Eso decimos, SEGUNDA PARTE DEL ARTICULO ACERCA DE LAS HEROICAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS EN EL NORTE DE AFRICA, ORIENTE MEDIO Y LA MANIPULACION DE LA INFORMACION ACERCA DE LAS MISMAS POR PARTE DE SECTORES DE LA IZQUIERDA OCCIDENTAL. ESTOS NO HAN DEJADO DE DEFENDER LA INTERVENCION DE LA OTAN DIRECTA EN LIBIA, ENCUBIERTA EN SIRIA, ASI COMO LEGITIMIZAR EL PODER DE LOS HERMANOS MUSULMANES, USURPADORES EN EGIPTO Y EN TUNEZ.
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Decíamos con claridad que no ha habido ninguna revolución, ni árabe, ni de primavera ni de otra estación, tampoco la del jazmín como lo siguen repitiendo con superficialidad corifeos de una prensa occidental pagada por potencias y financieros foráneos.
Como es sabido, lo cierto es que arrancó desde Túnez a mitad de enero 2011 una insurrección popular pacifica y victoriosa pronto seguida en el Norte de Africa con triunfo en Egipto pero fue frustrada en Marruecos y también más allá en Yemen y Bahréin, dos países del Oriente Medio. Ese gigantesco movimiento popular sin partidos ni guía al frente tomó por sorpresa al mundo, en particular Occidente. No así Washington e Israel con sus conocidos preparativos desde finales de siglo para emprender su proyecto neocolonial con el despliegue de sus fuerzas invasoras e intervencionistas para rediseñar lo que llamaron el “Nuevo Gran Oriente Medio”, empezando ya con la invasión de Afganistán e Iraq. Ellos estaban listos para recuperar y desviar hacia su beneficio los logros de estos pueblos insurrectos. Más aún, muy rápidamente se aprovecharon del legitimo descontento local de poblaciones en Libia y Siria para intervenir directamente en el primero, indirectamente en el segundo, con fuerzas masivas mercenarias encubriendo sus crimines bajo el pastiche de “revolución” dentro de ese mismo contexto insurreccional regional creado en Túnez. Su caballo de Troya en todos estos países sigue siendo la Cofradía de los Hermanos Musulmanes con su cortejo de milicias fascistas y tropas mercenarias armadas.
Tanto durante los bombardeos de la OTAN contra el territorio de Libia como hasta hoy con las agresiones contra Siria, dos países soberanos, elementos de la izquierda europea y en los EE.UU., y por supuesto a través de los monopolios de medios de comunicación occidentales, le hacen la pregunta a cualquiera que se opone a estos crimines diciendo: ¿Es Ud. a favor o en contra del dictador? Pregunta tramposa, cínica y de mala fe. Los objetivos estratégicos de las fuerzas intervencionistas nada tienen que ver con ayudar a los pueblos derrocar dictaduras. Primero, los dictadores en países del sur fueron y siguen siendo creaturas de las propias fuerzas imperiales coloniales y neocoloniales: los Duvalier, Batista, Somoza, Strossner, Pinochet, Suharto, Marcos, Chah de Irán, Mobutu, Ben Ali, Mubarak y tantos otros dictadores pasados y actuales. Acordémonos de Nixon cuyo ministro calificó Mobutu de “s.o.b.” (h.de p.), le contestó: “¡Pero es NUESTRO h. de p.!”. Luego, cuando esos títeres a la vez tiranos se desgastan con el tiempo, sus amos entonces los reponen en cambio por otros no por la supuesta “democracia” made in USA.
Como ya dicho, en las regiones que nos ocupan del Norte de Africa y Oriente Medio, el recambio de títeres –conservando todavía por ahora algunos autócratas como los sauditas y los del Golfo– se ha adjudicado a la Cofradía de los Hermanos Musulmanes. La propaganda masiva de los medios occidentales a favor de un ‘Islam político” --producto del nuevo proyecto imperial en regiones estratégicas por sus riquezas en hidrocarburos y en función del proyecto expansionista sionista--, esa propaganda cuenta, vale recalcarlo, con una quinta columna, plumíferos de la izquierda blanda occidental. A ver si pueden ocupar mejor sus talentos en desenredar los devastadores problemas internos de sus países en decadencia.
