Tras el Tsunami o maremoto de Japón del año 2011, nos dimos cuenta que el irrespeto y la desconsideración sobrepasa los intereses capitalistas. El recuerdo nos lleva a las ciudades a la orilla del Pacífico de las islas de ese país oriental, en especial de la ciudad de Fukuchima donde la operadora de la planta nuclear para producir electricidad contemplaba un plan de contingencia exiguo que obligó a revisar los protocolos mundiales de centrales nucleares.
Dentro de los planes de contingencia no se contemplaba qué hacer si un tsunami o maremoto azotaba a la central nuclear y ante un accidente nuclear, contaban con el pacífico para verter productos. La irresponsable compañía Tokyo Electric Power (TEPCO) puso la central a la orilla del océano, sin pensar o considerar que ese cuerpo de agua es del planeta y tenían que considerar que cualquier accidente nuclear contaminaría sus aguas, afectando a más de medio planeta.
Tokyo Electric Power (TEPCO) ha manifestado haber encontrado un espécimen de pez, que según la prensa "los análisis revelaron que el pez capturado cerca de la central nuclear siniestrada presentaba una cantidad del cesio equivalente a 740.000 becquereles por kilo, el mayor índice de contaminación registrado en la zona hasta la fecha."
Empieza la semana del agua con esta noticia, conociéndose que ya es una realidad con evidencia que TEPCO ha causado un mal al agua del océano Pacífico, el padre de todos los océanos.
La imperialidad del poder económico ha sujetado a estas empresas a irrespetar al planeta Madre Tierra, a la humanidad y al resto de las especies. Lo importante es hacer dinero y tener poder, cumplir con los fines económicos sin importar las consecuencias ambientales y sociales.
Vale decir que en el Plan de la Patria no se equivoca en su planteamiento en especial en su quinto componente que se trata de salvar a la humanida dy al planeta. A este plan con el que se conoce al plan de nacional dejado por el extinto muy querido presidente Chávez, quedó para que lo construyéramos y consideramos que no se equivoca cuando nos sumamos oficialmente al pedimento del presidente Castro en 1992 en Río de Janeiro de salvar al planeta ya la humanidad.
En esta semana del agua, como ambientalistos y ambientalistas debemos pedir respeto por el agua, por todo el plantea y por la humanida y las otras especies con las cuales convivimos.
Agua hay demás en nuestro planeta, solo nos queda potabilizarla. Las crisis de suministro de agua desconsideran la alta cantidad de agua que hay en nuestro planeta en nuestros océanos y mares, la que está en forma subterránea que supera en decenas porcentuales a las cuencas de ríos superficiales. Algunos en forma lógica o jocosa piden quitar el nombre de tierra por agua. Aruba es un caso interesante por cuanto tiene un alto consumo de agua potable y su materia prima la obtiene del mar.
Por eso no entendemos esa amenazante conseja que las próximas guerras serán por agua. En ella se refleja las intensiones imperiales guerreristas o la intensión imperial de seguir haciendo el desarrollo como fuente de poder y de dinero y no como dar felicidad a la humanidad con el respeto a la naturaleza y a toda la sociedad.
Ya Fukuchima nos sirvió de ejemplo con ese espécimen que dice la prensa " que presenta niveles de contaminación radioactiva que superan en 7.400 veces el límite establecido por el Gobierno para determinar qué alimentos son o no aptos para el consumo."
En la semana del agua pedimos respeto por el agua, por la Madre Tierra, por la Humanidad y todas las especies sobre el planeta.
eliorios@hotmail.com