Caracas, 11 de septiembre 2016.- En su Editorial # 16 Marea Socialista, movimiento que agrupa a gran parte del chavismo crítico, analiza la marcha opositora del 1S y la contramarcha gubernamental, tomando en cuenta sus objetivos, impactos y la situación resultante. Concluye que, aunque ambas direcciones políticas (la MUD y el PSUV) lograron algunos de los objetivos que se plantearon para ese día, pero que tras la disputa se devela el fraude político de la llamada "Toma de Caracas", las grandes debilidades del gobierno y la existencia de un "Pacto" de cúpulas, más allá las confrontaciones entre ambas y al interior de sus filas.
El Editorial señala los espacios políticos ocupados y las "debilidades" que desde su perspectiva se pusieron a la vista en lo que interpreta como un reimpulso de la polarización, que a su juicio sería "temporal". Bajo esta polarización se desentrañan "objetivos comunes" y coincidencias que develan el "Pacto".
Frente a esto Marea Socialista plantea la construcción de una nueva referencia política y un conjunto de tareas principales de la lucha, frente a la crisis que está siendo padecida por el pueblo y por "refundar el camino que un día se inició junto a Chávez y con la revolución bolivariana, hacia la segunda independencia y la emancipación nacional y social".
Ofrecemos a continuación el texto completo del documento:
El 1S y lo que viene
Los actores que se enfrentaron el 1S cumplieron en parte sus objetivos. Algunos opuestos y otros comunes. Pero también develaron sus dificultades, las contradicciones entre sus liderazgos y dejaron a la vista el fraude que denunciamos días previos a la “Toma de Caracas”.
La MUD pudo romper la inercia de su escasa convocatoria de calle y consiguió acaudillar gran parte del descontento social, incluidos sectores populares tradicionalmente chavistas que acompañaron la jornada de protesta, pero las diputas entre sus principales líderes se notaron desde la misma concentración y se ampliaron con el pasar de los días, lo que debilitó considerablemente las expresiones posteriores de la convocatoria.
Y el gobierno y el PSUV, escudados en el ya gastado argumento de un supuesto “golpe de la derecha”, pudieron seguir transmitiendo una falsa imagen de gobernabilidad y volver a mostrar su control institucional. Y lo que es peor, afirmar su rumbo autoritario al tomar medidas como el arbitrario secuestro, convertido luego en detención, del editor de Reporte Confidencial en Margarita, Braulio Jatar, bajo un pretexto al menos dudoso, luego de la publicación del video del cacerolazo contra Maduro en Villa Rosa.
Por otra parte, ambas cúpulas tenían un objetivo en común que lograron alcanzar relativamente: revitalizar la polarización. Una polarización que los últimos meses estaba deteriorada y que abría paso a la posible emergencia de nuevos actores políticos. Pero este logro es débil y pasajero, porque las cúpulas no buscan darle solución a los problemas cotidianos por los que el pueblo de a pie está reclamando, por eso la recuperación de esa polarización será efímera.
Sin embargo, más allá de estos éxitos parciales que obtuvieron las cúpulas, las contradicciones y debilidades y lo inocultable del fraude político que se está montando, hacen que el resultado general de la jornada sea de suma cero.
No se ha logrado abrir la puerta para realización este año del Referendo Revocatorio lo que favorece los planes del gobierno de estirar esa convocatoria, en el mejor de los casos, para febrero o marzo del año próximo. Pero, al mismo tiempo colocó negro sobre blanco que el gobierno ha perdido la mayoría, poniendo en evidencia que además de ser rechazado en el terreno electoral, también es minoría en la medición de fuerzas en la calle.
Por eso la llamada “Toma de Caracas” y la respuesta oficialista a esa demostración, son sólo el punto de llegada para una nueva situación política. Apenas se ha iniciado el camino que conduce a un desenlace. Y, aunque la apuesta predominante hasta ahora es alcanzar un pacto que permita a las cúpulas repartirse alternativamente la administración de la renta nacional, el resultado es todavía incierto.
Pero… ¿cuáles son las bases sobre las que se está construyendo este pacto a espaldas del pueblo?:
a. Deja por fuera el Referéndum en 2016 y las elecciones regionales: Como decíamos en nuestro Editorial #15, la cúpula de la MUD ha demostrado el 1S que está montando un nuevo fraude. No luchan para conseguir que el Revocatorio se realice este año. Ni lo hace para solucionar los problemas de la gente.
