Quienes promovemos o integramos el núcleo fundador de la Junta Patriótica de Salvación fuimos categóricos en determinar y afirmar con antelación la falsa que el madurismo y la oposición habían montado con el teatrillo del 28J contra los explotados de nuestra nación. Nunca le hicimos comparsa. Por ello, no dudamos en certificar que el 10E es la continuidad de esa trampa. El 10E no nos quita el sueño, como sí parece ocurrir con ciertas organizaciones de izquierda que parecen abrigar la esperanza de que su candidato pro yanqui llegue escoltado ese día por los marines.
Sin embargo, hay que enfatizar lo siguiente, porque consideramos es la contradicción esencial que está desgarrando a la sociedad venezolana. El 10 de enero es la continuidad de la trampa que armó la clase capitalista el 28J, ejecutándola a través del partido madurista y del progringo partido maricorino, para impedir que las fuerzas del chavismo auténtico participaran con un candidato propio y ganara las elecciones. Dicho de otra manera, quedó evidenciado que la trampa se diseñó con la finalidad de salvar al capitalismo que hace aguas en Venezuela, y para ello había que impedir que una fuerza potencialmente poderosa como lo es el chavismo autentico se reavivara a partir de su propia opción electoral y asumiera nuevamente el timón de la transición al socialismo, que es lo que está planteado en Venezuela, porque los demás planteamientos no pasan de ser versiones edulcoradas de reproducir el capitalismo y eso ya fracasó en el mundo.
En concordancia con lo antes mencionado, queremos desmontar la idea errónea de que en las pasadas "elecciones" el voto mayoritario, quienquiera que se lo abrogue, surgió de las filas del chavismo. El chavismo originario, el pueblo chavista, que es la mayoría nacional –dentro y fuera de Venezuela- no participó de manera activa en el teatrillo del 28J. Pero hay cierta izquierda socialdemócrata, más bien liberal, que se da el tupé de endosárselo al asesino de monjas Mariknoll, al agente pitiyanqui. Probablemente, en espera de que sean incluidos en un hipotético gobierno de unidad nacional (jajajaja con el madurocorinismo, la burguesía y el militarismo gobernante). Por otro lado, el oposicionismo derechista, ya desahuciado por el sindicato de hampones y explotadores llamado Fedecámaras, debido a que hace la función de macho alfa frente al madurismo, no cesará en su empeño de mantener en zozobra al país, creándole no solo falsas ilusiones, sino además matándolo de desengaño.
Ahora bien, ese papelito de aspavientos que no afectan en nada a la estructura autoritaria y tiránica de la gestión madurista es similar al que algunos amigos, camaradas, revolucionarios vienen cumpliendo al pretender imponer la idea de que la respuesta de los empobrecidos a la catástrofe económica y social reside, no en el pueblo constituyente y combatiente, en los empobrecidos en sí y para sí, sino en un mesías que ya el propio Presidente Chávez hizo a un lado en una mala hora, tal vez por no haber detectado al mal que se escondía en su sombra, al no avizorar que la traición estaba a su lado aquel 9 de diciembre de 2012. Pero fuera de esa realidad, lo que más perturba es que se recurra a la descalificación de una propuesta sin fundamentos político-ideológicos y de la que tenemos pruebas irrefragables que ha tomado cuerpo en algunos sectores del chavismo originario y en individualidades militantes, de quienes solo esperamos que más allá de estar de acuerdo con esta idea-fuerza, den el salto cualitativo junto a este puñado de convencidos con irrevocable fe en la urgencia y necesidad de la construcción nacional de la Junta Patriótica de Salvación (JPS). Además, persuadidos de que la salus populi no puede provenir de otra fuente que no sea del pueblo mismo, de su capacidad de organizarse como fuerza política y desarrollar una conciencia teórica anticapitalista. Asimismo, estamos seguros de que esta tarea no es para cuatro pelones que ya perdieron la esperanza y colgaron los guantes.
Sin embargo, hay que enfatizar lo siguiente, porque consideramos es la contradicción esencial que está desgarrando a la sociedad venezolana. El 10 de enero es la continuidad de la trampa que armó la clase capitalista el 28J, ejecutándola a través del partido madurista y del progringo partido maricorino, para impedir que las fuerzas del chavismo auténtico participaran con un candidato propio y ganara las elecciones. Dicho de otra manera, quedó evidenciado que la trampa se diseñó con la finalidad de salvar al capitalismo que hace aguas en Venezuela, y para ello había que impedir que una fuerza potencialmente poderosa como lo es el chavismo autentico se reavivara a partir de su propia opción electoral y asumiera nuevamente el timón de la transición al socialismo, que es lo que está planteado en Venezuela, porque los demás planteamientos no pasan de ser versiones edulcoradas de reproducir el capitalismo y eso ya fracasó en el mundo.
En otro aspecto, no cabe ninguna duda que la política nacional y la geopolítica están movilizándose alrededor del 10 de enero del 2025. Debe tenerse presente que el mundo hoy está siendo martirizado en una planetaria carnicería humana que lleva a cabo un puñado de multimillonarios por repartirse las riquezas del planeta y de cada nación. En este contexto de tercera guerra mundial, es que se vienen desarrollando negociaciones de espaldas al pueblo venezolano. El 10 de enero es una fecha que está en la agenda de preocupaciones del sistema internacional de capital, porque para los capitalistas que dominan el mundo es estratégico, es de vida o muerte, que en Venezuela no se lleve a cabo una revolución socialista porque con total seguridad la revolución se extendería por toda Nuestra América y también se convertiría en una revolución martiana-fidelista, bolivariana, artiguista, zapatista, guevarista, eloyalfarista y sanmartina. De tal forma, en estas negociaciones, donde se aprecia una posible retirada de Trump de Ucrania, tienen un peso determinante, porque éste regresa a recuperar "su patio trasero" con una actualizada concepción de "América para los americanos". Y tal regreso no necesariamente tiene que ser invadiendo con los marines, puede suponer estar negociando con sectores progres en Venezuela, que le garanticen con mayor estabilidad política que las que les sirve el madurismo o maría machado. Trump y sus supremacistas necesitan tiempo y petróleo y Venezuela tiene ambas cosas. Son especulaciones, pero si éstas se transforman en verdad, entonces, ¿quiénes estarían negociando con los gringos y demás imperios?
Finalmente, queremos dejar un claro postulado patriótico frente al pueblo trabajador: rechazamos contundentemente todo tipo de injerencismo e intervencionismo en suelo bolivariano, somos fervientes defensores del suelo sagrado de la patria. Del mismo modo, somos contrario a cualquier negociación que no tenga como azimut los supremos intereses, derechos y aspiraciones de los empobrecidos y de la República Bolivariana de Venezuela.
¡Solo el pueblo salva al pueblo!