En breve, trataremos esbozar aunque en parte (y en la próxima entrega) elementos de la nueva tragedia –ocultada por los monopolios informativos- que acontece en nuestros países. Nos hallamos en situaciones peores aún a raíz del nuevo intervencionismo imperial. En plena convergencia con esas fuerzas, sus vasallos de servicio, haciendo uso del Islam como negocio propio, han provocado deliberadamente catástrofes de altas proporciones en los dos últimos años con el fin de debilitar hasta destruir los Estados nacionales actuales.
En Libia
Que haya habido serio descontento por el desigual reparto de la renta petrolera y demás motivos sociopolíticos, era asunto interno de los libios. Dicho de paso, de esas riquezas se benefició incluso un candidato presidencial francés para su campaña electoral. Luego una vez en el poder, conspiró y juntó sus fuerzas militares en contra de su generoso donador hasta ocasionarle muerte por tortura y deshonroso linchamiento público. En el terreno, los aliados de la OTAN con su títere del Qatar trajeron a Libia en sus aviones a los mercenarios del Qaeda. En Afganistán, eran inicialmente pura creatura de la CIA en su lucha contra de la URSS, luego pasaron a ser sus enemigos catalogados como terroristas en el propio Afganistán y en Iraq. Más tarde, los cortejaron y los usaron como carne de cañón en Bosnia para fragmentar a Yugoslavia; finalmente les sirven de nuevo en Libia y ahora en Siria. Sin duda, se trata del mercenario a sueldo más tonto, más brutal y más barato de la historia.
Hoy Libia es un territorio devastado, entregado al salvajismo más increíble, un Estado destruido, un pueblo disperso en simili-tribus con múltiples subdivisiones como aruchâat (plural de “arch”, significa “clan”). Allí reinan un sinnúmero de milicias seudo-islamistas y de otras tendencias fuertemente armadas: roban, secuestran, violan a mujeres, a hombres y niños, asesinan a mansalva, atentan con bombas, llevan a cabo caserías de tipo Ku-Klux-Klan en contra de trabajadores foráneos provenientes de la franja sureña del Sahel: Chad, Níger, Nigeria y Mali. Los van buscando por color de piel, los arrestan, los encierran en sitios secretos, los torturan y los matan. Consideran que no son dignos de recibir sepultura para no “contaminar” la tierra libia. Por eso queman sus cadáveres. Gozan de impunidad absoluta.
En tanto como Venezuela, Libia posee en su subsuelo una de las mayores reservas mundiales de petróleo crudo y la segunda mayor reserva acuífera del mundo, riquezas naturales hoy en manos de consorcios occidentales, bajo vigilancia de los marines yanquis. Para desgracia de sus vecinos, egipcios y tunecinos, los libios se sustentan de forma a la vez parasitaria y criminal en ciertos casos como se da a través del mayor contrabando jamás visto, armas de guerra de todo tipo contra productos del mercado provenientes de estos dos países. Infiltran pues armas sofisticadas para uso de los “jihadistas” de nueva tinta en Túnez. Con el pago, se llevan productos comestibles de toda índole, incluyendo el agua, animales vivos, gasolina, así como camiones con fosfato y materiales de construcción. Por supuesto, particularmente en Túnez, esta situación ha creado un desabastecimiento brutal crítico.
Con todo, durante el bombardeo a Libia, se habían refugiado en nuestro país más de millón y medio de familias libias, trabajadores de varios países africanos y asiáticos. Gran parte de las familias libias fueron atendidas con calor solidario en casas particulares y sin condiciones. Unos seiscientos mil ciudadanos libios siguen viviendo aquí sin idea de regresar a su país. Más familias andan dispersas por otras latitudes, habiendo perdido sus seres queridos y bienes materiales. Todavía no se conoce a cabalidad el número de muertos, desaparecidos al igual que los heridos tanto durante los bombardeos como por la violencia criminal y política desatada hasta hoy en día en el país vecino.
Difícil no asociar como en una terrible pesadilla la tragedia del pueblo libio – víctima de la rapiña salvaje imperial por su gran riqueza natural- y la Patria de Bolívar y Chávez –siendo la mayor reserva mundial certificada de hidrocarburos, gas y un alto potencial de muchas otras riquezas naturales– a la hora en que nos llegan esas disonante y altamente preocupante noticias desde Caracas hablando de otro intento más de golpe de Estado con la mano peluda metida y obvia del “vecino del Norte revuelto y brutal que nos desprecia” –como bien acertaba nuestro José Martí quien también asociaba Patria con Humanidad.
(Continúa tercera parte…)
* Miembro del Frente Popular. Túnez
www.shaahidun.wordpress.com
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