Verdaderamente que el capitalismo como tal, envuelve a todos aquellos que lo profesan en actos de corrupción. Tenemos como ejemplo de ello, a un político que no es de la confianza en América del Sur y El Caribe, como Martinelli.
Sabemos que la Zona Libre de Colon que opera desde los años 48, mantiene un sistema de excepción fiscal y factura aproximadamente unos 29.000 millones de dólares al año.
Ahora bien, esa excepcional operación que se mantuvo va decayendo paulatinamente, yo diría en caída libre, desde 2.013 debido a que dicha zona se encuentra afectada por la desaceleración de sus operaciones, por el deterioro del entorno económico e indudablemente por la disminución de las operaciones del famoso Canal de Panamá. Ello es así, por lo que se muestra en su movimiento de contenedores de los puertos terminales de Panamá y Colón y muchos han afirmado que de manera especial estos desmanes son producto del conflicto arancelario con Colombia y de una supuesta “crisis” política generada en Venezuela.
En este último aspecto, debo significar, que hacia allá van dirigidos los efectos de estas guarimbas y desestabilizaciones que tratan de lograr los apátridas del la oposición, que son marcados por las agencias noticiosas internacionales con preeminencia. De tal manera que la crisis del Canal de Panamá quieren ahora achacársela a la “CRISIS POLITICA” que supuestamente vivimos en Venezuela, otro gran disparate que tratan de imputar, para esconder los verdaderos actos criminales por los cuales viene pasando la economía de Panamá.
En efecto, por lo que se sabe de ese conflicto con Colombia, tenemos el decreto 074 de 2013 donde se establece por parte de este país, un arancel ad valorem de 10% sobre textiles y calzados que provengan de la Zona Libre de Colón, ello sumándole un 15% especifico por peso.
Este arancel y su prorroga ha sido ordenado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos “ique” para combatir y limitar el contrabando desde Panamá, sin importarle nada que entre ambos países se suscribió aquel famoso y oscuro Tratado de Libre Comercio, que en definitiva este presidente colombiano teme en su aplicación general debido al miedo que representa su ejecución a raja tablas, al parecer, este se ha dado cuenta que no es funcionable tal tratado y no lo aplica. Por esto el Gobierno de Martinelli, incoo demanda contra Colombia ante OMC.
La reducción de las operaciones de la Zona Libre de Colón se ha manifestado en un 25%.
Ahora bien, se conoce de fuetes empresariales panameñas, que empresarios importadores venezolanos que adquieren productos en la Zona Libre de Colón, deben más de 700 millones de dólares a los proveedores panameños y que otras fuentes lo llevan a 1.200 millones de dólares.
Pero lo cierto es que Surse Pierpoint, ex presidente de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón afirmo que nadie sabe con certeza de cuanto es la deuda, porque eso no es algo que se publica ni hay una bolsa de cuentas por cobrar, pero la cifra que he escuchado repetir es de 700 millones de dólares.
Hoy la situación de esta crisis ha pasado a otros rumbos, cuando Martinelli genera un conflicto político con nuestro país, aun cuando el Gobierno de Nicolás Maduro había tratado de regularizar las supuestas obligaciones de importadores venezolanos.
Ahora bien, surgió como muestra de que nuestro gobierno tiene razón y donde se marcó distancia en este conflicto, cuando el responsable de la Economía y Finanzas del Gobierno de Martinelli, Frank De Lima, admite en una entrevista que le hacen en Telemetro Reporta, que los empresarios de la Zona Libre de Colón le sobre facturaban a los venezolanos para “ayudarlos” a sacar los dólares, admitiendo con ello, que los empresarios de su país cometen delitos fiscales y lavado de dólares.
Por eso comparto indudablemente las ordenes emitidas por nuestro presidente Nicolás Maduro Moros en el sentido de romper relaciones comerciales con Panamá.
Todo no se queda allí y hay que destacar que las actividades de este personaje siniestro Martinelli, van un poco más hacia campos delictuales, ello no lo digo yo, sino que así lo manifiestan, investigaciones que realizan las Procuradurías de Roma y Nápoles a Valter Lavítola, por la formalización de los contratos entre Panamá y Finmeccanica por 250 millones dólares, para la compra de 19 radares, seis helicópteros y un mapa digital, así como para la construcción de cárceles modulares en Panamá. Las investigaciones abarcan una larga lista de cargos en su contra, entre los que están el fraude de quiebra, lavado de dinero y corrupción internacional, a través de empresas italianas en Panamá.
Martinelli, igualmente es mencionado en los expedientes de las Finmeccanica el cual es el segundo grupo industrial italiano con 30% de participación del Estado que desarrolla sus actividades en los sectores de la aeronáutica, helicópteros, espacio, electrónica de defensa, energía y transporte. El grupo tiene varios frentes judiciales abiertos por corrupción en contratos en La India, Nigeria y Panamá.
También se supo que el presidente del consocio de empresas que habría pagado sobornos para construir cárceles en Panamá, Mauro Velocci, declaró como testigo del caso ante los fiscales de Nápoles encargados del caso, que Lavitola era el mediador ante Martinelli y otros miembros de su gobierno. En particular habría sido el intermediario en el pago de sobornos al gobierno panameño con el objeto de obtener una concesión por 176 millones de dólares para construir cárceles modulares en el país centroamericano. Sin embargo, el negocio, tras el pago de 530 mil euros y 140 mil dólares en sobornos, no fue concluido.
Ahora como le queda el ojo a aquellos que no han creído en estas denuncias?
Venezuela se aparta de estas actividades capitalistas y corruptas, claramente así se puede colegir, manteniéndose, en sus relaciones comerciales internacionales, una pulcritud tal que nos favorece mundialmente.