Ahora el pueblo vuelve a las calles de las principales ciudades de España para reclamar un cambio de sistema, marcando de esta forma el principio del fin de un modelo decadente que sembró desigualdades y desesperanzas en jóvenes, y no tan jóvenes. Ha sido un movimiento “espontaneo” que ha acampado a lo largo de toda la geografía ibérica con una voz clara y nítida, sin rebuscados discursos intelectuales, sin acomodaticias teorías seudo izquierdistas, voz que es punto de partida para la construcción de un modelo que solo el pueblo español sabrá delinear, con ritmo propio y sabor a gazpacho.
En esta oportunidad no han podido ni la decadente clase política ni sus medios (EL PAÍS, ABC) tergiversar la naturaleza de la protesta, manipular las mentes de cientos de miles de españoles que despertaron de un largo letargo, quizás desde la república, aquella que fue masacrada por las huestes nazi fascistas, aquella que trataron de silenciar entre rejas y paredones y que hoy renace como ave fénix para ir en pos de un sueño.
Posiblemente dirán las voces agoreras de sesudos opinadores mercenarios que en pocos días el pueblo volverá a casa cual si no hubiera pasado nada, pero seguro estamos que ese pueblo, (jóvenes, obreros, profesionales, amas de casa) que hace apenas una semana vivía en silencio su agonía neoliberal, ya nunca será el mismo, se ha transformado, adquirió conciencia de su poder, y no descansara hasta lograr su cometido. Esto lo sabemos por experiencia propia los millones de venezolanos, los millones de latinoamericanos, que vivimos en la actualidad la transición entro la decadencia y la esperanza.
¡Que Viva la Esperanza, Que Viva La Utopía!
henryantonionavas1@hotmail.com