Usted mi general Müller abandonó el barco, según sus palabras, simplemente porque el comandante Chávez no le copió el S.O.S.
Pero hubiese sido mil veces preferible antes que picar cabos, como una protesta piadosa si cabe el término, cerrar todas las calles de las aldeas, pueblos y ciudades de Venezuela, junto a un contundente y maratónico cacerolazo al comandante Chávez, para ponerlo en alerta con respecto a su demanda de auxilio y le aseguro mi general Müller, que muchos de nosotros que revolucionariamente le llevamos dentro, le hubiésemos acompañado, porque una trinchera de guerra como la que a usted soldado de la Patria de Bolívar le fue encomendada, bajo ninguna circunstancia se puede exponer a la deriva por cosas insustanciales, que a la larga demolerían a cualquiera la conciencia y la moral, cuando por norma sagrada lleva clavada como una daga en el pecho a la Patria, la fe de futuro y esperanza revolucionaria, aunque sean utópicas como las que se atreve a cristalizar un pueblo, que turulato hoy se pregunta ¿Que contrariedad o justificada razón minaron la pujanza y temple del viejo soldado? Suerte y hasta la victoria siempre mi general Alberto Müller Rojas.
Patria Socialista o Muerte Venceremos.
San Joaquín Estado Carabobo.
julio.cesar.carrillo@hotmail.com
