El fin básico de la Revolución es el desarrollo (la salud)

Planteada la revolución venezolana en términos 1.- chavistas, 2.- ética y moral, 3.- ambientalísticos, 4.- humanísticos, 5.- socialistas, 6.- bolivarianos, 7.- grannacional, 8.- crística, 9.- petrolera, 10.- clase media. En los términos que expusimos lo hacemos sin querer nombrarlos en forma ordenada por relevancia porque todos tienen el mismo tenor. Se revela entonces que los seguidores de la revolución venezolana tienen referencias básicas para su logro entre otras cosas:

1. reconocen que está guiada por nuestro líder presidente Hugo Rafael Chávez Frías,

2. que está a favor de la vida y de las buenas costumbres,

3. a favor del ambiente, con reconocimiento que somos parte orgánica y sistémica de él y que sus factores son limitados, que hay diversidad natural obedeciendo a una integralidad insalvable y a unas leyes naturales que no se pueden obviar,

4. a favor de la humanidad, con su diversidad cultural, religiosa, sexual, que reconozca a la familia como núcleo fundamental y la comunidad como núcleo ampliado,

5. en contraposición al capitalismo, a favor del socialismo, con términos de mayor justicia social en un marco de relaciones comunitarias y no individualista, con cooperación y con solidaridad, con planteamientos organizacionales mas adecuados que considere a la familia como núcleo básico

6. reconoce el origen de la gesta independentista y del líder creador y su pensamiento, Simón Bolívar,

7. Latinoamérica como biotopo fundamental ambiental y ámbito social-político-económico,

8. reconoce que los fundamentos del cristianismo como parámetros importantes considerando el amor como punto fundamental,

9. reconoce que somos petróleo dependiente y no como el enfoque cuarto republicano que lo consideraba una “maldición”,

10. como modo referencial de vida con inclusión, vivienda, alimento, acceso a servicios, salud, seguridad integral, asistencia médica, que sea el formato básico para toda la población

Ahora, debemos definir cuál es el fin básico de la revolución venezolana. Creemos que el fin básico de la revolución es llegar al desarrollo. El problema es la visión de desarrollo, del modelo que impera en el mundo. Debemos desmarcarnos de esa visión y buscar nuestro propio modelo.

El modelo predominante o imperante (de imperio) es el desarrollo capitalista, enmarcado en una historia materialista. El desarrollo que proponen y ejercen es a través de la explotación ilimitada y sistemática de los factores naturales por eso le cambian el nombre a recursos naturales. Explota también al hombre para quedarse con las ganancias. Persigue ese modelo de desarrollo un aumento de la producción y del consumo universalizándolo como un solo mercado y tratando de desaparecer toda diversidad que genere desapego, indisciplina y disidencia. Todo este planteamiento del modelo de desarrollo capitalista lo hace para generar más excedentes, es decir, para crear riqueza en manos de unos pocos. La base también es falsa y sostiene que los recursos (los factores ambientales vistos en forma pragmática y utilitaria, con la asignación de un propietario) son inagotablemente infinitos y sirven para un crecimiento ilimitado.

Con este modelo de desarrollo capitalista solo se logra degradar el ambiente, a través de la contaminación (disminución de la calidad de la atmósfera, la litósfera, la hidrósfera y el medio extraterrestre) y devastación de las especies de toda la Tierra, afectando a todo el planeta y a todo el universo. Crean la inequidad social con exclusión de vastos sectores humanos, con una guía basada en la competencia que obvia a la solidaridad y a la cooperación, propiciando ganadores y perdedores.

Este modelo nos ha llevado a asumir en la conciencia al concepto reduccionista, con marcado defecto de visión que exonera al individuo de su responsabilidad con su comunidad, con su país, con su continente, con su planeta y con su mundo, satanizando todo concepto holístico, asociándolo a términos de fetichería y alejándolo de los términos científicos. Nos crean corrientes de opinión a través de sus operadores comunicacionales y ejercen su dominio a través de una parte de la comunidad a la cual le brindan privilegios y que se hacen llamar sociedad civil.

El desarrollo como pudiéramos verlo es en base a la definición de la salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), órgano sanitario de la Organización de las naciones Unidas (ONU) que la considera como el buen estado biológico (del cuerpo), psíquico (de la mente), social (de la relación entre la humanidad) y ambiental (de la relación ambiental). Tenemos retos ante esta definición como punto a alcanzar a través del nuevo modelo de desarrollo. Muchos cuando hablan de salud no toman en cuenta esta definición sino que de inmediato se van a la visión asistencialista (prevención, curación y rehabilitación). Pues obviemos esa consideración y concentrémonos enm obtener el bienestar de los humanos (biológico y psíquico) y de su circunstancia (social y ambiental.

Uno de los objetivos del desarrollo es vivir bien (calidad de vida) y bastante (longevidad). Los históricos y actuales modelos de desarrollo no han permitido que la mayor parte de la población viva bien y viva más de cien años. En cuanto a la longevidad, se ha conocido el proceso de la apoptosis (autodestrucción celular cronológicamente programada) científicamente comprobada, que para la humanidad es mayor de cien años (alrededor de los ciento veinte años).

La no coincidencia entre la apoptosis y la longevidad promedio, supone que los modelos de desarrollo han sido tradicionalmente malos. Los humanos y las humanas generalmente no pasamos de ochenta años, viviendo aproximadamente solo hasta un sesenta por ciento de lo establecido naturalmente. Para colmo cuando llegamos a la mitad de lo que sería el período de vida natural (alrededor de los sesenta años), ya estamos devastados como si estuviéramos en una edad mayor de cien años. La conclusión es que no hemos tenido una buena calidad de vida.

Para lograra ese fin de bienestar integral del humanidad y sus circunstancias sociales y ambientales, debemos fijar las guías éticas y morales, con procedimientos que lleven a construir la salud (higiene), con grados de excelencia de calidad que no conlleven a la pérdida de de la salud y aparición de la enfermedad (seguridad) con un buen planteamiento social y ambiental de respeto y de justicia.

El modelo de desarrollo implica un exhaustivo examen de los resultados societarios y reclama un liderazgo y una participación comunitaria identificados con los verdaderos parámetros a considerar como desarrollo. En ese sentido retomemos a Virchow, médico francés del siglo XIX, quien proclamaba que la política era la medicina en grande. El resultado de las políticas de un estado y del mundo desembocará en un estado de bienestar bio-psico-socio-ambiental, por lo cual creemos en el precepto a portado por el médico francés citado. Creemos que el fin básico de la revolución es el desarrollo, cuyo significado es el bienestar, es decir que el fin del desarrollo es la salud. El fin de la revolución es la salud.

Si se logra un modelo adecuado de desarrollo cuyo fin fuera la salud (completo bienestar biológico, psíquico, social y ambiental), viviremos más de cien años, nos jubilaremos a los sesenta años y nos dedicaremos a vivir enamorados auspiciados por un sistema de pensión, sin tener que vivir el desasosiego de la exclusión, la pobreza, la acumulación de recursos en pocas personas o familias, la falta de servicios, dificultad de la obtención de alimentos adecuados, agotamiento de los factores naturales y contaminación, la falta de cobertura de plan de jubilación y asistencia sanitaria y otras cosas que no nos dejan vivir en la cordialidad y el amor a los demás a tiempo completo.


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Elio Ríos


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