Cuba estuvo presente en Cartagena

La cumbre de Cartagena de Indias en Colombia, sin duda fue muy diferente a otras cumbres del pasado, donde los EE.UU, se presentaba como elamosl absolutosl del encuentro, en una mano blandiendo el gran garrote, y en la otra un paquete o fajo de relucientes y apetecibles billetes verdes, -para comprar conciencias-, que repartían a troche y moche entre sus incondicionales, lacayos más confiables. Quedaron, de este pasado vergonzoso, una gran cantidad de proyectos, planes y promesas que nunca se cumplieron, las más en el dormido recuerdo de los pueblos. Otras lucraron a los gobernantes trashumantes o enriquecieron más a las clases dominantes y grandes empresarios y propietarios de transnacionales.

América era para los gringos de antes y aún de ahora, -perdón para los americanos del Norte-, su patio trasero, donde tendían sus calzones y enaguas, cuando salían de paseo en sus vacaciones, buscaban lo que tan fácilmente compraban con sus dólares. Que eran recibidos con alegría por estos pueblos oprimidos, necesitados, hambreados y corrompidos por sus gobernantes pro imperiales. Consiguiendo así, desde un jovencito o jovencita virgen, hasta drogas de primera calidad y clase, sembradas y cosechadas por miserables campesinos explotados con anterioridad por los hacendados, pagándoles bajos precios por sus siembras naturales como caña, café, frutas y hortalizas. Para obligarlos a sembrar marihuana y amapola, que los consumidores yanquis les compraran a un mejor precio. Para el consumo propio de sus vicios. Ellos, de azules ojos y rubias cabelleras, “No todos” descendientes de los peregrinos de Plymouth, de irlandeses, italianos, escoceses y toda clase de amalgamados emigrantes.

-No olvidemos que, los EE.UU, son los consumidores principales de toda la droga que se produce en Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, etc. Ellos, los compradores gringos pagan sus vicios en dólares, por eso, les interesa “a estos viciosos”, que los pueblos sigan siendo pobres, esclavos y estén bien desarrapados. Paras ellos promover por medio de golpes, conspiraciones, asesinatos e invasiones a gobiernos que estén bajo sus órdenes y hagan lo que a las grandes transnacionales les conviene, para sus jugosos negocios del mundo libre, que estos gobiernos títeres hagan lo que les manda la Casa Blanca, y el presidente de turno, así como sus agencias de inteligencia La CIA y el Pentágono –halcones de la guerra-.

Los EE.UU no quieren pueblos libres, no, necesitan lacayos serviles y obedientes, que hagan lo que les mandan sin rechistar.

Nos preguntamos:

Cómo es posible que en pleno siglo XXI, hagamos una cumbre Latinoamericana sin la presencia de Cuba. País soberano que por capricho de los Cubano-americanos, y del actual gobierno de la White House, no es invitado, mejor dicho se le imponga a esta cumbre de Cartagena, el deseo contrario a los más de los países de América Latina de no dejar que Cuba asista………….

Pues, desde hace medio siglo –Cuba para ellos no existe, y sufre un criminal bloqueo.

Es sorprendente, el que no se toque el problema de las Malvinas, isla de Argentina invadida por los ingleses, haciendo honor a sus antepasados filibusteros. Y corsarios……

De esto no se habla una palabra, pues los intereses del imperio del Norte lo ha prohibido……….

Causa extrañeza como no se habla del problema del narco tráfico, y de los graves daños que ocasiona a los principales países productores y de transito de latino América: Como; Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, México, país azotado por las mafias que comercian con las drogas y las transportan a manos de su principal consumidor que paga con verdes dólares –los yanquis-.

Prohibido hablar de esto, ¡claro está!, ya que, los estadounidenses son los principales consumidores y compradores de drogas a nivel mundial por ello, no le interesa al Tío Samuel, que de esto se hable, y menos que se digan las verdades, se dialogue y se llegue a un verdadero acuerdo práctico y que acabe con este flagelo de la humanidad. Pues, a ciertos cofrades, no les interesa que nunca termine este flagelo, ya que ciertos “caballeros mafiosos” acumulan y amasan grandes fortunas……. De este jugoso “negocio”.

De esto tampoco se habló.

Acuerdos ¡ninguno!, que acuerdos, si lo que interesaba a los pueblos del continente, de eso, nada se podía decir, ni hablar, por supuesto menos escribir ni firmar. Como firmar acuerdos de lo que no se permite hablar (no está en la agenda) no hay consenso, ni se ha permitido mencionar siquiera estos problemas en dicha reunión.

Es por esto que muchos presidentes con dignidad y verdaderamente libres de las ataduras del imperio como los del ALBA, o no asisten, o se retiran antes de terminar la famosa cumbre de Cartagena, que quedó hecha escombros.

En lo poco que permitieron ver a los pueblos o escuchar, ya que los discursos no los dejaron transmitir abiertamente a los medios, ecepto los de algunos privilegiados, como Obama, el de Insulsa y el presidente Santos (que por cierto, fue una excelente pieza oratoria) “Los colombianos tienen fama de hablar muy bien”.

Cosa muy curiosa fue como bien lo destacó Fidel, la gran cantidad de guayaberas blancas y de color que llevaron puestas, los más de los asistentes, nos preguntamos, ¿fue una protesta? visible para Obama, adormecido, a ratos cansado y soñoliento, las cosas no marchaban como él esperaba, ¿será por no dejar que Cuba estuviese presente?.

¡Esta claro!, que esta protesta callada y silenciosa ante la ausencia de Cuba valió más que mil palabras.

¡Cuba estuvo presente! en la dignidad y la conciencia de los pueblos de América. En aquellas guayaberas que vistieron los más de los asistentes a este evento.

Sin duda alguna, que esta cumbre incongruente y tragicómica de Cartagena de Indias en Colombia quedó hecha añicos.

Requenave1@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2121 veces.



José Juan Requena

Soñador, escritor y poeta.

 requenave1@gmail.com      @Ripidio

Visite el perfil de José Juan Requena para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



José Juan Requena

José Juan Requena

Más artículos de este autor