11-0El presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, en un acto con los diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dijo que el 2023 había sido un año «bonito» porque le quitó la tarjeta del Gallo Rojo a la militancia comunista, con la ayuda del mercenario Henry Parra.
Además, Maduro celebró que su operador político le hubiera robado la personalidad jurídica a la dirección legítima de las y los comunistas venezolanos, asegurando sin prueba alguna que ésta se había entregado a «la corrupción» y «al imperialismo».
Es bueno aclarar que la corrupción está es en el Gobierno y quienes han salido huyendo del país han sido los militantes del PSUV; por ejemplo el exministro Rafael Ramírez, quien además ostentaba el cargo de presidentes de Petróleos de Venezuela (PDVSA). En su momento, el PCV propuso su interpelación ante la Asamblea Nacional porque dejó sin cargo fijo a los trabajadores de PDVSA que se restearon con Chávez en los años 2002, 2003 y 2004. Sin embargo, Ramírez fue protegido por la cúpula del PSUV que dirigía en ese periodo el parlamento nacional, Cilia Flores y Diosdado Cabello. ¿Fue algún militante del PCV quien defendió a los corruptos? ¡No!
Por otra parte, la corrupción ha seguido galopando en el gobierno de Maduro; en la misma PDVSA ha habido administraciones como la de Manuel Quevedo, que salió por su comprobado robo de la gasolina que se importaba y que a pesar de ello goza de buena salud política ya que en la actualidad es Diputado Nacional por el PSUV. Luego, el mandatario nacional Nicolás Maduro nombra al frente de la industria petrolera a Tareck El Aissami y al poco tiempo se ve envuelto en actos de corrupción que llevaron a su renuncia al cargo (desaparecido desde marzo de 2023). También está el caso del diputado del PSUV – Trujillo, Hugbel Roa, parte de una red de corrupción gubernamental en la empresa Petrocedeño, dirigida por sus testaferros y por lo cual le allanaron la inmunidad parlamentaria. ¿Esos corruptos militaban en el PCV? ¡No!
Mientras esa red de corrupción se roba veintitrés mil millones de dólares en menos de tres años, los obreros, trabajadores públicos y empleados en general tienen que soportar no solo las medidas unilaterales impuestas por el imperialismo estadounidense, sino la política antiobrera del Gobierno, pues desde el Ministerio del Trabajo se lanza el Memorando 2792, con el cual se borran de golpe y porrazo las contrataciones colectivas, manteniendo el salario mínimo desde hace más de un año en ciento treinta bolívares mensuales y elaboran el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (ONAPRE) que ha reducido a su mínima expresión bonos, primas y demás pasivos laborales. ¿Eso lo hace un gobierno obrero? ¡No!
El gobierno de Maduro, quien emula a los héroes enlatados de la TV gringa, ha venido haciendo pactos con FEDECAMARAS, con AD, COPEI, Primero Justicia, Voluntad Popular (Juan Guaidó), Vente Venezuela (María Corina Machado) y con el Gobierno estadounidense de Joe Biden, quien está imponiendo la agenda electoral al dictaminar a quienes habilitar políticamente. ¿Eso lo hace un gobierno antiimperialista? ¡No!
Entonces, las acusaciones maliciosas hechas por el presidente Maduro, además de ser una mentira del tamaño del cielo, son más bien una confesión de lo que ha sido su gestión, pero que quiere endilgarle al único partido que se ha opuesto a sus políticas corruptas, hambreadoras y proimperialistas.
Nuestro glorioso Partido Comunista de Venezuela tiene una trayectoria de más de 90 años combatiendo tanto la corrupción, la explotación del hombre por el hombre, condenando al imperialismo y a sus gobiernos títeres, lo que nos permite determinar cuándo un gobierno es revolucionario y cuándo es un lacayo del imperialismo con disimulo, como el gobierno actual.
Nuestra condición de marxistas nos permite hacer análisis objetivos sobre los procesos sociales aquí o en cualquier parte del mundo. Marx decía que «los hombres se juzgan por lo que hacen, no por lo que dicen; no por lo que dicen ser, sino por lo que en realidad son» y así mismo se juzgan a las revoluciones y a los revolucionarios.
Por eso y muchas razones más, la militancia del PCV en el estado Táchira, leales al XVI Congreso del PCV, levanta su voz contra el asedio y la censura contra los comunistas venezolanos y contra el vilipendio de este Gobierno, que miente descaradamente para ocultar su verdadera cara neoliberal, antiobrera y anticomunista.
¡COMBATIR LA CORRUPCIÓN ESTÉ DONDE ESTÉ!
¡GOBIERNE QUIEN GOBIERNE LOS DERECHOS SE DEFIENDEN!
¡FUERA MANOS DEL PCV!
