Lao Tse en el Tao te king decía que «la arcilla se trabaja en forma de vasos. Y que en el vacío consiste la utilidad de ellos». Con todo y eso, podemos decir, que el movimiento revolucionario popular venezolano, en la actualidad, es un inmenso tarro de arcilla pero con tantas grietas como grupos hay, que impiden, por ahora, llenar su vacío con la unidad del pueblo.
Pero, adicionalmente, la mayoría de los venezolanos saben, sienten y ven que no hay otra forma de salir de esta situación catastrófica que cambiando al gobierno de maduro, que cada vez está más solo y atrincherado detrás de los aparatos represivos. Sustituirlo por un gobierno decente, bajo el control de la sociedad misma. Por otro lado, el pueblo sabe también que para lograr derrotar politicamente al madurismo, e impedir igualmente el ascenso de la ultraderecha proyanki, se necesita superar la fragmentación política organizativa en la que se encuentran los sujetos sociales revolucionarios. Porque en el momento actual, persiste, en el campo popular, la ausencia de una propuesta de liberación, ya que sigue sin cuajar en el seno de las clases trabajadoras una formación de vanguardia que apoyada en un plan político y un programa correcto alcance estar en condiciones de ser convocante a dar el necesario salto cualitativo que transforme lo dado en lo posible y se conecte con las luchas del pueblo venezolano.
Siguiendo al Nietzsche de Zaratustra, se necesita que el pueblo de Bolívar levante una vez más la cabeza y se haga conciente de las necesidades radicales de nuestra tierra y que le dé un sentido de tierra abarcadora de amplios horizontes a la lucha. No puede haber liberación política sin la actuación de un pueblo dispuesto a liberarse por si mismo, convirtiéndose en una fuerza material anticapitalista y contracultural que transgreda los límites establecidos por la civilización del capital, y que se desconecte construyendo una nueva forma de vivir, y en el caso concreto de Venezuela, asuma la desobediencia de la realidad impuesta por el madurismo. Pero tal condición se puede lograr juntando fuerzas, acuerdos, voluntad y energías con el concurso de los distintos movimientos de pensamientos liberadores que están, los que existen y resisten en el seno del pueblo empobrecido.
De tal manera, que el problema más importante del pueblo venezolano no es el 10 de enero, porque esta fecha no es otra cosa que la continuidad de la trampa del 28J instrumentalizada por el disminuido partido madurista aupado por los maricorinos y el resto de los partiditos de maletín haciendo el debido coro, viéndose a las claras que todo esto es parte de la guerra de la burguesía contra los pobres para ocultar dos cosas, uno, el fracaso de la restauracion del modelo capitalista madurista, y dos, impedir que las clases trabajadoras venezolanas puedan llegar a tener el poder del Estado.
Es que a pesar de sus discordias por el reparto del botín, cuando se les examina a cada uno y en conjunto más de cerca ( maduristas y maricorinos) se esfuma toda apariencia superficial, por eso fueron todos cómplices y antagónicos a los intereses del pueblo. De la misma manera, la asamblea nacional, la fiscalía, y el tribunal supremo de justicia, todos apoyaron al madurismo cuando éste supeditó la Constitución a su conveniencia, y estuvieron entonces de acuerdo en conculcarle los derechos políticos al pueblo para impedir que este los derrotara a todos en las elecciones con un candidato propio.
De tal manera, puede asegurarse, que el verdadero, real y trascendental problema que deben afrontar los empobrecidos del chavismo y los empobrecidos de la oposición, es superar para siempre la alienante condición de esclavos divididos políticamente por creerse unos escuálidos y otros chavistas, discriminación que sólo les ha servido a los partidos burgueses para reproducir la condiciones materiales de la explotación y dominación contra el dividido pueblo venezolano. Y, en segundo lugar, conseguir la manera ( que hasta ahora nos otra que la JPS) de conformarse en una única fuerza política pobretaria que se dote de la capacidad y la voluntad de sacar del poder al madurismo y a los maricorinos que son en definitiva sus principales enemigos y los responsables de que este capitalismo desastroso siga destruyendo la vida del pueblo venezolano.
Por tal razón, en este nuevo año y a escasos días de que el madurismo, agobiado por la llegada de su crepúsculo, no le quedará otra opción que presentarse con su ropaje abiertamente de tiranía, ahora más que nunca decimos, que la Junta Patriótica de Salvación es, hasta ahora, la solución a la fragmentacion y división que impera en el movimiento popular, la misma es el reconocimiento de una opción concreta de accionar viable; como el instrumento político de liberación social más adecuado a las circunstancias que vivimos, afirmación que cimentamos en los estudios de las huellas de nuestra evolución histórica nacional-continental, de donde se derivan distintas experiencias exitosas de luchas liberadoras que siempre reunieron todas las fuerzas y los inmensos deseos de transformación del pueblo venezolano y latinoamericanos por vivir con justicia social y mayor libertad.
Por lo tanto, el paso a dar en un sentido correcto, es establecer en un plazo perentorio una dirección política nacional que oriente la construcción y active en todo el territorio nacional de la JPS y asuma la orientación estratégica del desarrollo de una nueva y auténtica revolución popular que responda a las demandas más radicales de la poblacion, lo que significa avanzar sobre reformas profundas de la propiedad, el salario, la justa distribucion de la riqueza, los impuestos y otros. Que restituya la majestad de la constitucion. Que le devuelva a la nación la venezolanidad. Que construya un pais con la mejor educación pública, el mejor sistema publico de salud, que desarrolle un sistema nacional agropecuario, que forme miles y miles de científicos y artistas, en fin, que instaure una República de productores libremente asociados.
No vacilemos más entonces, y no perdamos tampoco tiempo e impidamos seguir siendo arrastrados por la agenda política de los enemigos del pueblo, los partidos burgueses madurocorinistas.
Antepongamos una agenda propia de unidad y poder. Ya que la falta de unidad orgánica del pueblo se traduce en que el madurismo podrá seguir en el poder tranquilamente destruyendo la vida de los venezolanos tal cual lo ha venido haciendo. Afortunadamente el pueblo cuenta, entre muchos recursos, con poesías como las que no dejara Simón Díaz, que llaman a nunca rendirse: "Quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan".
HOY MÁS QUE NUNCA ESTÁN DADAS LAS CONDICIONES OBJETIVAS Y SUBJETIVAS PARA QUE EL PUEBLO VENEZOLANO ACEPTE AGRUPAR Y REUNIR TODAS SUS FUERZAS Y DESEOS DE CAMBIO EN LA JUNTA PATRIÓTICA DE SALVACIÓN.
SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO.