A propósito del memorando que le pasé a Chela Vargas hace unos minutos quiero desarrollar un tema que me viene: "halando el corazón y el aire", como dice Horacio Guaraní. Es un tema difícil porque tengo pocos datos y un apenas un testimonio.
La Unión de Republicas Socialistas Soviéticas no fue jamás tierra de opulencias. Tampoco lo fueron los países que con tanto cariño llamamos países satélites de la URSS. Estos países sin embargo, como un método perverso de propaganda, de lavado de cerebro, de re-educación de administradores de colonias y de innegable sentido imperialista ofrecían becas. Que si la fulbright, que si la rockefeller, que si la usaid, que si profesor invitado en Harvard, o fellow de.... ¡¡¡Coño Margarita!!! Me equivoqué de imperialismo.... Bueno, igual: que si la Lubumba, que si el festival de la juventud para mayores de 65(bastón incluido) , que si el premio Lenin, que si llo, gelatina...
A diferencia de las opulentas becas del Imperio, las becas de la URSS o de cualquiera de los satélites, y aun sin ser para maracuchos, las pagaban en cobre. Con el cobre hacías un cable y de allí ibas comiendo. Igual sucedía a esa manada salvaje de estudiantes de todas la Republicas Socialistas (ponle comillas si quieres) que procedían de la clase trabajadora y tenían derecho a educación superior muy superior. Así alcanza para todos, te decían. Y no era del todo mentira. La educación era superior si a juzgar vamos por el desarrollo científico-industrial y por el papel que cumplen los ex-soviéticos en el aparato científico-tecnológico del mundo moderno. Si un Bolívar cualquiera declarara la guerra a muerte: "Soviéticos y chinos contad con la muerte...", se jodería la ciencia en EEUU y en EU. Una mirada rapidita a los autores de artículos de investigación nos dice quien trabaja, quien crea, quien inventa, y que instituciones del "mundo libre" se benefician de esa inversión social del lucifer comunista y su sartén para freír muchacho (redondo o cuadrado, no importa).
Además de los becados también estaba "el turismo de izquierda". Hoy día lee uno a un bojote de gente -haciendo uso de la propiedades súper-elásticas del concepto- que desde el otro lado de la talanquera te hablan con certeza de lo feo que es el comunismo y del peligro que representa Chávez en Miraflores, de lo electrizante que es el sabor del cobre, porque ellos saben como es la cosa, ellos tenían asiento reservado en los tours de izquierda.
Curriculum vitae lleno de cursos, diplomas, asistencias, arroceadas, etc, etc, hechas allende la cortina de hierro. Cortina que por cierto cayó pero cuyo cortinero, con sus rieles y sus ganchitos sigue allí, tal cual... Bueno ya con esto doy cuenta del titulo de estas líneas y de paso agrego que es una lastima que esa pólvora rusa -por no entrar en detalles- se hubiese usado en estos zamuros -en todo el sentido de la palabra-. Más de un estudiante soviético debió haber pasado más penurias de lo necesario solo para que "los amigos de la URSS" fuesen de paseo y para que ahora no solo nos saquen los ojos, sino que si pueden nos sacan las cuencas con mentiras manufacturadas en los imperios que ahora pichan las becas y los felloships, y las chair profesorales.
Becarios, turistas y pasantes, que algo queda...
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