Arcadia Fugaz

Mercado Mundial, los intentos del socialismo en acaparar tazas de ganancia por minerales energéticos

La guerra sucia desde adentro prosigue en contra del gobierno bolivariano de Venezuela, ya no es el bloqueo y del Fondo Monetario Internacional con alianza de bancos internacionales. Es un terrorismo interno que va desde el aumento del dólar con desagravio de nuestra moneda nacional hasta los mercenarios del transporte público que poco respetan la Gaceta Oficial de Venezuela. Esto, viene sumado porque los funcionarios públicos irrespetan a los movimientos populares y directamente el Partido Socialista Unido de Venezuela con todos sus recursos políticos e ideológicos poco se muestra victorioso ante el país, como es su deber de hacer respetar las leyes como organización de las mayorías. Hace falta mucho apoyo político para construir un contexto democrático y político que desarrolle distintas experiencias desde la renovación urbana hasta el protagonismo del crecimiento económico. Paso a paso, ya llevamos dos décadas con la misma argumentación que busca puentes en la madurez de un país

La centralización de un proceso nos lleva a viabilizar transformaciones y nos permite una puja por la apropiación de bienes y derechos indebidos que solo pertenecen a los cooperativistas y trabajadores de Venezuela. Sin olvidar el espacio urbano que se estructura en una multiplicidad de redes que se van concretando en la resistencia y confluencia de toda la clase trabajadora desde los pescadores, técnicos, profesionales hasta los artesanos y ebanistas. Es un sistema interno de redistribución de las riquezas y salarios que repercute en un Estado de Bienestar. Pero, es triste observar que la presidencia de La República poco ha tenido voluntad en promover el respeto de sus propios decretos y firmas que se articulan como una herramienta jurídica adecuada para originar en fases, el verdadero propósito de reconstruir el país.

Los ciudadanos permanecen en silencio, parecen autómatas y colectivamente aparecen desfasados porque no hay una dirección política que los avive. Otros acentúan sus criticas sobre este gobierno presidido por Nicolás Maduro Moros, es que los sectores más pobres ya sufren hambruna sumado a la clase media baja. La oposición ya lo sabemos carece de liderazgo y no se pronuncia sobre las altas cifras de corrupción del país y, todavía no consiguen un agujero para emitir su opinión de una manera cierta, se han convertido en una reinserción del gobierno.

Muchos confunden radicalidad con pedreas e insultos, ignoran las palabras de Lenin de ir un paso delante de las masas, solo un paso. Decía siempre Trotsky, "Los ultraizquierdistas detienen su análisis justo donde acaba de comenzar. Oponen un esquema prefabricado a la realidad. Ahora bien, las masas viven en la realidad. Debido a esto, el esquema de los sectarios no tiene ni la más mínima influencia en la mentalidad de los obreros. Por su propia esencia, el sectarismo está condenado a la esterilidad.". Entonces, la izquierda clasista y socialista, ¿Como se deja parar por corruptos? Es una relación diálectica entre el pueblo y el gobierno, donde las organizaciones sindicales han sido anuladas y vendidas y ya poco se ve ese pueblo masificado en las grandes marchas, es fácil ver ahora a contrarrevolucionarios, los Comités de Base han perdido prestigio.

Este gobierno debe cambiar de ritmo y rumbo sin planificación, a nadie le interesa, solo quedan papeles. Carece de la concepción de un país productivo y desconoce su campo de batalla, se encuentra alimentando a países extranjeros y, no a Venezuela. Es cuestión de conciencia de clases Sin duda, se debe pulsear duro para poder comer. Tiene que venir una fórmula nueva con una correlación de poder.

Estamos bajo banderas neoliberales y el dominio de un capitalismo transnacional. Intentan someternos a todos, bajo una concepción esclavista, tenemos una exégesis de aduladores,, cultores y adoradores, amantes de ídolos , pero, Biden fomento el escepticismo acerca de las posibilidades de una reforma significativa en Estados Unidos, y no solo entre los radicales, Trump con su forma de gobernar siempre fue mejor y creo empleos y hubo bienestar, con Biden más bien tragedia.

Hans Morgenthau fue claro, por citar un caso, formulando un análisis de la crisis de la sociedad norteamericana que, casi podría interpretarse como un llamamiento a la revolución, sin duda, Biden pretende ser una expresión de la desesperanza.

La ideología ascendente de los grupos capitalistas y luego dominantes, en el caso venezolano, ante un gobierno bandegle mantiene una conducta tácita a los intereses de las grandes cooperativas y transnacionales. Ya hemos entendido que, "la idea socialista", es pura propaganda.

Algunas veces, nos olvidamos que somos seres corpóreos en una sociedad alternativa en que deseamos vivir, nos encontramos sujetos a una vulnaberilidad motivada por las empresas transnacionales, ya no es una utopía. La racionalidad moderna llega y llego a su fin. Ya el dinero es un concepto negativo de una verdad, todos desean adueñarse del Sur.

El Medio Oriente se abastece de Venezuela y algunos países andinos. Los principios democráticos marcan una nueva orientación ideológica y perversa. Estamos ante la amenaza de una exclusión colectiva en un sistema de mercado colectivizado.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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