Los historiadores tenemos la manía de andar escudriñando, entre los armarios de bibliotecas y archivos, para ver qué documento encontramos y nos sirva para dar explicación a los hechos que ocurren en el presente. En ese andar, este estos días, me encontré con un libro que sirve de título a éste artículo, cuyo autor el economista estadounidense Lester Thurow, profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets, publicó en el año 1992.
Años en que el capitalismo neoliberal lucía triunfante. Los tigres asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur), eran exhibidos como el modelo a seguir. A los latinoamericanos se nos hizo creer que México y Chile, constituían un ejemplo a imitar. Lee Iacocca, fue el modelo de gerente ideal. El Fin de la Historia y el último hombre, de Francys Fukuyama; y, la teoría de la guerra de civilizaciones de Samuel Huntington, conformaron su marco teórico. Transcurridos veintitrés años del nuevo siglo, ninguna de las premoniciones con que se adornaba al neoliberalismo, logró el éxito anunciado.
El totalitarismo del mercado, llegó a su ocaso. El mundo unipolar, con Estados Unidos como potencia hegemónica, perdió su fuerza. Los tigres asiáticos, perdieron su encanto. Europa unida, se ha convertido en el nuevo "patio trasero" de la nación del Tío Sam. El pensamiento neoliberal ya no seduce a nadie.
En la referida obra, Lester Thurow afirma que, dicha guerra, sería una batalla económica que tendría como protagonistas a Japón, Europa y los Estados Unidos. Pero, la guerra del siglo XXI se inició y tiene otros actores; y, se libra por otras razones, es multidimensional. En el primer párrafo de la misma, Thurow dice que: "Consagramos la mayor parte del último medio siglo a preocuparnos por el oso soviético de los bosques… A fines de la década de 1940 parecía que el oso soviético, con la ayuda de un reciente triunfador, el dragón rojo chino, deseaba conquistar el mundo. La ayuda a Grecia y Turquía, la OTAN, el rearme de Japón y Alemania occidental y la Guerra de Corea fueron todos esfuerzos para contener a los osos y los dragones de los bosques". Y, no lo lograron.
Nuevas alamedas se han abierto. China ingresó, en diciembre del año 2001, a la Organización Mundial de Comercio (OMC); sigue siendo considerada, en ese foro multilateral, como una economía de segundo mundo, a pesar de ser la más grande del universo; y, Rusia que, después del derrumbe del socialismo soviético, fue considerada como una nación atrasada; sin embargo, hoy nadie pone en duda su gran avance militar, científico y tecnológico. Ambas exhiben, con sobradas evidencias, sus fortalezas políticas y económicas, son las nuevas potencias del mundo. Y, junto a los países asociados en el BRICS, han venido dándole forma y sentido al nuevo orden mundial multipolar que se está fraguando; y que, las potencias capitalistas de occidente no podrán impedir se desarrolle y consolide.
En política los errores se pagan caros, se ha dicho siempre. Y, los gobiernos supremacistas de Estados Unidos por su prepotencia, y creer seguir siendo lo que ya no son, sin medir las consecuencias que ello habría de generarle, han cometido su más craso error: enfrentar a China y Rusia, al mismo tiempo.
La guerra de Ucrania, que tiene su razón de ser en el apoyo brindado por Barack Obama, durante su gobierno, al golpe de Estado del año 2014, en esa nación; así como, el respaldo que la administración Biden le brinda a Taiwán, para su separación de China, constituyen la mejor constatación de que la guerra del siglo XXI está en marcha.
No hay duda. El mundo de hoy es otro. Las potencias capitalistas de occidente, no le meten miedo a nadie. La soberanía y la libre determinación de los pueblos se han convertido en principios muy caros, para las nuevas realidades nacionales. Emergen nuevas potencias; y, estas, han establecido una manera distinta de relacionarse; la cooperación y el respeto, son el marco de la nueva geopolítica mundial.
El mundo cambió; y, el Club Bilderberg, "los amos del mundo"; The Council of Foreing Relations, el verdadero gobierno de Estados Unidos; Skull and Bones, la orden de la calavera y los huesos; La Mesa Redonda de Cecil Rhodes; La Comisión Trilateral, entre otros, son organizaciones del gran capital, de extrema derecha, impulsadores del fascismo y el nacizmo. Su orden mundial se derrumbó. Armaron su Guerra del Siglo XXI, y están siendo derrotados.