Contradicciones y renacimiento

Hagamos un paréntesis necesario en la explicación sobre el abordaje metodológico de la coyuntura política de mis dos artículos anteriores (1) y reflexionemos sobre varias de las ideas centrales contenidas en los lineamientos del camarada Presidente Nicolás Maduro ofrecidas el pasado martes 29 en el programa En Contacto Con Maduro. Será una buena introducción al tema de las contradicciones, como segundo escalón del estudio metodológico que debe emprenderse en torno al 6D.

El llamado de nuestro líder al renacimiento del bolivarianismo en 2016 significa, ante todo, la permanente e indisoluble confianza del Comandante en Jefe de la Nación en su pueblo bolivariano, ese que se ha ganado el respeto y el afecto de las grandes mayorías, expresados en TODAS las elecciones, precisamente porque es la masa crítica –como diría el Comandante Supremo y Eterno Hugo Chávez- que ha sabido interpretar con sentido del momento histórico cada decisión estratégica, con su torrente de operaciones estructurantes para la creación de un nuevo Estado y una sociedad más justa y más amante de la paz. Y se resalta TODAS porque aún en las dos elecciones que el pueblo bolivariano ha quedado por debajo de su adversario, esa fuerza revolucionaria ha sido siempre significativa políticamente porque ha demostrado una creciente unidad de acción, decisión de lucha, valentía en las batallas y ética en las victorias. Y no sólo en la victorias electorales sino en los millares de victorias que día a día han conducido a calificarlas de profundos logros sociales, sintetizando en lo social todo lo avanzado en política, cultura, economía y legislación a favor de todo el pueblo, sea el pueblo bolivariano convencido o medio persuadido, o esa parte significativa que aspira a ser leal al patrón o al gran capital, o incluso esa porción que siempre se mantiene en la abstención. Esa es la gran proeza del bolivarianismo: ser con todos, para todos y por el bien de todos, y como fuerza política predominante, hacer el máximo de esfuerzo y alcanzar los resultados correspondientes para lograr una sociedad donde se distribuya más justamente las grandes riquezas de esta tierra que han sido creadas por el pueblo trabajador en ese proceso social de trabajo que cada día está más protegido por el Estado revolucionario.

De manera que el "renacimiento" o reimpulso del bolivarianismo es todo un símbolo para guiar la lucha contra las acciones desestabilizadoras de la burguesía, tanto de la que financia y respalda con recursos logísticos o promueve el sabotaje económico-comercial, como de la que calla y no se enfrenta a sus "colegas de clase" aún cuando vive y sobrevive por decisión del Estado Revolucionario. Pero sobre todo, como decía Che Guevara, no solo se trata de luchar contra algo sino sobre todo luchar a favor de algo, y en esa dirección es necesario señalar que el renacimiento del bolivarianismo es un gran símbolo para continuar defendiendo integralmente esos millares de logros alcanzados en los siete ámbitos (económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar) que señala la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 326 cuando define los principios de Seguridad de la Nación.

Esos principios son Independencia, Democracia, Igualdad, Paz, Libertad, Justicia, Solidaridad, Promoción y Conservación Ambiental, Afirmación de los Derechos Humanos, Satisfacción Progresiva de las Necesidades Individuales y Colectivas, y Corresponsabilidad entre el Estado y la Sociedad Civil. Con esos principios como banderas, continuar impulsando el bolivarianismo, ahora con mayor voluntad, talento y experiencias, significa fortalecer aún más los llamados componentes estructurales claves (2) de esos miles de logros que permitieron conformar el Plan de la Patria 2013-2019 como desiderátum de la Nación y han conducido a la sociedad en general, a pensar y exigir que se cumpla el ideario chavista que es en esencia el bolivarianismo del siglo XXI.

Ante esa clásica contradicción, resumida en el eje contradictorio trabajo-capital, el llamado del máximo líder a la Rectificación de lo que tenga que ser cambiado; a la Rebeldía popular teniendo la Constitución como arma, ante los embates reaccionarios por violarla, y al Renacimiento del bolivarianismo que es también el renacer de la Patria amenazada y del chavismo como fuerza clave transformadora, es todo un reto a ser estudiado profundamente para elaborar el adecuado árbol de decisiones de esa gestión directa y democrática que debe ejercer la clase obrera de la dirección del proceso social de trabajo.

Tales decisiones deben tener su lógica dialéctica para no caer en el error del antihistoricismo, en el cual no hay ninguna, o escasea la visión de la prelación necesaria en las decisiones, o en el frecuente error de no prever detalladamente las consecuencias de cada decisión para evitar las marchas en contrasentido o entrar en callejones sin salida. Para ello, es imprescindible comprender cabalmente que la estabilidad política y la seguridad de la Nación lograrán convertirse en logros irreversibles cuando el proceso social de trabajo, concebido en la Constitución, las leyes y cada día mejor comprendido por la clase obrera, transcurra por los caminos abiertos en Revolución, bajo las normas de la legalidad vigente y con la visión del socialismo.

Entonces, interpretar adecuadamente la necesidad del renacimiento del bolivarianismo ayudará a conducir, en el nuevo año, al anunciado Congreso de la Patria donde se tomarán decisiones estratégicas para fortalecer la participación y el protagonismo consciente del pueblo, con el convencimiento de que el socialismo es el único sistema social que se construye –a decir del Che- conscientemente, en plazos extensos pero con operaciones intensas y de que en los procesos electorales, como vía insustituible, nacida con el propio bolivarianismo, el comportamiento humano también está muy influido por los procesos inductivos de naturaleza afectiva, sobre todo de aquella población manipulada sentimentalmente por las campañas mediáticas de la burguesía, las cuales tratan de impedir el razonamiento dialéctico por medio del cual se puede convertir un revés en victoria y sostener los ritmos de desarrollo necesarios para elevar las capacidades soberanas de Venezuela.

Citas

(1) Véanse los artículos La Necesidad de las Ciencias Sociales para la Revolución y La Descripción Articulada como Herramienta de Estudio en el portal Aporrea o en www.profewong.blogspot.com

(2) Los componentes estructurales claves: decisiones y proyectos estratégicos para el desarrollo sostenible, creciente seguridad social, protagonismo del pueblo en las esferas del Estado y autoformación ideológica y política con visión socialista, entre otros, son los que han tenido mayor impacto en las transformaciones revolucionarias de la sociedad venezolana y nunca deben abandonarse ni restarle importancia pues contribuyen a formar la conciencia política del bloque o sujeto histórico que necesita cada fase por la que transita el proceso.



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Ernesto Wong Maestre


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