La izquierda unida jamás será vencida

¡Qué difícil ha sido unir a las izquierdas en Venezuela! Sus líderes, cada uno detrás de un nombre, de unas siglas que lo identifican como grupo o partido político, crean sus teorías particulares, las interpretan según sus intereses, y es allí donde está el problema. Nadie cede. No se llegan a acuerdos y cada quien se va por su lado. Asimismo, dentro de la izquierda, abundan los teóricos, los que dan la receta de cómo unir a la izquierda, pero no la ponen en práctica, y siempre se colocan en la retaguardia, siendo incapaces de proponerse o dejarse proponer como vanguardia, sabiendo que tienen "Buena voz, pero mandan a cantar a otros" Su tiempo se les va en bla bla bla.

Ese es y ha sido un gran problema para la izquierda, no solo aquí en Venezuela, también en la región. Desde hace mucho tiempo he oído una consigna que emociona cuando desde una tarima en una concentración, el líder trata de ratificar que "La izquierda unida jamás será vencida", provocando euforia en sus seguidores que repiten el lema casi convencidos de que si se puede; sin embargo, ha sido difícil cumplir tal propósito, y por los vientos que soplan, hoy parece más difícil de cumplir, sobre todo cuando vemos que esa izquierda, se está uniendo no para vencer ella, sino para ayudar a que la derecha, eterna enemiga, se imponga; bastaría con leer los últimos comunicados de ciertos grupos de izquierda buscando firmas para defender el supuesto triunfo de Edmundo González. Asimismo, bastaría observar, a políticos que estuvieron con Chávez, y hoy dan lastima cuando en actitudes adulantes tratan de acercarse a grupos identificados con la extrema derecha. Es posible que ahora crean que "La derecha unida jamás será vencida".

Por ejemplo, en épocas del bipartidismo AD/Copey, la izquierda cumplió un papel legitimador de los triunfos de cualquiera de esos dos partidos. Nunca fue enemigo serio con posibilidades de lograr la victoria electoral. Se puede considerar que su participación se traducía en pocos logros a nivel legislativo. Entonces, como ahora, no ha habido unión.

Es así, como tenemos en Venezuela una izquierda difusa, ambigua que no se sabe de qué lado quiere estar, aun cuando su consigna dice que unida jamás será vencida. Llevo años, muchos años, oyendo a gente de izquierda con ganas de cambiar el mundo. Solo he visto y leído a teóricos desglosar las diferentes teorías respecto a capitalismo y socialismo, pero ninguno se atreve a ser vanguardista, mandan a los demás. Esperaron a que emergiera Chávez, desde las fuerzas armadas, quien con su giro a la izquierda captó a la izquierda realenga, la que andaba sin brújulas, ni esperanzas porque todos los partidos de izquierda de esa época se fueron hacia la derecha.

Esta izquierda sigue siendo la misma que yo conocí en mis años de estudiante en la UCV; la que buscaba acomodarse en el gobierno universitario a través de la FCU, en las facultades y escuelas. Gente sin ideología que no le importaba la izquierda, sino que a través de ella podían conseguir triunfos para lograr prebendas; luego el tiempo me daría la razón al ver a personas que fueron presidentes de la FCU, formando parte de gobiernos adecos, copeyanos y chiriperos. No es extraño que hoy, esa misma izquierda coquetee con la ultraderecha, la defienda, pidan conteo de votos, actas, acudan a tribunales a defender los votos de Edmundo, sabiendo que hagan lo que hagan siempre van a ser un cero a la izquierda.

Ante esta realidad, por los momentos no se vislumbra la unidad de la izquierda; mientras tanto, en cada mitin, la consigna seguirá retumbando en el espacio y emocionando a mucha gente; pero, de que "La izquierda unida jamás será vencida" seguirá siendo una utopía.



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Jesús Rafael Barreto


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