Versión 2

¿A quién nos enfrentamos?

En enero del presente año, publicamos, en éste medio, un artículo que calzamos con el mismo nombre del presente. En esa oportunidad, la motivación de su publicación estuvo determinada por unas declaraciones que la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, había expuesto ante el 'think tank' Atlantic Council. En las cuales afirmó que: para el gobierno de Joe Biden, Latinoamérica le resulta ser una región importante para sus planes imperialistas.

En esta oportunidad, la motivación tiene que ver con el recordatorio de que, no es cualquier enemigo el que enfrenta la Revolución Bolivariana. Que los planes desestabilizadores, golpistas, el asedio económico y las medidas coercitivas impuestas por los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea, no es un asunto circunstancial.

Al respecto, téngase presente que, luego del derrumbe de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, la hegemonía imperial de EEUU mostró sus debilidades y falencias. Desde entonces, el diseño de su política de seguridad nacional ha estado en función de su recuperación como único centro de poder mundial. Estrategia política, en el cual se define a Estados Unidos como un coloso que se alzará sobre el mundo, imponiendo su voluntad y manteniendo la paz mundial mediante el poder militar y económico.

Por lo que, con la designación de Condolezza Rice, como Secretaria de Estado el 25 de enero de 2005, la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina, y de manera particular hacia Venezuela, ha sido más agresiva, más intransigente, más unilateral, más intervencionista. A partir de entonces, los gobiernos de Estados Unidos han estado más unidos alrededor de valores ultraconservadores; han demostrado mayor coherencia, en el carácter agresivo y hegemónico de la política exterior estadounidense.

La Secretaria de Estado, desde el inicio de su gestión, enunció el rol que cumpliría en ese cargo. Al respecto dijo: El Presidente Chávez es un verdadero problema. Creo que va a seguir buscando maneras de subvertir la democracia en su propio país. Él va a seguir buscando maneras de hacer a sus vecinos desgraciados. Seguirá con sus contactos con Fidel Castro, posiblemente dando a Castro una última oportunidad para que intente afectar la política en América Latina, lo que no es una cosa buena. Está involucrado en Colombia con las FARC de una manera que no ayuda.

La fórmula sugerida por Rice para contrarrestar la influencia del auge Bolivariano y del Presidente Chávez, fue la de movilizar a los países de la región a fin de que a la vez que lo observa, esté vigilante con él, y presionarlo cuando se mueva en una dirección o en otra. Rice indicó que para lograr esto, Estados Unidos no podía actuar solo.

Por esta razón, anunció que EEUU utilizaría el escenario de la OEA. Al respecto dijo que: La OEA puede hacer mucho. Esperamos que el reconocimiento de que no está siguiendo una vía democrática (refiriendo al gobierno de Chávez), pueda ayudar a movilizar a la OEA.

En otras palabras, la estrategia anunciada es que EEUU acudiría al foro hemisférico para convencer a los países de la región de que en Venezuela no se sigue el camino democrático. La Secretaria de Estado estadounidense afirmó que en realidad lo que les toca es observar sus actividades y asegurarnos que al menos le acarreen un alto costo, políticamente, si Chávez lleva a cabo actividades anti-democráticas ya sea en su país o en la región. La idea de utilizar a la OEA, a sus órganos y a sus instrumentos para "penalizar" a Venezuela fue tomando fuerza en la agenda de la política internacional norteamericana.

Para su implementación práctica los gobiernos de Bush, Obama, Trump y Bidem, han recurrido a los halcones de mayor experiencia. Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Condolezza Rice, John Kerry, Elliott Abrams, Rex Tillerson, Marco Rubio, Mike Pompeo, John Bolton, Roger Noriega, Otto Reich, John Negroponte, William Browfield, Paul Wolfowitz. Robert Zoellick, Stephen Hadley, han sido los principales ejecutores de los criminales planes desestabilizadores, golpistas e injerencistas para derrocar la Revolución Bolivariana.

Frustrar las pretensiones hegemónicas del imperio, es el objetivo planteado. En buena medida, ello se ha logrado. Pero, aún estamos lejos de cantar victoria. Las nuevas estrategias políticas adoptadas por el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro, tienen ese propósito. Ya que: SALVAR LA REVOLUCIÓN, ES SALVAR LA PATRIA.



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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