Timochenko, Gabino, Aronson, Trinidad

El cierre del último ciclo de negociaciones entre el gobierno de la República de Colombia y los altos representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, FARC-EP, no estuvo exento de tensiones y decisiones que parecieran afectar el difícil curso medio-final de las conversaciones dirigidas a finalizar el conflicto armado interno y darle paso a un largo y no menos complejo proceso de transición que sienten las bases jurídicas, políticas, económicas,, sociales y militares de la construcción de una nueva Colombia pacífica, democrática e inclusiva que trate de alejar de su futuro la terrible historia de muerte que ha perseguido a ese hermoso territorio durante toda su existencia republicana.

Y es que el mantenimiento de las operaciones armadas ofensivas por parte de unidades estratégicas de las Fuerzas Militares y de la Policía, en las áreas de influencia y control de las organizaciones insurgentes no pudo evitar, como era previsible, un trágico enfrentamiento armado con unidades de combate de las FARC-EP, - en situación de Cese Unilateral de Operaciones Ofensivas, la cual trajo un elevado número de víctimas entre las tropas oficiales que sivió para que el Alto Mando delas Fuerzas Militares, apoyados por el altavoz del partido Centro Democrático, del narco-paramilitar expresidente Alvaro Uribe Vélez, presionara al Presidente Juan Manuel Santos para que reanudara el uso del bombardeo aéreo contra los acantonamientos de fuerzas guerrilleras, que, aun cuando ratificaron el Cese de Hostilidades, seguramente responderán con contención pero con firmeza, a un recrudecimiento de los ataques aéreos.

Sin embargo, de la misma manera que la dinámica de la guerra tiende a ser imprevisible y de resultados inciertos, las dinámica de la Paz, sin cesación de hostilidades, genera para las Partes y demás actores y factores conexos con tal proceso, diversos escenarios, encuentros, acuerdos y desacuerdos, que requieren de una paciencia espartana y una mirada lejana, para descubrir sus consecuencias y, en razón de ello, ajustas las estrategias que se vienen sosteniendo en la mesas de negociaciones para adecuarse a tales escenarios coyunturales o a variaciones tácticas y estratégicas que se vienen produciendo en el terreno.

Por ello, cuando todo parecía que los golpes en la mesa y las amenazas de levantarse de las sillas era la respuesta a este estado de tensión, se conoció de la inesperada noticias de que el Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP, Rodrigo Londoño Echeverri, también conocido como "Timochenko" y el legendario Comandante del Comando Central del Ejército de Liberación Nacional, ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, también conocido como "Gabino", con la autorización del gobierno colombiano, habían sido trasladado desde las selvas de Colombia a la isla de Cuba, con el fin de sostener conversaciones dirigidas a unificar criterios sobre el proceso de dialogo y aproximación que el ELN viene sosteniendo desde el pasado año con el gobierno de Juan Manuel Santos y el avanzado proceso de negociaciones que han adelantado las FARC-EP, con vistas a una posible dinámica de negociaciones separadas pero con agenda común que permita culminar ambos procesos con acuerdos sobre cambios políticos, transformaciones económicas, derechos sociales desmovilización, dejación de las armas, Justicia Transicional, reconocimiento e indemnización a la víctimas.

Por si fuera poco, el gobierno de los Estados Unidos, que siempre despreció a las FARC-EP, acusándola de organización "terrorista" y "narcotraficante", sorpresivamente decidió nombrar a Bernard Aronson, para el "seguimiento" del proceso de Paz en Colombia, lo que representó el cambio más importante dado por el gobierno del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama durante todo el proceso de Paz; lo cual fue potenciado por la "filtración" de que el Presidente Santos, a solicitud de la representación de las FARC-EP, había accedido a solicitarle al gobierno de los Estados Unidos se permitiera la presencia del Comandante del Secretariado de las FARC-EP, Ricardo Palmera, también conocido como "Simón Trinidad", para que se incorporara a las negociaciones de Paz de la Habana, dado que la libertad definitiva de éste comandante y otros guerrilleros presos en los Estados Unidos, es para la guerrilla un asunto de "principio" para la culminación exitosa de las negociaciones.

Con tales jugadas en el "tablero de ajedrez" de la Paz colombiana, teniendo como base los acuerdos ya avanzados en materia de tierra, drogas y participación y la iniciativa, con apoyo internacional, para el desminado conjunto de algunas zonas cercanas a poblaciones del Cauca, existen razones para pensar que, pese a las provocaciones de los derrotados jefes militares colombianos y su fanfarrón Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón y, a la estridencia reaccionaria del hoy narco-paráco senador Alvaro Uribe Vélez, la dinámica de Paz parece imponerse a la inercia trágica de la guerra fraticida y un tiempo de Paz, Democracia y Justicia Social parece abrirse para el martirizado pueblo colombiano y todos los pueblos de la América del Sur.



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Yoel Pérez Marcano


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