La rectora del CNE Socorro Hernández ya ha declarado que la fecha que estudia el organismo electoral para autorizar la recolección de firmas serían los últimos días de octubre. Y aunque la recolección de esas firmas demuestre que el gobierno es minoritario, como ya lo demostraron las elecciones de diciembre pasado y la marcha del 1S como medición de fuerza en la calle, esa recolección será apenas una muestra más, por contundente que pueda ser, porque los “tiempos” apenas alcanzan para que el RR se realice en febrero de 2017.
Por lo tanto: el gobierno de transición que resultaría de un revocatorio en esa fecha, si efectivamente se llega a realizar, sería un gobierno consensuado por las cúpulas, que se construiría a partir del Vicepresidente que designe Maduro en los primeros meses del próximo año. Un Vicepresidente que contará con el acuerdo de la MUD.
Otro indicio del pacto es que tampoco se realizarán las elecciones regionales. Es decir: hay un acuerdo de hecho para que en 2016 no se realicen la elección de gobernadores, evento que estaba en el calendario de este año.
b. La base económica del pacto se construye en el Consejo de la Nueva Economía Productiva. En las últimas semanas, con la incorporación de Lorenzo Mendoza y de Barrik Gold, se ha ratificado que la base económica del acuerdo político que buscan las cúpulas, si finalmente lo alcanzan, es el que se viene construyendo desde enero en el Consejo de la Economía Productiva y en la puesta en marcha del plan de los 14 Motores.
En ese Consejo hay varios de los viejos conocidos del 11 de abril y del sabotaje petrolero. Y algunos de más bajo perfil, pero muy activos empresarios “opositores”. Si empezamos por el Motor Minero, y su proyecto bandera, el Arco Minero del Orinoco (AMO), tenemos la presencia de Oswaldo Cisneros, responsable en Venezuela del grupo económico que lleva su apellido y de Digitel, ¿por qué este señor que produce telenovelas y tiene una compañía de telefonía móvil está en el Motor Minero? Veamos: El misterio se devela con el ingreso a la explotación de oro de Barrik Gold. La cara visible y presidente de la corporación Barrik con sede en Barbados, la más grande minera del Mundo, es el ex funcionario del Departamento de Estado para América latina, jefe de la CIA para la región en los gobiernos Bush, Manuel Rocha. Pero en la firma de este acuerdo con la Barrik estuvo presente también uno de sus directores principales desde el año 2003, Gustavo Cisneros (con un principalísimo papel en el golpe del 11 A), familiar del empresario colocado en el Motor Minero: Oswaldo.
Por otra parte, el último avance, hasta ahora, de este verdadero pacto económico contra el proceso y el pueblo, es el acuerdo logrado el 6 de septiembre entre el Banco Central de Venezuela y la página Dólar Today. Un acuerdo secreto que tiene perfume a nueva capitulación.
Con Vollmer, Cisneros y la reciente incorporación de Mendoza en el Consejo, se dictan las normas del ajuste antipopular que viene aplicando el gobierno de Maduro y que no es cuestionado por la MUD ya que es parte de su propio plan económico: liberación de precios, reducción drástica del salario y entrega abierta del país al capital financiero. A lo que hay que sumar la depredadora política del AMO y el avanzado diseño de la apertura petrolera con la privatización total o parcial de PDVSA.
c. La base política del Pacto: Una “democracia” simulada, vigilada y controlada o una dictadura enmascarada con alternancia electoral. El pacto tiene también una base política. Se trata de desmontar, paso a paso como se ha venido haciendo con las conquistas económicas, las conquistas políticas del proceso, hasta eliminar la Constitución del ’99 (hoy bastante en entredicho). Esto es imprescindible para blindar los írritos acuerdos firmados y reeditar un Nuevo Pacto de Punto Fijo pero con muchas menos libertades y muchos menos derechos civiles y políticos.
En el cercenamiento de esos derechos ya avanzaron para las elecciones del 6 de diciembre de 2015: Cumpliendo la amenaza de Ramos Allup de convertir en “polvo cósmico y arena de playa”, todas las alternativas que podrían haber hecho algo de sombra al PSUV-GPP o a la MUD oficial y con la ayuda del CNE se impidió que Marea Socialista obtuviera su tarjeta, suplantaron arbitrariamente las directiva del MEP y de Copei, y para satisfacer a la cúpula de la MUD dejaron por fuera del juego a María Corina Machado. Con esto Ramos Allup y el equipo Maduro Diosdado repartieron “golpes” antidemocráticos a izquierda y derecha.
