La recuperación de Venezuela pasa políticamente por un cambio presidencial

Desde el Consenso de Washington, acuñado por John Williamson, asesor económico del dictador chileno Augusto Pinochet; cuando al revisar las medidas económicas del FMI, el BM, el BID y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, todos con sede en Washington D. C., en 1989. Propuestas del decálogo del neoliberalismo, recetario para abordar la crisis económica en Latinoamérica, asumidas tras una larga recesión en la década perdida. Desde el pensamiento neoliberal se dispuso la obediencia desde criterios avalados por las escuelas y sus propuestas sobre ideas de un Estado Mínimo y Desregulación del Mercado, las asumidas por Friedrich August Von Hayek, figura tutelar y creador del neoliberalismo, que incluían otras propuestas como las medidas presupuestarias de los gobiernos, la reducción del déficit fiscal, y estrategias de estabilización macroeconómicas. Para lo cual prefirieron a las dictaduras antes que democracias estatales, según ellos las que aplicaban los comunistas; opiniones controvertidas y con sus muchas variaciones. En todo caso se propuso reorientar el gasto del Estado en áreas como educación, salud, vivienda, y mejoramiento de los servicios públicos en las sociedades de los países en vías de desarrollo, y aquí estamos. Se establecieron reformas fiscales y liberalización del comercio, el libre mercado de Adam Smith, incluyendo medidas con otra implementación y nuevas reformas en fomento al consumo y el crecimiento de la economía. El Liberalismo, Escuela de Chicago, Milthon Fridman.

De ahí que se plantearan las luchas contra tal pensamiento de exportación por los Estados Unidos para la región y el hemisferio occidental, socavando las bases de nuestras economías a las que adhirieron los últimos gobiernos de la IV República y fueron óbice de los estallidos sociales en aquella década que finalizaba y las siguientes. Una lucha desigual, pero contra tales medidas por parte de los pueblos y sus vanguardias movilizadas y formando cuadros revolucionarios, nueva sangre guerrillera para el relevo generacional que repuso las vidas sacrificadas desde el socialismo y la utopía del comunismo. Eso fue lo que entendemos y apoyamos con lo cual se gestaron los cambios luego del Caracazo, de los alzamientos del año 92 contra el paquetazo neoliberal adeco, y la caída en desgracia de sus líderes y el apoyo masivo en la calle al líder de la revolución que se gestaba desde el bolivarianismo, acompañamiento que duró hasta el 2012, cuando por las circunstancias sobrevenidas se votó por NiMaMo, que debió continuar enfrentando al imperialismo y al sionismo, y a los enemigos de la región y a todo aquél que se sometiera al Departamento de Estado, para seguir hundiendo a Latinoamérica bajo la bota de los halcones del Pentágono, y a los políticos corporativos de la Casa Blanca, con los presidentes magnates, que colocaban autócratas y dictadores con piel de demócratas, para que les realizaran las planas obedientemente, sobre todo los socialdemócratas y socialcristianos, que enfrentaban a los rojos.

Eso es lo que significa la traición de NiMaMo al chavismo, a la lucha de los socialistas y los comunistas contra el imperialismo, como lo hizo Chávez sin desmayar ni amilanarse, acompañado por el pueblo que nunca lo abandonó en masa. Con su despedida de este mundo nos dejó el encargo de se voluntad de votar por NiMaMo y lo hicimos en dos oportunidades, pero nos falló, a la revolución, porque prefirió aliarse con los enemigos del pueblo, con la oligarquía y la burguesía revolucionaria liberal, asociada con los grandes capitales nacionales e internacionales, con quienes hacen sus grandes negocios desde el sector público, para estar bien con dios y con el diablo, ambas figuras imaginarias y simbólicas representativas del bien y del mal que se le puede ocasionar al soberano cuando se lo aliena y enajena como lo han hecho en estos once largo años en los cuales nos ha mal gobernado NiMaMo desde su régimen antichavista, dividiendo el partido de la revolución, y abriendo la brecha que habíamos cerrado al haber derrotado históricamente a la IV República para en su lugar impulsar la V República con la inmensa victoria de 1998. La oposición apátrida volvió al ruedo gracias a que se congracian con los detentadores del poder económico y la Iglesia, para volver a dividir al país entre las clases sociales y controlarlas segregándolas de nuevo a estar circunscritas a sus nichos marginales, sin asistencia directa ni autonomía funcional y orgánica, sino cooptadas y gobernadas por cada vez más burócratas desde los poderes constituidos, para mantener el control sobre el constituyente, de manera que obedecieran ciegamente a las líneas partidistas en una estructura vertical.

