Conclusión: contradicciones y alternativas. El éxito cubano al asegurar algún grado de recuperación económica mientras sostiene importantes programas sociales ha distinguido a Cuba del resto del mundo donde a la restructuración económica neoliberal le acompaña una vasta reducción de los servicios sociales. Sin embargo, los cambios diseñados por el gobierno revolucionario han creado importantes contradicciones que podrían tornarse amenazantes al sistema si se menosprecian. Son procesos, prácticas, políticas y estructuras que gradualmente están erosionando la base del respaldo masivo y que deben encararse con alguna urgencia mientras son todavía solucionables.
Entre las reformas positivas se incluyen: planeación económica balanceada, supervisión por los trabajadores-consumidores de la administración y toma de decisiones conjunta; publicación, para escrutinio público, de cuentas, ingresos, y gastos de todos los ministerios; publicación de cuentas de gastos, transporte, alojamiento, regalos privados y valores, y compras en el extranjero de todos los altos funcionarios; debates públicos y referendos sobre las prioridades de inversión, asistencia extranjera versus programas nacionales de salud, vivienda, alimentos y transporte.
Quienes toman decisiones en Cuba deberían romper con su mentalidad monocultural: es insuficiente romper con la exportación de azúcar y confiar en una economía del turismo y los productos primarios (níquel, cítricos, tabaco y otros). Puede ser brillante políticamente desarrollar vínculos limitados con agroexportadores estadunidenses, pero es peligroso volverse dependientes de Estados Unidos en lo alimentario. Promoviendo importaciones alimentarias (actualmente cercanas a cero) de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, a cambio de su exportación de fármacos y servicios educativos y de salud, Cuba podría jugar un papel en el respaldo de la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (Alba), la alternativa regional al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), dominada por Estados Unidos.
Cuba debería considerar la reapertura de sus campos azucareros cerrados con tanta premura, especialmente los ubicados en tierras planas propicias para la cosecha mecanizada. Cuando existen altos precios sostenidos para el azúcar debido al advenimiento de los biocombustibles (etanol), Cuba puede hacerse de divisas, producir etanol y reducir su dependencia de la gasolina importada que aun con los precios subsidiados de Venezuela está por arriba de 30 dólares el barril.
El nuevo complejo de ciencia de computación especializada de Cuba debería integrarse con el sector de la economía y los servicios sociales para enfrentar las urgentes necesidades en el manejo de los sistemas de transporte, los registros hospitalarios y el monitoreo de la distribución de la gasolina y la prevención de las fugas por hurtos menores. Se requiere que la computación se vincule con más claridad a la satisfacción de necesidades populares urgentes y, si esto se combina con consejos de supervisión por parte de consumidores-trabajadores-contadores, esto en parte definiría el socialismo del siglo XXI.
Cuba necesita invertir en industrializar sus productos de níquel, añadiendo empleos calificados de manufactura y valor agregado en sus exportaciones a China y otros países.
Cuba ha demostrado su capacidad de resolver sus contradicciones internas en el pasado. Las contradicciones actuales no son irresolubles, pero requieren una seria y profunda reflexión de las actuales prioridades, estrategias y estructuras. Es necesario un debate abierto a todos los niveles entre todos los cubanos antimperialistas para que se profundicen y se mantengan los logros de la revolución.
Los nuevos dogmas y las posturas de artistas, escritores y cineastas liberales y apolíticos son un obstáculo tan grande para la profundización de la revolución como los burócratas atrincherados. Aunque la revolución cubana y sus líderes pueden contar con la enorme reserva de buena voluntad, la solidaridad y lealtad de su pueblo, existen límites en tiempo y paciencia: el deseo de los cubanos de tener una vida mejor apremia a dar soluciones.
Traducción: Ramón Vera Herrera
Entre las reformas positivas se incluyen: planeación económica balanceada, supervisión por los trabajadores-consumidores de la administración y toma de decisiones conjunta; publicación, para escrutinio público, de cuentas, ingresos, y gastos de todos los ministerios; publicación de cuentas de gastos, transporte, alojamiento, regalos privados y valores, y compras en el extranjero de todos los altos funcionarios; debates públicos y referendos sobre las prioridades de inversión, asistencia extranjera versus programas nacionales de salud, vivienda, alimentos y transporte.
Quienes toman decisiones en Cuba deberían romper con su mentalidad monocultural: es insuficiente romper con la exportación de azúcar y confiar en una economía del turismo y los productos primarios (níquel, cítricos, tabaco y otros). Puede ser brillante políticamente desarrollar vínculos limitados con agroexportadores estadunidenses, pero es peligroso volverse dependientes de Estados Unidos en lo alimentario. Promoviendo importaciones alimentarias (actualmente cercanas a cero) de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, a cambio de su exportación de fármacos y servicios educativos y de salud, Cuba podría jugar un papel en el respaldo de la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (Alba), la alternativa regional al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), dominada por Estados Unidos.
Cuba debería considerar la reapertura de sus campos azucareros cerrados con tanta premura, especialmente los ubicados en tierras planas propicias para la cosecha mecanizada. Cuando existen altos precios sostenidos para el azúcar debido al advenimiento de los biocombustibles (etanol), Cuba puede hacerse de divisas, producir etanol y reducir su dependencia de la gasolina importada que aun con los precios subsidiados de Venezuela está por arriba de 30 dólares el barril.
El nuevo complejo de ciencia de computación especializada de Cuba debería integrarse con el sector de la economía y los servicios sociales para enfrentar las urgentes necesidades en el manejo de los sistemas de transporte, los registros hospitalarios y el monitoreo de la distribución de la gasolina y la prevención de las fugas por hurtos menores. Se requiere que la computación se vincule con más claridad a la satisfacción de necesidades populares urgentes y, si esto se combina con consejos de supervisión por parte de consumidores-trabajadores-contadores, esto en parte definiría el socialismo del siglo XXI.
Cuba necesita invertir en industrializar sus productos de níquel, añadiendo empleos calificados de manufactura y valor agregado en sus exportaciones a China y otros países.
Cuba ha demostrado su capacidad de resolver sus contradicciones internas en el pasado. Las contradicciones actuales no son irresolubles, pero requieren una seria y profunda reflexión de las actuales prioridades, estrategias y estructuras. Es necesario un debate abierto a todos los niveles entre todos los cubanos antimperialistas para que se profundicen y se mantengan los logros de la revolución.
Los nuevos dogmas y las posturas de artistas, escritores y cineastas liberales y apolíticos son un obstáculo tan grande para la profundización de la revolución como los burócratas atrincherados. Aunque la revolución cubana y sus líderes pueden contar con la enorme reserva de buena voluntad, la solidaridad y lealtad de su pueblo, existen límites en tiempo y paciencia: el deseo de los cubanos de tener una vida mejor apremia a dar soluciones.
Traducción: Ramón Vera Herrera