Pero que queden nada más que dos tarjetas electorales, MUD y PSUV, es sólo un episodio en las negociaciones. El fondo del objetivo que buscan es: desmontar desde su raíz democrática el acuerdo constitucional que el pueblo aprobó de manera abrumadoramente mayoritaria en 1999.
Por eso el bloque de diputados de la MUD no denuncia ante el TSJ, ni las instancias internacionales ni las embajadas a las 150 corporaciones anotadas para saquear el AMO, avalando con su permisividad la ilegalidad e inconstitucionalidad de ese acuerdo que debería haber pasado por la aprobación de la Asamblea.
Por eso la MUD no denuncia con fuerza la detención de Braulio Jatar y el gravísimo ataque mal encubierto a la libertad de expresión que esa detención significa. Porque son parte de la mesa en la que se está diseñando el acuerdo a espaldas del pueblo, donde se decide quién tiene y quién no derechos civiles y políticos.
Por lo mismo, la MUD no hace prácticamente nada para anular un Estado de Excepción a todas luces autoritario. Y por eso el gobierno elige a su enemigo político cuando insulta a Ramos Allup, tratando, con éxito, de resucitar a AD, para convertirla en interlocutor casi exclusivo.
Mientras el presidente Maduro aplica un “paquetazo” gradual con maquillaje social, la MUD no lo cuestiona y más bien arrima a sus economistas propios y a renegados del chavismo para que animen las medidas de ajuste económico y ayuden a que se profundice y consolide el “paquetazo” de Maduro.
Para entenderlo solo basta informarse de las propuesta que el diputado José Guerra, jefe de la comisión de finanzas, está elaborando con el concurso de algunos que todavía tienen el descaro de llamarse chavistas o de izquierda, propuestas que avanzan hacia la privatización, abierta o encubierta de PDVSA.
Por otra parte, además de la suspensión de hecho de las más mínimas prácticas democráticas como son las elecciones, están los pasos dados por el gobierno para naturalizar un estado represivo y no democrático que se puede verificar día a día: La repotenciación de las OLP hace que funcionen como fuerzas de ocupación en las barriadas populares antes que como prevención o punición del delito. Estos son claros indicios, de que además de oscuro, los avances de ese pacto, van directamente en contra de la Constitución, en la búsqueda de una simulación de democracia, que se desliza hacia una democracia controlada o una dictadura apenas disimulada con alternancia electoral.
Las tareas de una oposición construida desde el chavismo crítico, el pueblo que vive de su trabajo, la intelectualidad democrática y la izquierda plural y consecuente.
Es un hecho que los avances en la restauración del modelo capitalista dependiente que está impulsando el gobierno y que en sus aspectos centrales apoya la MUD, está liquidando conquistas sociales, económicas y políticas de los últimos 15 años.
Por otra parte queda por ver si el supuesto fortalecimiento de ambas cúpulas en el objetivo re polarizador no es apenas un éxito pírrico.
El hecho es que estas cúpulas juegan un juego en el que las necesidades populares están ausentes por eso no nos representan. Así continúa abierta y tiene muchas oportunidades la necesidad de la construcción de una nueva referencia política, plural, democrática, anticapitalista...
En esta situación los bolivarianos consecuentes, la izquierda plural, el chavismo crítico, los movimientos y luchadores sociales no cooptados, la intelectualidad honesta que defiende el proceso, tenemos la responsabilidad de asumir el momento histórico. Desde nuestra acción militante convocamos a impulsar las siguientes tareas:
a. Develar la estafa política que se está desarrollando contra el pueblo que apunta a una polarización ficticia.
b. Acompañar las luchas por comida, medicina, salarios y condiciones de vida de todos los sectores populares que ya han comenzado.
c. Acompañar e impulsar las luchas por todos los derechos constitucionales, en especial por los derechos sociales y políticos que están siendo vulnerados.
d. Impulsar el debate por la reconstrucción del proyecto nacional.
e. avanzar en la construcción de un nuevo instrumento político lo que incluye la lucha por su legalización política.
f. Hacer todos los esfuerzos unitarios por frenar la instrumentación del Arco Minero del Orinoco, que más allá de todas las consecuencias depredadoras y genocidas del ambiente y las comunidades, y de la entrega descarada de soberanía, es el centro de la política económica del nuevo pacto con el capital financiero internacional.
Desde la cúpula oficial, se está consumando la derrota y la entrega del proceso bolivariano. Lo que queda es disputar y luchar por refundar el camino que un día se inició junto a Chávez y con la revolución bolivariana, hacia la segunda independencia y la emancipación nacional y social.