“… las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para eliminarlas…” “…nosotros socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres…”
ERNESTO “CHE” GUEVARA.
En estos casi diez (10) años de proceso revolucionario, hemos venido observando con preocupación la creciente metamorfosis que han venido sufriendo algunos dirigentes en su conducta política. Muchos de ellos fueron en el pasado conocidos adecos y copeyanos que persiguieron y hostigaron a los revolucionarios (o avalaron con su silencio tales conductas), mientras que hoy en día son aparentemente más chavistas que Chávez. Estos personajes, de una manera muy astuta se las han arreglado para mimetizarse entre los verdaderos revolucionarios y son los primeros que vemos ofreciendo declaraciones contra la burguesía, los terratenientes, el golpismo y el imperialismo. Se ponen boinas y camisas rojas, encabezan marchas, convocan con frecuencia a la prensa y se logran hacer invitar en muchos de los programas con alta audiencia de los distintos medios de comunicación del Estado.
Algunos de ellos son hábiles camaleones que se han coleado y enquistado en los distintos órganos del poder público nacional, tales como la Asamblea Nacional, gobernaciones, concejos municipales, asambleas legislativas y ministerios. En la fuerza armada no es muy distinto. Muchos son militares astutos, sobrevivientes de todos los gobiernos, que gritan la consigna: ¡Patria, socialismo o muerte!, pero en el fondo mantienen posiciones y actitudes evidentemente derechistas. Esos fueron los mismos que persiguieron a los guerrilleros en las montañas del bachiller, Turimiquire, la sierra, por citar algunos casos. También se les consigue dirigiendo fundaciones e institutos autónomos y, más recientemente conduciendo cooperativas, concejos comunales y hasta se han infiltrado en el naciente PSUV, desplazando en muchos casos a los verdaderos líderes de las bases, a los revolucionarios comprometidos por convicción y colocando en los “puestos clave” a sus amigos y familiares, sin considerar si están capacitados para el cargo o si su compromiso con la revolución es tal.
En definitiva, tenemos una quinta columna minando la revolución bolivariana con su trabajo de zapa. El espíritu contestatario que me alienta a escribir sobre estos tópicos tiene como soporte decir las cosas que otros no expresan por ignorancia o que simplemente no quieren expresar, debido a que se manejan de acuerdo con los dictámenes de los más variados intereses, pudiendo entonces al hablar, arriesgarse a perder algunos de los privilegios que les ha otorgado la revolución. Es por ello que, en el mismo espíritu revolucionario, exijo que mis opiniones no sean anuladas por la vía de la descalificación con señalamientos falsamente políticos, tales como: “contrarrevolucionario”, “ese brincó la talanquera”, “revolucionario disfrazado”, “está en la oposición por resentimiento”, “es un escuálido” y otros epítetos más que se suelen utilizar como práctica común para desautorizar a quienes nos atrevemos a juzgar sobre las cosas que, en nuestro parecer, necesitan ser revisadas, rectificadas y reimpulsadas, desde el seno mismo de la revolución, tal y como lo ha señalado el Comandante.
Si podemos reconocer a estos infiltrados y ubicarlos en los diferentes espacios donde se desenvuelven, es posible corregir este mal, pero simultáneamente debemos desarrollar con empeño un trabajo político e ideológico para librar una batalla frontal contra ese cáncer. Esta es la tarea urgente de las agrupaciones de masas, del partido y de los verdaderos dirigentes de la revolución. Todos estamos llamados a trabajar por igual para cumplir con la consigna de las 3R y salvar la patria de sus enemigos internos.
*cuando nos referimos a las palabras pecado original, queremos referirnos a aquéllos que nunca han sido revolucionarios
Patria, socialismo o muerte…. ¡Venceremos!
*Antropólogo-Sociólogo UCV
Email: pedro_garciaa@yahoo.es