Problemática de la Educación Chile: Una Mirada desde Afuera

       En el marco de los modelos de desarrollo caracterizados por los fundamentos teóricos determinados en el siglo XX con el advenimiento de concepciones que se vertían entre el modelo socialista principalmente en la Europa Oriental, que apostaban por una planificación centralizada por parte del Estado con un peso político en la toma de decisiones por la nomenklatura del Partido, por otro lado Keynes planteaba un capitalismo con alto control por parte del Estado, de los cuales muchos de sus conceptos son utilizados en los estudios de macroeconomía de hoy en día en variables tales como Producto Interno Bruto (PIB) o Inflación, y finalmente el enfoque neoliberal planteado por Friedrich von Hayek que repercutió con un grupo de intelectuales dentro de los que se encontraba Milton Fiedman quienes consideraban que la participación del Estado en la economía debería reducirse al mínimo y someter en consecuencia el gasto público para que toda transacción comercial se desarrollara mediante la lógica de la oferta y la demanda; es así como este último resulta preponderante luego de la caída del bloque Soviético y el muro de Berlín a finales de la década de los 80 acompañados con el fenómeno de la globalización y que trajeron consecuencias nefastas dentro de los procesos sociales y políticos de América Latina y el Caribe (ALC).

       En medio de los conflictos ideológicos impositivos sobre la interrogante de cuál desarrollo, América Latina y el Caribe recién pudo llevar su índice de desarrollo humano (IDH) de 0,614 en 1990 a 0,660 en el 2000; lo que representa un leve crecimiento del 7,49%, mientras que para el año 2010 era de 0,704, representando en consecuencia un crecimiento de 6,66%, aún por debajo de lo que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera desarrollo humano alto; sin embargo la tendencia se mantiene pero a la tasa promedio anual de crecimiento más baja que como bloque regional de las naciones en desarrollo, aunque superior a los promedios anuales de los países desarrollados.

       En el caso de Chile su contexto político se encuentra marcado principalmente por los acontecimientos ocurridos a partir del derrocamiento y asesinato del Gobierno Socialista de Salvador Allende en 1973, que llevaron a este país a un proceso de represión social y política de corte militar durante 17 años bajo la dirección de Augusto Pinochet que conformó una constitución política en  1980, la cual consideraba obligatoria y como responsabilidad del Estado la Educación Básica, más adelante a tan sólo un día de la entrega del poder por parte de la dictadura al nuevo presidente democráticamente electo fue promulgada la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), que ratificaba esta determinación.

       En cuanto a su modelo de desarrollo la República de Chile, se ha encontrado fuertemente relacionado por las políticas económicas neoliberales, producidas por la Escuela de Chicago liderada por Milton Friedman quien además fue asesor económico del del Gobierno de Pinochet.

       El IDH Chileno pasó de 0,607 en 1980 a 0,675 en 1990, 0,734 en 2000 y 0,783 para el 2010, lo que representa un crecimiento para la primera década de análisis de 11,20%, la segunda de 8,74% y la tercera de 6,67%, lo que permite deducir una clara desaceleración en el ritmo evolutivo de las variables fundamentales para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos.

       Por otra parte la República de Chile poseía para el año 2010 una tasa de alfabetización de 98,7%, con una tasa neta de matrícula en educación primaria de 94,4%, en educación media de 85,3%, y una tasa bruta de matrícula en educación tercearia de 52,1%, con una tasa de deserción en todos los niveles de 5,1%, indicadores que lo posicionan dentro de los primeros lugares de la categoría en la Educación de ALC.

       Sin embargo las desigualdades sociales y los costos asumidos por las familias chilenas en términos educativos han originado que: “alrededor del 10% de los núcleos familiares chilenos tengan alto endeudamiento con la educación privada o pública”, cuando tan sólo en 15 años (entre 1990 y el 2005) la tasa de crecimiento de la matrículas en universidades privadas aumentó en más de mil por ciento. En cambio, las universidades públicas creció 142,1% en el mismo lapso de tiempo, donde el valor promedio anual de un arancel universitario chileno es de unos US$3.400. que equivale al 22,7% del PIB per cápita, que es superior al de Estados Unidos, Inglaterra, Australia y Japón, por lo que el aumento arancelario promedio entre 1995 y 2005 fue de 92,8%. “A finales de 2010 la morosidad del programa de Crédito con Aval del Estado entre los desertores era del 45%”, y de acuerdo a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) el número de deudores de créditos de educación superior es de 1.700.000 personas, por un monto de US$11 millones”.

       Para el año 2.008 cifras oficiales muestran que el gasto del PIB Público en educación era del 4%, correspondiendo esto al 54% de la inversión en Educación, el otro 46% corresponde al financiamiento privado que en un 99,15% proviene de los aportes de las familias chilenas.  Sin embargo el 75% del gasto público en educación va directamente a los representantes de los institutos educativos total o parcialmente privados, lo que dejaría una inversión real del PIB Público en relación a la gratuidad del acceso a la educación del 1%.

       Esto ha traído como consecuencia las manifestaciones estudiantiles de 2006 de la educación media, denominada la revolución de los pingüinos, que provocó que el Gobierno de Michelle Bachelet; derogara la LOCE y presentara el proyecto de Ley General de la Enseñanza (LGE), que se materializaría en 2.009, con reformas que incluyen la amplitud de la cobertura y responsabilidad por parte del Estado hasta la educación media, pero que no elimina los parámetros de la economía de mercado, lo que ha provocado nuevas manifestaciones en 2.011 en contra de las políticas agresivas de privatización de la educación del Gobierno de Sebastian Piñera, y de esta manera continuar en la lucha por garantizar lo establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde en su artículo 26 indica que la educación es un derecho de toda persona y debe ser gratuita y obligatoria al menos en sus niveles elementales.

       De continuar esta situación se pudiera agravar la deuda de los más desposeídos para garantizar la educación permanente, y crear una especie de burbuja educativa que puede tener incidencia negativa en los indicadores establecidos por la ONU para medir los avances en los niveles de Desarrollo de los países del mundo.

       Modelo de desarrollo Chileno y educación

       Durante los primeros años del gobierno dictatorial de Pinochet, Chile se vio entramado por serios problemas económicos, es cuando Friedman es llamado a asesorar las políticas de la materia en ese país, a través de un grupo de intelectuales formados bajo el modelo del neoliberalismo en la Escuela de Chicago, quienes encaminaron conceptualmente el modelo de desarrollo Chileno.

       De tal forma que una vez planteado el modelo de desarrollo ideal para Chile, resultaba necesario orientar la política educativa. Esta discusión se venía d países que habían adoptado el modelo económico neoliberal.  Es así como en 1983 se determina que:

El informe Una Nación en Riesgo puso en evidencia cuán deficitaria era la calidad de la educación en EE. UU. El informe comenzaba con la siguiente frase: 'Si una nación extranjera impusiera a nuestros niños la educación que nosotros les estamos entregando, tomaríamos este acto como una declaración de guerra'. Desde ese momento el tema de educación dejó de ser tarea de padres de familia, profesores y especialistas para transformarse en un problema nacional.”

       En 1990 a un día de la entrega del gobierno de Pinochet a uno democráticamente electo, se instaura la LOCE; que en consecuencia llevaría la lógica del modelo de desarrollo al campo educativo.  La LOCE es:

Un entramado legal que introduce con mucha fuerza una serie de mecanismos de mercado, tales como: libre elección de escuelas, distribución de los recursos públicos subvencionando a la demanda (voucher) y no diferenciando entre municipales y particular subvencionados, descentralización de los establecimientos (municipalización), y autorización a los estable cimientos para seleccionar a sus alumnos, pese a que esos establecimientos estén financiados por el Estado. Este proceso no es exclusivo de nuestro país, pero, sin duda, en Chile se exhibe un grado de liberalización del sistema escolar como en pocos lugares del mundo.

       De esta forma:

Los padres deben decidir si enviarán a sus hijos a un colegio municipal que se financia sólo con la subvención estatal, a un particular subvencionado en donde es probable que deban aportar con financiamiento compartido, o a un colegio particular pagado, en donde deben cancelar la totalidad del costo. En este sentido, se aprecia que los padres han decidido en porcentajes muy  importantes dejar de enviar a sus hijos a los colegios municipales para enviarlos a los colegios particulares subvencionados, en donde tendrán que aportar una parte del financiamiento. Así el sistema escolar chileno se caracteriza por una constante consolidación del sector particular subvencionado, debido a la oferta de este tipo de colegios y a la opción de los padres de enviar allí a sus hijos.

       Los principales problemas que caracterizan el funcionamiento del sistema de subsidio a la demanda a través del cual se financia el sistema escolar chileno son: la posibilidad de que la competencia se base en la manipulación de los indicadores de calidad; la racionalidad de la elección de las familias; las diferencias de costo por alumno, que pueden no ser tomadas debidamente en cuenta por el sistema; la ausencia de competencia en algunas zonas de mayor dispersión geográfica; y los costos, especialmente psicológicos, en que incurren los alumnos que deciden cambiarse de escuela por no estar satisfechos con la calidad de la educación impartida así como los costos educacionales que afectan a los estudiantes que se quedan en un establecimiento que puede entrar en un espiral de deterioro.

       El modelo neoliberal de subsidio a la demanda sostiene como argumento central que al generarse y existir libre acceso al financiamiento, independiente de la propiedad del establecimiento, se instaura un régimen de plena competencia por la probidad del servicio educativo, lo que propende a generar una oferta educacional más competitiva; provocando un sistema que lleva a las escuelas a competir por tener más alumnos.

       El PIB y la Educación en Chile.

       El gasto público en Educación en Chile para el año 2.008 era del 4% de su PIB, si a ello se le adiciona lo aportado por el financiamiento privado la cifra supera los estándares de 6,8% de inversión en educación que la OCDE establece como mínimo para los países desarrollados.

       Sin embargo el problema con esto se traduce en el aporte que realizan las familias chilenas, que ascienden al 99,15% de los aportes del sector privado en educación, en una estructura porcentual de inversión en educación correspondiente al 54% del sector público y 46% del sector privado. En el siguiente gráfico se muestran las proporciones de los aportes:

       Por otra parte se destaca que del gasto público en educación el 75% va dirigido a modo de inversión en las modalidades de particulares pagados (establecimientos educativos totalmente privados) y particulares subvencionados (establecimientos educativos parcialmente privados), tan sólo el 25% de la inversión del Estado está destinado a reforzar la gratuidad del sistema educativo Chileno representado en las municipalidades en los niveles de educación básica y media, por lo que el sector universitario no presenta ningún tipo de inversión.

       Consecuencias del modelo de desarrollo para la educación en Chile

       Pese a los innegables avances obtenidos en materia de evaluación de parámetros internacionales sobre el desarrollo humano en Chile que lo posicionan en los primeros lugares de ALC en todos los aspectos de medición, los recientes acontecimientos representan una problemática social fundamentada principalmente por la garantía del acceso a la educación, que ha devenido en: la disyuntiva sobre la gratuidad de la educación, la revolución de los pingüinos en 2006 que originaron la derogación de la LOCE, pero igualmente produjo como política reactiva del Estado la creación de la ley de responsabilidad penal de adolescentes y finalmente la conformación de una burbuja económica educativa que afecta fuertemente a las familias chilenas de menos recursos.

       Sobre la disyuntiva de la gratuidad de la educación, los debates giran en torno a la calidad, el modelo de desarrollo ha perfilado que el modelo educativo privado tiende a mejorar estos índices, sin embargo vemos como las Universalidades Chilenas que en su totalidad no son de carácter público, no se encuentran dentro del llamado ranking universitario dentro de las mejores del mundo.

       La revolución de los pingüinos ocurrió en el año 2.006, con una fuerte movilización de los estudiantes de educación media chilena, a fin de sustituir los parámetros de cobertura (sólo educación básica) y el modelo mercantilista establecido en la LOCE, lo cual tuvo como resultado la derogación de la ley y la conformación de la LGE en 2.009; pero al mismo tiempo la creación de una ley de responsabilidad penal de adolescentes; lo que sin duda da fuertes indicios de que el Estado Chileno pretende evitar que este tipo de movimientos llegaran a repetirse.

       En cuanto a una posible burbuja económica educativa que pudiera originarse se puede deducir que resulta contraproducente que el 75% del gasto público tienda su inversión a fortalecer la educación total o parcialmente privada, aún cuando este representa el 54% del presupuesto nacional en educación, estos indicadores macroeconómicos lejos de orientar la balanza hacia la democratización a la educación tienden a un proceso de privatización, que se refuerza por el alto grado de endeudamiento de las familias chilenas.

       OCDE, UNESCO, CEPAL y Latinobarómetro en Chile

       En el marco de la revisión permanente de las políticas públicas en el ámbito Educativo generadas en Chile la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) y las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en colaboración con el Ministerio de Educación de Chile, en Santiago en enero del 2010 determinaron diez grandes desafíos:

  1. Desafío 1: Sistema Educativo Centrado en la Calidad para Todos.
  2. Desafío 2. Fortalecimiento de la educación pública.
  3. Desafío 3. Promoción de una educación integral.
  4. Desafío 4: Seguir avanzando en políticas para la Educación y Cuidado de la Primera Infancia.
  5. Desafío 5. Nueva política para la Educación Secundaria.
  6. Desafío 6. Rediseño de la Formación Técnico Profesional.
  7. Desafío 7. Nuevo Marco para la Educación Superior.
  8. Desafío 8. Construcción de una nueva carrera profesional docente para crear ambientes efectivos de de enseñanza y aprendizaje.
  9. Desafío 9. Fortalecer la movilidad de la investigación y el conocimiento así como la innovación en educación.
  10. Desafío 10. Liderazgo Escolar.

       Dentro de ese análisis se determina que “Según la UNESCO, para garantizar el derecho a la educación es preciso asegurar la obligatoriedad tanto como la gratuidad; ambas sólo pueden ser garantizadas en la educación pública”, más adelante indica que “en cuanto al carácter público o privado de la escuela, la OCDE ha observado en sus estudios que en general los establecimientos privados tienen mejores resultados; sin embargo, si el análisis toma en cuenta el contexto socioeconómico de la escuela, esta ventaja generalmente desaparece”.

       Así  mismo en cuanto a la Educación Universitaria “el sistema presenta una fragmentación no resuelta entre lo público y lo privado que genera tensiones y contradicciones entre estos distintos agentes, cada uno con diferentes agendas”, además de afirmar que:

En relación con la distribución de préstamos y becas, se produce en Chile una distorsión relevante producto de la discriminación en dos niveles: entre las universidades que reciben financiamiento público y las llamadas “privadas” que no lo reciben. Así, los alumnos beneficiarios de ayudas estudiantiles son sólo un quinto de todos los alumnos.

       De esta manera vemos como la problemática generada por el debate de la gratuidad de la Educación en Chile se encuentra presente en los escenarios internacionales, visto como una necesidad que garantice el cumplimiento de los parámetros establecidos en los derechos humanos.

       Por otra parte la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) hace una reflexión en cuanto al nivel, calidad y equidad de la Educación Chilena:

Los estudiantes de la educación particular pagada obtienen los mejores puntajes seguidos por los de la particular subvencionada y quedando en el último lugar la gran masa de estudiantes que asiste a la educación municipalizada. Los factores explicativos son variados y se relacionan con las condiciones culturales y socio-económicas de los estudiantes y sus familias, la infraestructura y medios disponibles en las distintas realidades, el tipo de gestión, los ambientes y los atractivos sociales y económicos que presenta la educación particular para los mejores docentes.

       Adicionalmente una importante encuestadora en ALC Latinobarómetro realiza un balance sobre el modelo de desarrollo Chileno:

Es paradójico que el país en el cual el mundo occidental dice que hace mejor su tarea de manejo macroeconómico (Chile) sea el país de la región que menos confianza tenga en la economía de mercado. Las protestas en ese país están mostrando que las bondades del éxito económico no son suficientes para satisfacer las demandas. Los chilenos de alguna manera han desistido de presionar no confiando en que ellos pueden ir más rápido que el promedio del país, como nos dice el índice de confianza en el consumidor, donde ese país es una excepción en la región.

       Igualmente esta institución dentro de su análisis estadístico refiere que:

En el año 2011 vemos cómo se levanta una demanda ciudadana que lleva a cientos de miles de chilenos a las calles, primero por la educación, luego por tantos otros motivos sumando una demanda por cambios estructurales que dejan el éxito declarado con un gran signo de interrogación respecto de cómo se define el éxito. El caso chileno muestra cómo es evidente que no se puede acortar camino al desarrollo obviando el desmantelamiento de las desconfianzas y de la injusticia redistributiva.

       De esta disyuntivas generadas por el modelo de desarrollo Chileno, tienden a generar un debate en torno a la gratuidad de la educación que no escapó del modelo neoliberal aplicado como fórmula en este país.

       Análisis crítico de la Educación en Chile

       La matrícula escolar Chilena para el año 2.010 era de 4.200.670 estudiantes de los cuales 8% corresponde al nivel preescolar, 48% al nivel básico, 23% al nivel de educación media y 21% al nivel de educación superior, con 12.036 establecimientos educativos de los cuales el 50% corresponde a particulares subvencionados, 7% a particulares privados y 43% a las municipalidades; estos últimos quienes ofertan educación totalmente gratuita en los casos de los niveles básico y media.

       Para el año de 1980 la composición porcentual de la educación en Chile comprendía en un 78% de la matrícula a la educación gratuita, 15% a los particulares subvencionados y 7% a particulares privados, mientras que en el año 2.010 los porcentajes en el mismo orden eran de 44%, 48% y 7% respectivamente.

       Esta composición sugiere que tan sólo el 1% del PIB invertido en educación está destinado al reforzamiento del sistema educativo gratuito en Chile, esto en términos generales corresponde al 14% de la inversión total en educación, esto ha provocado que recaiga sobre el peso de las familias chilenas un gran peso del costo de la educación, siendo el nivel superior donde existen los mayores problemas de financiamiento, donde la mayoría de los estudiantes debe endeudarse para pagar sus estudios. El Estado avala los créditos que tienen intereses de mercado. En 2011, unos 220.000 estudiantes se acogieron al sistema, que en total tiene unos 350.000 deudores, que de acuerdo a cálculos privados, acumularán al final de sus estudios una deuda promedio de unos 40.000 dólares, donde 8 de cada 10 estudiantes que acceden a estos créditos pertenecen al 60% de las familias más pobres.

       Sin duda esto trae como consecuencia entre otros aspectos que la pobreza chilena del 2006 al 2009 e haya incrementado del 13,7% al 15,1%, lo que genera ciertas contradicciones dentro del modelo de desarrollo que por un lado presentan importantes avances en materia de algunos indicadores, pero que reflejan por otra parte las grandes desigualdades que aún vive el pueblo Chileno, en una lucha entre un sistema educativo gratuito y otro determinado por el modelo de economía de mercado. 

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Nelson Ortega

Aprendíz de Socialista, Bolivariano, Investigador, Planificador Ingeniero en Informática, Diplomado en Innovación Tecnológica, Msc. Planificación Global. www.masrevolucion,blogspot.com

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