Para una chavista es una tortura vivir en una urbanización llena de esa clase media estúpida y alienada, fascista y repleta de odio, racismo y desprecio, inconsciente y chismosa, chabacana y consumista.
Su obsesivo odio por el presidente Chávez los lleva a ignorar la más elemental realidad, viven en una burbuja virtual, alimentada por la falsimedia golpista interna y externa, que aunque lean, oigan y vean en los noticieros de esa misma falsimedia que existe un cambio climático, que están ocurriendo apagones masivos en eso que llaman “países desarrollados”, debido precisamente a ese cambio en el clima, que el agua potable cada día escasea más y más, que miles de especies animales y vegetales están desapareciendo por nuestra forma de vida consumista y glotona, que el petróleo, principalísimo elemento de la energía que consumimos comienza a declinar, insisten en culpar al socialismo y a Chávez de todo cuanto sucede en nuestro planeta.
Oírlos quejarse amargamente, insultando a gritos, mientras riegan sus jardines, intentando que yo, su única vecina chavista de la calle escuche, lo terrible que resulta que no puedan ver televisión por tres (3) horas, o jugar en su computadora, o encender su aire acondicionado, por el necesario racionamiento eléctrico, es lo más patético y asqueroso que tenga una que escuchar un sábado por la tarde.
No les sirven de nada sus “licenciaturas” y “grados académicos”, ni sus “títulos” de profesora/or, abogada/o o medica/o, han alcanzado un nivel de estupidez que parece imposible de revertir, en una especie de enfermedad crónica, que ningún tratamiento cura, y solo puede que investigando mucho encuentren algo que alivie los síntomas del “síndrome de estupidez-escuálida”.
Si los mayas llegan a tener razón, y en el 2012 La Tierra nos da la patada, no dudo que esta clase media estúpida y alienada, en vez de tratar de ponerse a resguardo, se dedique a gritar e insultar a todo gañote que “el culpable de esa profecía es Chávez”.
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