Releyendo a Chávez

La Agenda Alternativa Bolivariana, la transformación necesaria

Uno de los grandes problemas que hoy tiene el análisis de los sistemas económicos, es seguir concibiéndolos, solo, como una manera de producción de bienes. Reduccionismo éste que impide verlo como un proceso social integral. Sobre todo, en una época como la que estamos viviendo, tan llena de incertidumbres; en donde, las angustias y problemas de los pueblos aumentan, cada vez se hacen más impredecibles; sin solución, en los marcos de las formaciones sociales existentes. Situación difícil, no hay duda, pero, a la vez, esperanzadora ya que nos ratifica la pertinencia que tiene seguir avanzando en la idea de que "construir otro mundo es posible". Por lo que, continuar dándole vida a la "utopía necesaria", resulta ser una tarea permanente.

La Revolución Bolivariana es un proceso novedoso. No solo por la original manera de concebir la realidad nacional; sino, por la frescura que el Comandante Supremo, Hugo Chávez, hubo de imprimirle a los postulados teóricos que le sirven de marco referencial principista. Es, en nuestro parecer, una ruptura radical (de raíz), no solo con el pensamiento liberal capitalista; sino también, con la manera como algunos sectores siguen concibiendo la transformación socialista de la sociedad venezolana.

Sectores que se niegan a entender que, en un todo de acuerdo con los postulados teóricos que nos legó Hugo Chávez, el Socialismo no es un modo de producción. Que el socialismo es el pueblo emancipado, ocupando su rol de sujeto insustituible de la sociedad. Que el Socialismo es la más perfecta condición de existencia humana. Que el Socialismo venezolano del siglo XXI hace suyos los principios de igualdad, libertad, fraternidad y justicia social, aun cuando estos sean de origen liberal. Que el Socialismo es una forma de vida.

Obvian, que no existe una forma universal de Socialismo. Obvian, asimismo, que la construcción de éste es un proceso dialéctico autónomo y soberano; que, por mucho que se proponga alcanzar objetivos similares, cada nación tiene sus especificidades; cada pueblo, tiene su propia forma y razón de ser, sus propias necesidades.

De allí la importancia de releer a Hugo Chávez. De leerlo y releerlo a él, no solo a quienes creen interpretarlo. Mirémonos en el espejo de lo que ha pasado con el pensamiento de Marx y Gramsci, algunas de sus formulaciones conceptuales han sido mal interpretadas, o interpretadas de acuerdo a la conveniencia o intereses particulares.

Léase y reléase a Chávez. Sus postulados originarios están expuestos en la Agenda Alternativa Bolivariana. En ella se afirma que: "Cuando hablamos de objetivos, estamos tratando el futuro. Es decir, el futuro que deseamos y aspiramos construir". Por lo que, la satisfacción de las necesidades básicas humanas del pueblo venezolano constituye la razón fundamental de la Revolución Bolivariana.

Se lee, asimismo, que, para lograr dicho objetivo, es necesario: "Elevar en el corto plazo el nivel y calidad de vida de la población venezolana, por encima del umbral básico, constituido por el conjunto de sus necesidades físicas (alimentación, salud, vivienda), necesidades sociales (seguridad, integración, igualdad, libertad), necesidades culturales (educación, deporte, recreación, creatividad) necesidades políticas (participación, protagonismo). Contribuir a la reivindicación de nuestra independencia nacional y a la reafirmación de nuestra soberanía".

Entendamos, entonces, que las propuestas de Hugo Chávez son el estallido de un imaginario político, social, económico y cultural que dividió a nuestro país en dos tiempos. Por un lado, una Venezuela existente con sus desigualdades, explotaciones e injusticias; por otro, una Patria en donde reine la igualdad, sin explotación, sin injusticias: el Socialismo Bolivariano del siglo XXI.

Entendamos que la Revolución Bolivariana no es un proceso cualquiera. Es mucho más que una consigna política. Trasciende los marcos de la erudición académica. Que, por el contrario, es la constatación de que la estructuración capitalista dependiente y subdesarrollada, que caracterizo a la Venezuela cuarto republicaba, podía ser transformada.

Entendamos que, la Revolución Bolivariana, es la revelación de que la Venezuela rentística, con su democracia partidocrática, no era finita; por mucho que se adujera el carácter perfectible de la misma. Entendámosla como una alternativa dialéctica en permanente construcción. Solo así podremos comprender que, las recientes medidas adoptadas por el Presidente Nicolás Maduro, están dirigidas a hacer realidad el legado de Hugo Chávez.



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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