Fabricio Ojeda y Chávez en tiempos de revolución en Venezuela: Encuentro del pasado y el presente

    A partir de 1960, frente al camino político convencional (CPC) de pequeños grupos, pero poderosos y consolidados, que sustentan el poder de gobierno del Pacto de Punto Fijo (PPF), el bipartidismo de AD y COPEI, identificados con los intereses políticos de la derecha, la supuesta democracia representativa, las relaciones verticales de poder, la economía capitalista y los intereses trasnacionales, se aborda el camino político tradicional alternativo (CPTA).

    Es un CPTA y por ello identificado, con la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas que conforman el pueblo, que buscan la verdadera democracia participativa, las relaciones horizontales de poder, el bien común, la economía equitativa, la igualdad, la felicidad social, la autonomía y heterogeneidad cultural. Camino identificado con la política de izquierda.

    El CPTA, siempre ha estado presente en la historia en forma paralela al CPC. En el continente americano pertenece a los originarios donde todos deciden su devenir histórico. Se pierde con la invasión y barbarie de la monarquía española que impone el CPC. Lo retoman en Venezuela los preindependentistas como José Leonardo Chirinos. Continúa con el Libertador Simón Bolívar y los patriotas.  Se confronta y entra en lucha durante la guerra federal para el siglo XIX. En el siglo XX el CPTA es desplazado por las dictaduras que corresponden con CPC, con la presencia de algunos intentos democráticos. Se presentan algunos renacimientos del CPTA y son intentos traicionados.

    En la época de 1960 en Venezuela el CPTA está conformado por personalidades políticas contrarias al CPC del gobierno del PPF, establecido desde 1958 posterior al derrocamiento del gobierno de Pérez Jiménez. Un movimiento conformado por militares de las Fuerzas Armadas, patriotas y seguidores de Bolívar, da vida otra vez al CPTA con las rebeliones cívico militar en 1962, confirmado con la sublevación de Carúpano y El Porteñazo de Puerto Cabello.

    Se abre de nuevo el CPTA por los militares que debe ser continuado por los civiles. La propuesta es unir las fuerzas para enfrentar al presidente Betancourt defensor del PPF, por cuanto ambos tienen los mismos propósitos de servir a la patria y luchar por su soberanía, tal como se refiere  a continuación:

El camino trillado por ellos habremos de continuarlo para que al salir de la prisión gloriosa, los oficiales, clases, soldados y civiles de la heroica acción de Carúpano y Puerto Cabello, puedan vivir dentro de una Patria nueva, como la que hemos soñado todos y por la cual ellos combatieron. No hacemos las armas contra el Ejército, la hacemos contra quienes sirven a los monopolios extranjeros causantes de nuestra pobreza; (…) contra los asesinos de estudiantes, de obreros, campesinos; hacemos la guerra contra quienes siembran el hambre, la angustia y el dolor en la familia venezolana; hacemos la guerra contra una vida de corrupción, de odio y de intrigas; en fin, hacemos la guerra para que la aurora de la libertad y la justicia resplandezca en el horizonte de la patria1. 

    Posteriormente a los alzamientos de los militares patriotas, surgen los primeros intentos de organización de los civiles, que conformaría la guerrilla del siglo XX en Venezuela, motivadas por el espíritu revolucionario de Cuba, tal como lo refiere Fabricio Ojeda: “(…) luego de las rebeliones cívico militares (…), surgen las primeras guerrillas organizadas de Venezuela en el siglo XX, inspiradas por el ejemplo triunfante de la revolución cubana2.

    El CPTA orientaba su frente de lucha a la causa de la felicidad e igualdad social, sin diferencias de clases. El exigía al gobierno, que resolviera los diversos problemas nacionales en materia económica, política, social y cultural y asumiera una auténtica relaciones internacionales con autonomía.

    Más adelante los protagonistas del CPTA fueron Fabricio Ojeda, Guillermo García Ponce, Douglas Bravo, entre otros, personajes políticos e históricos, que enfrentaron al CPC del PPF, desde sus inicios. Estos personajes, decepcionados y traicionados por la supuesta nueva democracia, que tenía al frente al presidente Betancourt de AD, comienzan a estudiar la posibilidad de tomar las armas para enfrentar al primer gobierno del PPF, posterior a la caída del Gobierno de PJ. Una decisión drástica a tomar, al ver que las múltiples exigencias sociales y económicas no eran resueltas y que tendían a profundizarse ante los problemas externos, como la baja de precios del petróleo producidas en 1960. Crisis interna que sumada a la situación externa, ocasionó efectos negativos al desarrollo y crecimiento del país.