Gobierno, revolución para el proceso de cambio sostenido en la nación. Aquí se trata de política, no de casualidades, sino de sentido común y coherencia por parte de quienes le hacemos seguimiento al gobierno y a la oposición, tratando de no dejarnos vahear por las culebras ni las viperinas que abundan entre oficialistas y oposicionistas, que lo que buscan es votos a cambio de bozales de arepa, o de cualquier cosa que satisfaga las necesidades de los individuos e individuas que tienen sus propios intereses, y viven de la política. Mucho se ha especulado sobre las verdaderas causas de nuestra situación actual, y de los problemas planteados frente a lo que se resolverá el próximo domingo en cuanto a quién saldrá ganador en la justa por el coroto, si repetirá NiMaMo, que es el principal responsable de la política nacional y de la crisis nacional, principalmente la económica, y por supuesto la social, donde las cifras no cuadran para el pueblo, pero sí para el sector de los atornillados al poder y la toma de decisiones, que no se ajustan al Plan de la Patria, sino que han priorizado los beneficio de las clases adineradas del país, entre las que se encuentran muchos de los funcionarios del alto gobierno en los cinco poderes públicos. Basta verlos cómo han cambiado desde que están ordeñando a la nación, y se han acomodado ellos y sus familiares, que hoy se encuentran fuera de Venezuela, y no salieron por los caminos verdes ni atravesaron el Darién, sino por los principales aeropuertos, con todos sus gastos cubiertos y remesas mensuales para vivir holgadamente con el dinero que se han llevado del país, por medio de la corrupción descarada del gobierno nacional, quien permitió que eso ocurriera, y de lo cual nada se ha hecho para recuperar los millardos en las cuentas de los paraísos fiscales. Será que NiMaMo saldrá en su vaca sagrada el 28J si es derrotado en las urnas. Entregará o bañará a Venezuela en sangre.

Los verdaderos líderes y lideresas de la nación están a buen resguardo, no han podido estar presentes para participar directamente en la calle, porque se los han impedido los cuerpos de seguridad del Estado, con órdenes de detención injustificadas, sabemos cómo viene actuando el régimen contra todo aquello que le cause algún escozor o piquiña debido al culillo de perder el poder. Este 28J habrá participación y protagonismo en las calles del país y suponemos que será un día donde nos veremos de nuevo las caras, los que le han mentido a la sociedad venezolana, la oposición no se queda atrás. Si realmente la política es el pegamento invisible que mantiene unidas a las comunidades, cuando establece pautas, normas, reglas, que deben ser aceptadas y acatadas, cumplidas por todos y todas, según lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el resto de las leyes y normativas vigentes, que el régimen y el oposicionismo no han respetado. Qué podemos esperar entonces que ocurra el domingo, habrá algún cambio significativo, el gobierno enmendará y solventará todos los problemas que ha creado, los errores que ha cometido, las mentiras que ha proferido, las manipulaciones, la alienación y enajenación del pueblo, al que le ha ofrecido villas y castillos y ni siquiera un rancho les ha dado, un mínimo de dignidad para poder vivir como viven los que gobiernan, a quienes les llega todo de primeritos y a cuenta gotas al resto, donde en las últimas dos semanas han botado la casa por la ventana para dar apariencia de que todo se resolvió y hay que confiar nuevamente en NiMaMo, después de once largos años de estrecheces y miserias, incrementados desde 2019 hasta hoy.

Acaso eliminar los impuestos beneficia a las mayorías o a las minorías, porque aquí el que más tiene es el que menos paga, y de paso le quita lo poco que tiene el asalariado, por parte del gobierno y de los privados. Basta darse una vuelta por Las Mercedes y las urbanizaciones aledañas para darse cuenta de lo que realmente ocurre en Venezuela mientras quieren que nos resignemos a una bolsa con seis rubros, un bono de 180 bolívares y un sueldo mensual de 130 bolívares. Podemos vivir con eso, cuando en los restaurantes en los que se reúnen los enchufados dejan propinas de cincuenta dólares en una sentada, y salen de ahí para sus mansiones de lujo que pareciera otro país, no el cubierto de ranchos deleznables donde vive más del 80% de la población. Es que acaso nadie se da cuenta de lo que de verdad pasa. Hemos vuelto nuevamente a tiempos que creíamos superados, pero para nada. Del sector público ni hablar, los trabajadores, los jubilados, los pensionados, en ellos es en quienes se refleja la verdadera crisis económica del país, que tienen que mantenerse pese a los abusos que se cometen a diario, y lo que es a ojos vista una grosería el reparto de los beneficios, ful para los altos cargos y una miseria para el pichaque, que así tratan al pueblo, al que dicen defender y por el que dicen trabajar. Esto no es revolución, es un asalto a la nación por medio de organizaciones delictivas salidas de los rincones de la nación, donde aplican la ley del más fuerte, del caribe, del vivo, que ve al resto como al pendejo, al bolsa, cuando en realidad son humildes de corazón, pobres de espíritu, que no están influidos por el mal que anida entre los criminales y serviles del régimen, que viven a costillas de los campesinos, los obreros, los trabajadores, los asalariados, privados de sus derechos elementales, de la justicia, sin poder defenderse contra los abusos por parte de los mandamás.

