Despejar las interrogantes de cada una de esas palabras sobre lo que está ocurriendo con Libia, conduce irremediablemente a la conclusión de que las dos primeras como organismos internacionales perdieron toda credibilidad, y lo que en este escrito se puede señalar al respecto, se queda corto ante lo que pudiera ser un Bet seller de incongruencias, falsedades y terrorismo empotrado. Según Wuilipendia: “La Organización de las Naciones Unidas (ONU) o simplemente Naciones Unidas (NN. UU.) es la mayor organización internacional existente. Se define como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos”. ¿A qué cooperación de derecho internacional hace referencia esta definición?, al derecho de permitir a unos países que se sienten poderosos para someter a otros que se muestren adversos a los intereses económicos del imperialismo y del capitalismo. Es el derecho de invadir, bombardear, destruir y aniquilar seres humanos, no importa cómo se haga, es el derecho que tienen, quienes se sienten dueños del mundo a apoderarse de territorios ricos en petróleo, gas, agua, biodiversidad y todo aquello que les sirva para garantizar el consumo y funcionamiento de sus sociedades. Con el caso de Libia se fraguó una estrategia de invasión y sometimiento a varios niveles: primero los países poderosos lograron aprobar dos (2) resoluciones sobre la base de bombardeo en área de exclusión para la defensa de los “derechos humanos” de grupos opositores, dándole el protagonismo unilateral e inicial al imperio norteamericano, que desde Brasil, Barack Obama dio la orden del bombardeo sobre Libia, luego se pasa a un segundo nivel, donde este País último se desentiende de su rol inicial pasando su responsabilidad de bombardeo a la OTAN y el tercer nivel que tiene que ver con la penetración terrestre al camino despejado con el bombardeo direccionado y destructivo. A esto se puede llamar cooperación para la paz?, ¿Por qué la ONU se opuso al desarrollo económico y social de LIBIA?, teniendo este País para el momento de su invasión uno de los mejores estándar de vida. ¿Se puede justificar acaso utilizar la política de la muerte, para defender los derechos humanos de un grupo opositor, en contra de los derechos humanos del resto del pueblo?, también cabe aquí preguntarse, ¿Dónde está la condena contundente del vaticano y su iglesia católica?, o es que acaso, el bombardeo indiscriminado que ha acabado con centenares de vida inocentes, niños, ancianos, mujeres indefensas, ¿no merecen tal rechazo y repudio?, Ahora resulta que la OTAN, la cual se define como la organización del atlántico norte, que fue creada en 1949 con el objetivo de colaborar en la defensa en los campos político, económico y militar y teóricamente destinado a ser una garantía de seguridad de los estados de Europa Occidental ante la Unión Soviética y sus aliados, de un mecanismo de defensa se convierte en un organismo invasor, destructor y anti-humano. Se da entonces con el caso de Libia una especie de terrorismo que se ha pretendido desdibujar con ruedas de prensa que se han venido dando por parte de los gobiernos, principalmente de Francia y del Reino Unido que han querido justificar con sus acciones criminales y destructivas, soportadas en bombardeos y en apoyo a grupos de mercenarios, la validación de ese salvajismo, que no sólo acaba con vidas inocentes, sino que también se destruyen escuelas, hospitales, patrimonios culturales, grandes edificaciones institucionales y hasta viviendas de cualquier tipo de ciudadano Además de ello han utilizado la guerra mediática, como mecanismo de esconder la verdad y difusión de la mentira. Sin embargo se puede afirmar, que tanto la ONU como la OTAN se salieron de su cauce y que los pocos o muchos países que estén conscientes de esta realidad, deben hacer valer su posición para que se produzca un reordenamiento de las políticas de dichos organismos, ya que de lo contrario se estaría certificando un tipo de terrorismo globalizado, de barbarie e invasión y muerte y a su vez se estaría imponiendo el poderío económico de las grandes trasnacionales, por encima del poder político que hace rato está siendo desplazado y si no pregúntele al Presidente de los EEUU, por qué sus promesas de la campaña electoral no las ha podido cumplir.
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