    La lucha armada del CPTA fue formalmente emprendida por un grupo de hombres que juntaron movimientos previamente existentes y organizaron un ejército rebelde contra el gobierno de Betancourt del CPC a partir del 1 de enero de 1963. Así se fundan las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, (FALN) que agruparon varias organizaciones de lucha armada, con sus respectivos personajes, entre ellos Fabricio Ojeda:

(…) uno de los fundadores de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), constituidas formalmente el 1° de enero de 1963 al agruparse el Frente José Leonardo Chirinos –Douglas Bravo y Capitán Elías Maniutt Camero-, el Movimiento 2 de junio –capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez, capitán de fragata Pedro Medina Silva y capitán de corbeta Víctor Hugo Morales-, la Unión Cívico Militar –teniente coronel Juan de Dios Moncada Vidal y Mayor Manuel Azuaje-, el Movimiento 4 de Mayo –capitan de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas y capitan Pedro Vegas Castejón- y el Comando Nacional de la Guerrilla3. 

    Durante aproximadamente una década, tuvo vida la guerrilla en Venezuela, establecidas por distintas regiones del país. La guerrilla era la única opción frente al desencanto. La traición unida a la violencia política del CPC, fue creciendo, fortaleciendo la guerrilla del CPTA, con la incorporación de hombres, estudiantes, obreros y campesinos, tal como se refiere a continuación:

“(…) Nuestra decisión de incorporarnos a los estudiantes, obreros y campesinos que hacen la guerra de guerrillas en Falcón, Portuguesa, Mérida, Zulia, Yaracuy, obligados por la brutal represión del gobierno que amenaza con la muerte, la torturas y la cárcel a quienes se oponen  a sus designios, obedece a la firme convicción de que la política de las camarillas (…)  (…) no muestran ningún ánimo para dar soluciones a la crisis política venezolana a través del dialogo y la senda electoral4. 

    La guerrilla del CPTA, asumió éticamente y con fundamento filosófico e histórico, un enfrentamiento armado y comprometido, prioritariamente con el beneficio, en todos los sentidos, para el pueblo, sin discriminación, como su más importante bandera de lucha social. El desafío que la guerrilla promovió contra el gobierno de Betancourt del CPC, se fundamentaba en diversas situaciones propias a la auténtica democracia, de tipo político, económico, militares y de relaciones internacionales.

    Fueron varios años el tiempo de la lucha guerrillera del CPTA que finalmente cesó ante el CPC. Aproximadamente duró una década de enfrentamiento a los dos gobiernos del PPF. Durante el monopartidismo de poder de los gobiernos  de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, representantes del PPF y del CPC. Diversas fueron las causas que originaron la caída de la guerra de guerrillas a finales de los años 60. Abandonaron los guerrilleros, defensores del CPTA, el enfrentamiento con el gobierno de turno de la derecha representantes del PPF y del CPC. Posteriormente el movimiento guerrillero se dividió y optaron por diversos caminos. Así quedó para la época disgregado, confuso y olvidado el CPTA, pero no desaparecido totalmente.

    Unos exguerrilleros perdieron sus valores e identificación con la solidaridad y la lucha social, posiblemente por la derrota y se pasaron al bando de la política de la derecha, asumiendo las prácticas de corrupción, proselitismo y manipulación del CPC. Otros exguerrilleros asumieron la incursión en espacios públicos estratégicos de la cultura y sindicatos para seguir la lucha, ya no armada. Con ellos y ellas, como Argelia Bravo, Anayansi Jiménez y otras, como las nuevas generaciones, los hijos de los guerrilleros donde se mencionan Thaís Ojeda, Milagros Ojeda, Carlos Garrido y amigos de estos y otros hijos e hijas de Bolívar y el pueblo, continuó presente el CPTA, ahora enfrentando a los gobiernos del bipartidismo y la llamada democracia representativa del CPC, desde sus propios espacios o instituciones de poder.

    Dentro de las organizaciones exguerrilleras de tendencia izquierdista, durante las décadas de los años 70, 80 y 90, que continúan enfrentando los gobiernos de turno, identificado con el PPF y la llamada política de la derecha, se señalan la FALN, que no desaparece del todo y hacen vida en las organizaciones y zonas urbanas populares, Ruptura que asume entre otros el movimiento cultural del pueblo, las organizaciones estudiantiles, las universidades, el movimiento campesino y obrero, y más adelante, la organización cívico militar MBR-200, donde hace presencia Hugo Chávez y otros.

