Insumisión ante dos nuevas tasas

Los irlandeses se rebelan frente a la austeridad y no pagan impuestos


Sólo la mitad de los propietarios de inmuebles se han registrado para pagar un nuevo impuesto con el que el Gobierno irlandés quiere financiar el pago de la deuda.


Año y medio después del rescate financiero, los irlandeses han comenzado a darle forma a su propia rebelión contra la gestión de la crisis y el modelo económico.Con una menor tradición de movilización social que en otros lugares como Grecia o el Estado español, en Irlanda ni las manifestaciones ni el movimiento Occupy ni las huelgas generales (no se ha convocado una sola) han calado como método de presión en contra de los recortes y la obediencia absoluta del Gobierno a la hoja de rutamarcada desde la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Oposición a los impuestos

Sin embargo, los irlandeses han ido fraguando su propio camino a través del boicot a dos de los impuestos establecidos en el pacto entre su Gobierno y el tándem UE-FMI. La sociedad civil está respondiendo con un ‘no’ rotundo al nuevo impuesto sobre el agua y la propiedad inmobiliaria. La campaña contra estos dos impuestos comenzó su andadura en julio del pasado año, cuando el Gobierno comenzó a desvelar nuevos detalles sobre el pacto con la UE y el FMI, firmado en noviembre de 2010 después de que los organismos internacionales pusieran al Ejecutivo de Brian Cowen (del partido liberal Fianna Fail) entre la espada y la pared para firmar un rescate del sistema bancario irlandés, que, según se anunció en su día, frenaría un efecto dominó en los sistemas financieros de otros países europeos.

Tras año ymedio del pacto, los irlandese han podido comprobar cómo, además de que el supuesto cortafuegos no ha surtido efecto respecto a otros Estados, los contribuyentes deberán pagar la deuda de 85 billones de euros acordada con los organismos internacionales para rescatar a sus bancos.

La primera reacción fue castigar al Gobierno de Fianna Fail por su gestión financiera, que, básicamente, se basó en primero dar carta blanca a los bancos a través de una completa desregulación, y después inyectar dinero público para ir salvando los problemas de deuda a los que se venían sometiendo cuando estalló la crisis mundial. Así fue como, en las elecciones celebradas en febrero de 2011, el Gabinete de Brian Cowen se llevó el mayor batacazo de su historia al perder su hegemonía y pasar de 77 a 20 parlamentarios.

El nuevo Gobierno, formado por el partido conservador Fine Gael y el partido laborista, sin embargo, no ha demostrado ofrecer una alternativa y se ha inclinado por mantener la paz en las calles y cumplir todas las órdenes dirigidas desde la UE y el FMI, quienes exigen una reducción del déficit del actual 10% al 3% en 2016.

De todos modos, la extrema situación de aumento del desempleo, los regresivos impuestos a las clases medias-bajas (el impuesto de sociedades sigue en el 12,5%) y los recortes en los servicios públicos están impulsando, finalmente, el despertar social.

Tras una exitosa campaña anti austeridad y de boicot a los impuestos que se ha extendido a toda Irlanda y con especial energía en las zonas rurales, el pasado 31 de marzo finalizó el plazo para que los propietarios de inmuebles se registraran en el censo fiscal. Frente a la sorpresa del Gobierno e incluso de organismos civiles, el día en que venció el plazo para registrase sólo la mitad de contribuyentes propietarios de un inmueble (unos 1,6millones) habían ofrecido su nombre para abonar el nuevo impuesto. Y la multa por no haberse registrado, según ha anunciado el Ejecutivo irlandés, puede ascender hasta 2.500 euros.

“Ha sido un éxito, la gente ha decidido unirse para rechazar el pacto de austeridad”, apunta Stewart Reddin,miembro de la campaña contra los impuestos del agua y la propiedad inmobiliaria. Según lo anunciado, en el presente año todos los propietarios están obligados a abonar 100 euros, pero para el próximo año el tributo podría ascender a mil euros.

En 2013, el Gobierno irlandés introducirá un nuevo impuesto sobre el agua del cual se desconocen los detalles. Asimismo, la campaña de boicot fiscal está atrayendo gente a las calles, tal y como se pudo ver el 1 de abril, cuando cerca de 10.000 manifestantes se congregaron ante el congreso de Fine Gael bajo el lema “We can’t pay, we wont pay” (No podemos pagar, no vamos a pagar, en castellano).



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