
La señora Marta Harnecker ha bautizado un libro, como si de hijo de familia
real se tratase, con bombos y platillos. La criatura se llama
"Reconstruyendo la Izquierda". Comentemos.
Con este libro la señora Harnecker no consigue ubicarse en la Revolución
Bolivariana, sigue instalada cómodamente en los trabajos conformistas que
elaboró para analizar y justificar el "presupuesto participativo de Porto
Alegre", que ahora los presenta adecuados a sus intereses de hoy.
En el libro encontramos huellas abundantes de que fue escrito con la técnica
del "corta y pega", muy utilizado en los trabajos escolares. Nos presenta un
collage de aquellos escritos y aquellos libros, que pasó por un filtro para
eliminar algunos párrafos que evidentemente le iban a traer problemas para
desarrollar su oportunismo. Veamos.
En un libro anterior, "Haciendo Posible lo Imposible", nuestra señora
sostenía:
"A esto debe unirse también la necesidad de poner limitación a los mandatos
otorgados por el propio pueblo, para evitar lo que ha ocurrido en la mayor
parte de los países socialistas –mandatos casi de por vida- algo
absolutamente extraño al pensamiento de los clásicos del Marxismo, que veían
la función burocrática como algo transitorio debido a su carácter rotativo"…
Por supuesto, este párrafo, por razones obvias, lo eliminó. Pero también
decía:
"¡Qué distante de esto han estado muchas de las organizaciones de izquierda
de América Latina! ¿Qué simboliza para nuestros pueblos la hoz que figura en
la bandera roja de muchos partidos comunistas? ¿Qué significa para los
indígenas guatemaltecos el nombre de Ho Chi Min y aún el del Che Guevara,
nombres que han adoptado algunos frentes guerrilleros?"
Por supuesto, este párrafo, por razones obvias, también lo eliminó.
Pero, además de estos trucos ¿Por qué decimos que el libro "Reconstruyendo
la Izquierda", amén de ser un collage, es un libro donde persisten las tesis
contrarrevolucionarias y oportunistas de la señora Harnecker? Examinemos.
En la página 155 encontramos esta confesión de fe contrarrevolucionaria:
"Estos sectores piensan que puede abrirse una situación insurreccional y que
de lo que se trata es de demoler al Estado burgués, es decir, que existe una
posibilidad de ruptura revolucionaria en el horizonte inmediato. Quienes
pensamos por el contrario, que vivimos un periodo ultra conservador y que
estamos en grandes desventajas en cuanto a correlación de fuerzas a nivel
mundial y local, pensamos que de lo que se trata es de comenzar a actuar
dentro de las estructuras existentes con el objetivo de irlas transformando
y, por lo tanto, valoramos positivamente el acceso a la administración de un
gobierno local por parte de la izquierda…."
Evidente, este párrafo, que trasladó desde sus días de Porto Alegre, ilustra
el carácter reaccionario de Harnecker. Y es desde este pensamiento (que
postula claramente que no hay posibilidad para una Revolución) que ella, con
desfachatez, pontifica sobre la Revolución Bolivariana.
¡Derrotemos a los falsificadores y a los oportunistas!
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!
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