    Son organizaciones que se mantuvieron en su tiempo de lucha con un perfil bajo. Adquirieron una efervescencia y fuerza a partir del 27 de febrero de 1989 con el llamado Caracazo, que fue la presencia espontánea del pueblo en la calle, continúan su conmoción hasta el hecho histórico, político y militar del  4 de Febrero de 1992, promovido por Hugo Chávez y participan en la transformación política del devenir histórico del siglo XXI, propio del CPTA que desplaza al CPC.

    En el presente el pueblo con Chávez al frente, vive el proceso de lucha de toma del poder, no por la vía armada y violenta y si por la vía pacífica, propia de seres humanos entes pensantes, que asumen el compromiso del ser histórico del presente y el devenir. Chávez y el pueblo da continuidad al CPTA que implica derrumbar las viejas estructuras ancladas en las instituciones que reafirman la superestructura con sus respectivas ideología correspondiente con la sociedad explotadora, consumista, mercantilista y capitalista del CPC, que no ha desaparecido.

    Si bien hoy el CPTA conquista y logra espacios, los fundamentos filosóficos, éticos, históricos y militar son  débiles y se corre peligro. Aun acechan con fuerza y se imponen la ideología del CPC. En muchos casos actualmente se responde automáticamente y entramos con facilidad en sus estructuras. Es el caso de los partidos políticos, las estructuras internas de las instituciones, en especial la educativa-cultural, y las bases legales que la sustentan, que deben entrar en atención  y consideración.

    Los partidos políticos pertenecen a lo que fue el pasado, prácticamente AD y COPEI desaparecieron cuando retoma el control el CPTA, con la llegada del presidente Chávez a Miraflores. Es precisamente el nuevo partido (MVR y ahora PSUV) del CPTA quien da vida a la presencia de los partidos del CPC, obligados por las exigencias legales de la institución electoral (CNE) que aun responde a la superestructura de la vieja sociedad dominante del CPC.

    Se requiere de otra institución electoral que sustituya al CNE, para que inscriba, elija, de seguimiento y evalúe contenidos de programas de gobierno con los respectivos equipos. Se hace referencia a una institución electoral donde se inscriban los programas de gobierno con equipos de trabajo y no personalidades de candidatos, que carecen de programas de gobierno y llegan a la gerencia pública a improvisar y hacer negocios, que atentan contra las necesidades básicas del ambiente, urbanismo, salud, educación economía etc., y que retoman el CPC, impidiendo el avance del CPTA.

    La presencia de los partidos en la realidad política actual, no se corresponden con las exigencias de los nuevos tiempos. Los partidos generan desgaste y decepciones humanas, impiden la participación y formación política del pueblo que debe hacer realidad la democracia participativa para continuar consolidando el CPTA.

    La revolución continúa en el presente y es necesario transformar el sentir y el pensar para obrar novedosamente en la construcción política colectiva. La participación ya no es de partidos, se  requiere de organizaciones políticas abiertas, que retomen el auténtico contenido del término “política” que es el bien común. Necesaria es la organización política por sectores, con sus mundos circundantes, que se integren en un sentido comunitario, para hacer leyes y programas y llevar a la praxis en la vida diaria y así garantizar el bien común para todos sin discriminación, sin corrupción, sin abuso de poder.

    Los partidos deben ser sustituidos por organizaciones políticas auténticas, que nieguen lineamientos de poder en la toma de decisiones electorales, las falsas disciplinas autoritarias y verticales, las maquinarias de control, los negocios y pactos antipolíticos que impiden los principios éticos y utilizan al pueblo como entes cosas, contrarias al CPTA.

    Es necesario estar alerta ante la presencia de los defensores CPC que penetran en todas las instituciones, para hacer el combate desde adentro e impedir la continuidad del CPTA. Esta prohibido olvidar, necesario es saber para no repetir lo que fue. El compromiso, desde una mirada hermenéutica5, es ir al pasado, a  comprender lo que fue, a la tradición y traer e interpretar en el presente para crear transformar  y aplicar en el ahora para consolidar el tiempo del devenir  histórico. 

    La Lucha continua con Chávez al frente

    y Fabricio Ojeda con Bolívar sigue presente*. 

Bettyoso@hotmail.com 
 

    Bibliografía:

FABRICIO OJEDA Dignidad y Firmeza Revolucionaria. (2007). Colección Historia. Ediciones COFAE. Caracas Venezuela. N° 3.

Gadamer, Hans-Georg. (1977) Verdad y Método. Salamanca: Ediciones Sigueme. 

* Betty Osorio



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José Valero y Betty Osorio

Profesora de la Universidad de Los Andes, Mérida y titiritera

 bettyoso@hotmail.com

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