Esto lo recordamos porque recientemente –en el marco de la detención, por parte del gobierno venezolano, del camarada combatiente revolucionario colombiano Julián Conrado–, el Buró Político del PCV demandó del Ejecutivo Nacional el poner fin a los acuerdos con el Estado colombiano en los temas de inteligencia, seguridad y defensa.
Esta exigencia está sustentada en que estos “Acuerdos” violan la soberanía nacional de Venezuela y toda la información llega directamente –por intermedio de los organismos colombianos– a los sistemas de inteligencia del imperialismo estadounidense y del sionismo internacional.
Es urgente dejar sin efecto la cooperación del Estado venezolano en materia de inteligencia con el Estado colombiano y sus órganos de la continuada y uribista “Seguridad democrática”.
Lo más sonoro y resaltante ha sido la captura y entrega de cuadros revolucionarios al régimen narcoparamilitar de la oligarquía colombiana, servil al imperialismo estadounidense, indistintamente del personaje que coyunturalmente coloquen en la presidencia.
Sistemáticamente, incluso antes de los recientes Acuerdos entre Caracas y Bogotá, el DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) colombiano realiza acciones de “inteligencia” en nuestro país, vulnerando la soberanía de nuestro país.
En abril de 2010, un Comunicado del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia, de Venezuela, denunció que la inteligencia colombiana tenía una base secreta en Barinas. El mismo estado en el que –con información dada por las autoridades colombianas– es capturado el insurgente cantautor Julián Conrado.
La libre presencia y actuación de agentes de inteligencia colombianos en Venezuela es avalada en la práctica por el gobierno nacional, al convertirse en efectivo ejecutor de la información que dan desde el vecino país sobre combatientes revolucionarios en nuestro territorio.
El Estado colombiano está al servicio de los intereses del imperialismo estadounidense y el sionismo internacional en Latinoamérica, por lo que tiene también Acuerdos con la CIA yanqui y el Mossad israelí.
Toda la información que se recoge en Venezuela o que entrega el Gobierno es del conocimiento, dominio, manejo y utilización por parte de la inteligencia norteamericana y del sionismo internacional.
Que ninguna organización política y social se engañe. Muchas de las fuerzas y sectores –que honestamente se reivindican como revolucionarios–, que aplaudieron acríticamente o callaron cómplicemente la ilegal entrega del periodista sueco Joaquín Pérez Becerra o la captura del combatiente Julián Conrado, no terminan de entender que la información que recoge sistemáticamente el Estado colombiano será utilizada, más tarde o más temprano, contra el movimiento revolucionario venezolano que impulsa la revolución bolivariana.
Por ello, el PCV también exige que no se equipare a luchadores internacionalistas, perseguidos por un Estado terrorista, con delincuentes comunes, narcotraficantes o paramilitares.
No se corresponde con una valoración ideológica y política transformadora, no se puede conciliar ese accionar con los valores bolivarianos, antiimperialistas, revolucionarios y menos con los principios consecuentemente socialistas.
El PCV no vela solamente por el derecho inalienable de los pueblos a recurrir a las formas de lucha a las que se vean obligados para liberarse de la dominación imperialista y la explotación capitalista.
El PCV no vela solamente por la visión que internacionalmente tiene el movimiento revolucionario, antiimperialista o comunista del mundo.
El PCV vela también por las posibilidades y la necesidad de la profundización de la revolución venezolana, por la unidad de las fuerzas patrióticas, por un bloque popular revolucionario, por la liberación nacional y el socialismo.