Eso es lo que queremos cambiar, esa manera absurda de hacer las cosas fuera del marco jurídico y la legalidad, NiMaMo y los nimamistas han convertido a Venezuela en uno de los países más desiguales del mundo, donde sólo un sector obtiene beneficios, mientras que el resto tiene que sobrevivir, con salarios de miseria. Son las nefastas políticas económicas de un régimen que destruyó la capacidad de ahorro y del consumo de las familias en los estratos tres y cuatro y cinco de la población venezolana. De qué recuperación económica no hablan los del gobierno, cuando lo que han hecho es robarse el dinero entre los corruptos y sus negocios públicos, como si se tratara de una hacienda personal. Además de la arremetida feroz contra los trabajadores y las trabajadoras que protestan y reclaman por los salarios de tres dólares mensuales, que ni cubren el pasaje diario para trasladarse al trabajo. Con la eliminación del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras en bolívares, el presidente obrero apoya a los grandes empresarios cargándole ese fardo a los trabajadores y trabajadoras de la economía informal y asalariada. Estas medidas dictatoriales implementadas por el régimen, agravan aún más la situación política y social en Venezuela. Con argumentos harto suficientes llamamos la atención de quienes se disponen a ir a ejercer el deber de votar y expresarse a través de las urnas sobre lo que verdaderamente quieren para el país, que ocurrirá a partir del próximo semestre que arrancará la semana siguiente, sin que nada se haya detenido, porque la nación continúa aquí donde está su gente, y el Estado seguirá haciendo las cosas que hace diariamente, ordenando y mandando, cometiendo las mismas irregularidades que hasta ahora ha cometido, porque no hay ninguna garantía que nos permita confiar en que NiMaMo va a cambiar. La censura desde los medios al servicio del gobierno de manera abusiva, porque no se corresponde con la igualdad ante la ley, y lo que se comunica es lo que desde el Estado se dice que es la verdad, porque así se ha decretado por parte del autócrata del siglo XXI, del poder soy yo, y yo soy el que manda, llueva, truene o relampaguee. Está sobrado el presidente que no sabe no recuerda o le da lo mismo, mandar para los que lo adulan y le jalan bola, y otros que se le guindan, y se hace lo que a él le conviene; y así esta farsa electorera.

Basta ver el tarjetón, es él y sólo él en todo el espectro, el país le pertenece, y el pueblo tiene que obedecer dócilmente, como lo hacen en los pueblos asiáticos, donde la sumisión es algo cultural debido a la configuración social, especies de castas, donde los que mandan son casi divinidades, y los que obedecen simples mortales a merced del señor que rige desde el gobierno despótico y nepótico. Sin posibilidad de ejercer los derechos y libertades humanas, y que impere la justicia y la legalidad, que la legitimidad no esté impuesta por la fuerza de un régimen que se ampara en los organismos de seguridad política y de choque, que llegan a cualquier parte donde se crea exista alguna amenaza contra el poder que detentan. Actúan atropellando desde las instituciones del Estado que están a la disposición del que manda y a quien todos deben obediencia ciega. Dónde quedó la rebeldía del pueblo bravío, del pueblo consciente, del pueblo indignado contra los atropellos de quienes los maltratan dejándolos sin servicio público, sin asistencia social, jurídica, asistencial, ni derechos políticos. La gravedad continúa y las irregularidades seguirán apenas se den los resultados de las elecciones, que esperemos que todos y todas acaten y regresen a sus viviendas, o a celebrar en santa paz, porque los asuntos de estado seguirán sorteando las decisiones erráticas del régimen. Con o sin Carnet de la Patria, seguirá el control de las mayorías que necesitan estar registradas para no permanecer invisibilizadas y poder alcanzar a satisfacer de alguna manera la gran escasez generada por el gobierno, que sólo quiere achacar la situación nacional al bloqueo.

La censura es total por parte de los medios de comunicación del gobierno, desde donde solo el oficialismo puede denunciar, sin que por su parte el resto de la población pueda plantear las problemáticas reales que afectan al pueblo, ante la escasez de los servicios públicos, la grave crisis económica, y la criminalización y judicialización de los reclamos y las protestas. Presos políticos, persecución, asesinatos extrajudiciales, y prácticas que pensábamos se habían superado después de haber vivido bajo las dictaduras de Gómez, Pérez Jiménez, y los abusos de los adecos y los copeyanos en toda la IV República. Hay dictadura cuando se restringen las libertades y se aplican medidas coercitivas ante derechos y libertades ciudadanas, y se manipulan los procesos democráticos para las elecciones, con censuras y represión a quienes denuncien y protesten por las condiciones que muestran el lado autocrático del gobierno, que actúa con sus diversas estrategias ilegítimas y antidemocráticas, censurando y persiguiendo a los que se atreven a criticar al presidente y a sus ministros, cuestionando la forma de proceder desde el Estado, donde las instituciones no son capaces de poner en cintura a las autoridades en los poderes públicos, donde actúan como dueños y señores poderosos y sin restricciones de ningún tipo. Guapos y apoyados por grupos armados, de choque, que se prestan a tan flagrante manera de actuar en la V República decadente por sus figuras venidas a menos, que enlodan con su actuación al chavismo todo.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1150 veces.



Franco Orlando


Visite el perfil de Franco Orlando para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: