La coalición sube de 2 a 11 escaños

Izquierda Unida consigue su mejor resultado desde las elecciones de 1996

El pasado y el futuro fundidos en un emocionado y cálido abrazo. Fue el de Cayo Lara y Marcos Ana, el poeta comunista que el franquismo encarceló 23 años. Ese abrazo prologaba una noche de euforia y explosión de júbilo en la sede federal de IU. A esa hora, el coordinador y candidato acababa de llegar con su equipo de campaña. Dirigentes y trabajadores de la casa, salvando la nube de fotógrafos, aplaudían a Lara. Y allí estaba Ana. Y llegó el abrazo sentido y emocionado de los dos.

Lara sonreía, aunque intentaba templar su propia alegría. Porque tan sólo pocos meses, semanas atrás, si se hubieran hecho apuestas de las de verdad, nadie en la dirección de IU se habría atrevido a pronosticar un resultado como el de ayer. Nadie porque ni en sueños se esperaba que se batiesen varios récords a la vez: crecimiento electoral en toda España -menos en Euskadi-, grupo parlamentario en el Congreso garantizado con holgura, la recuperación de los diputados perdidos en cuatro comunidades y, en fin , una subida en escaños y en votos jamás vista en 15 años.

IU, junto a las otras 12 formaciones con las que competía en estos comicios -entre ellas, ICV y Chunta Aragonesista- lograron 11 escaños, frente a los dos de 2008. Es decir, casi seis veces más. La federación, con el escrutinio al 95,15%, recabó 1.607.120 votos, un avance de más del 50% respecto a las últimas generales. Eso hace un 6,97% de las papeletas, casi el doble del 3,77% de hace tres años y por encima de los datos de las municipales del pasado mayo (6,36%).

Para empezar, IU e ICV amplían su presencia en Madrid y Barcelona (tres escaños en cada provincia). Y todo lo demás lo rescata: Sevilla, Málaga, Valencia, Zaragoza -aunque ese acta la ocupará primero Chesús Yuste, de CHA- y, sobre todo, Asturias. Gaspar Llamazares devuelve a IU un bastión histórico perdido en 2004 y retorna al Congreso otra legislatura más. IU Asturias se apunta además el mejor resultado en toda España, superior al 13% de los votos. En la Cámara Baja se sentará una voz del 15-M, Alberto Garzón, el cabeza de lista por Málaga.

Precisamente, Lara y toda la dirección utilizaron el gesto de aprobación de los indignados cuando llegaron a una sala abarrotada por militantes y dirigentes. "¡Aquí está la izquierda de verdad!", gritaban los suyos entre fortísimos aplausos. Por fin "una alegría en casa de los pobres", comenzó un Lara, plenamente satisfecho. En efecto, se acababa la "travesía en el desierto" de IU , como dos horas antes había proclamado el director de la campaña, Ramón Luque. Se acababan 11 años de caída ininterrumpida, de noches electorales de profunda depresión y caras largas.

El candidato enseguida sintonizó con los que eran sus objetivos esta campaña, los socialistas desencantados y los jóvenes rebeldes del 15-M. "Nos comprometemos solemnemente a que no defraudaremos. Nos podremos equivocar, pero no defraudaremos ni mentiremos".
"Seguir trabajando"

El ya diputado prometió "seguir trabajando por el cambio del modelo productivo, en el Parlamento y en la calle". Y con todos aquellos que se sumen, recordó, construirá la izquierda alternativa, imprescindible para "rescatar la democracia".

Pese al excelente resultado, Lara clamó que IU no se rinde. Plásticamente, esgrimiendo un folio en blanco con un gigante "11" impreso mostró que sí, que las urnas le habían dado 11 actas. "Pero con una Ley Electoral justa, se sentarían 25 personas". La sala prorrumpió en un estruendoso aplauso. Un último buen sabor de boca: en Argamasilla de Alba (Ciudad Real), el pueblo de Lara, IU se hizo con la segunda posición. Por delante del PSOE. El líder también es profeta en su tierra.


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