En el cumpleaños # 84

Al compañero Fidel Castro Ruz

Caracas, 13 de agosto de 2010


Compañero
Comandante en Jefe Fidel Castro

Estimado Fidel:

Has vuelto a la palestra pública para iniciar una nueva fase en esta historia de luchas y de combates, cumpliendo 84 años, precisamente cuando nuestros pueblos no se conformaban con leerte y solamente verte recibiendo a otros líderes políticos, sobre todo, ante las circunstancias a las que nos ha llevado el imperialismo yanqui con su desenfrenada y desesperada carrera por la sobrevivencia como actor hegemónico que está provocando guerras y muertes en varios países, amenazas de conflicto nuclear en Medio Oriente y Asia, e intenta convertir a América Latina en un escenario de querellas y distanciamientos entre sus pueblos ante la aspiración de estos por construir un mundo mejor.

Te felicitamos con el más profundo deseo de que llegues a cumplir los 120 años y más que el famoso Club de los Ciento Veinte espera llegues a alcanzar.

Con tu vigorosa salud y manifestaciones de perfecta lucidez le alargas la vida a muchos millones en el mundo porque se eleva la carga de optimismo en la vida y en el ser humano.

Verte escribiendo esas reflexiones en nuestra imaginación, siempre nos evocan esa imagen que se nos grabó hace cinco décadas con aquellas fotos cuando escribías la primera Ley de Reforma Agraria, allá en el bohío de la Sierra Maestra, tu cuartel general, con los lentes puestos y con un “mocho” de tabaco en la mano izquierda que apuntaba hacia el futuro.

Ese “gigante de las siete leguas” del que nos has hablado ayer y hoy se derrumba, se está deshaciendo, se está desintegrando, porque todo lo que ello implica es parte de las consecuencias acumuladas en más de un siglo de crueles imposiciones contra los restantes pueblos, de la intensa explotación de la mano de obra inmigrante y creación artificial de un modo de vida que es insostenible en el tiempo por razones económicas, políticas y culturales.

Ese gigante tiene sus bases desechas y para él, transformarlas o cambiarlas, equivale a algo imposible, inexequible, como diría un abogado, esa profesión que pospusiste cuando las circunstancias así te lo exigieron pero que siempre, con sus postulados, ha moldeado tu pensamiento racional y creativo para llevar a los pueblos novedosas y firmes ideas y eficaces acciones antimperialistas, fruto de ese origen aristotélico de tu concientización social, nacida allá en el oriente cubano con campesinos y los hermanos haitianos como entorno.

El neoliberalismo hizo estragos en la educación a todos los niveles. Trató de convertir lo irracional en lo posmoderno y lo caduco o anacrónico en la esperanza de la humanidad. Eliminaron el estudio de Aristóteles, Descartes, Rousseau y Marx para no pensar en el socialismo. El imperio se envalentonó tanto, en esa década de los noventa, que su prepotencia no les pemitió ver la verdadera marcha de los pueblos. Esperaba que la manzana madura no sólo les cayera del Caribe sino de Asia y de la Europa Oriental. Y se quedaron con las ganas. El socialismo les gana la batalla.

La espada de Bolívar cerró el siglo XX dando un tajo a la historia que ha removido todo el árbol hasta sus raíces. Diez años antes tu habías sentenciado que “Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo” aún con la caída de la URSS. Y así fue. A su auxilio fueron los pueblos, los principales protagonistas del exterior que se solidarizaron con el pueblo cubano, visitándolo, defendiéndolo, haciendo. “Hacer es la mejor manera de decir” decía Martí. Varios de esos pueblos se movilizaron y varios han logrado comenzar a construir un nuevo futuro. Bolívar está haciendo en América lo que dejó de hacer, y lo hace a través de tí y de tu gran amigo, también líder de millones de almas, el Comandante Hugo Chávez.

Recordamos ahora cuando en 1959 en pleno centro de Caracas evocaste varias veces al Libertador de América y también cuando lo hiciste en el Central Park de Nueva York. Aquella prédicas abonaron las futuras luchas y han logrado enormes victorias.

En Bolívar y Martí encontramos el gran secreto para alcanzar la felicidad plena, y ello lo aprendimos de tí y lo hemos corroborado con Chávez.

Tu cumpleaños nos da a todos muchas fuerzas, fortalece las esperanzas, alienta las almas, ilumina los caminos.

Quienes participamos en la Asociación de Cubanos y Cubanas Residentes en Venezuela, nuestros hijos y familia cubano-venezolana te deseamos ¡muchas felicidades querido padre!.

(*) Miembro de la Junta Directiva

wongmaestre@gmail.com



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Ernesto Wong Maestre (*)


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