Pocos gobiernos han tenido que negociar ayudas o "rescates" financieros con la maquinaria neocolonial de banqueros que domina al centro Capitalista y su periferia en las condiciones de presiones, amenazas y chantajes que las sufridas por el gobierno de la República de Grecia que encabeza Alexis Psipras porque, a diferencia de los otros casos recientes en suelo europeo, esto es: España, Finlandia, Francia, Portugal, Italia e Irlanda, en la milenaria Grecia existe un gobierno indiscutiblemente de izquierda, con un movimiento social que lo apoya en su confrontación con la Europa de los Banqueros, cuya inequívoca expresión fue el apoyo del 61 o/o del electorado en el referendo del pasado 5 de Julio.
Al Reino de España del neofranquista Mariano Rajoy, la señora Angela Merkel le salvó todos sus bancos privados cobrándoles el precio de entregar el sistema pensional, la precarización de los contratos, las rebajas de salarios, la privatización de los servicios, el aumento de los impuestos indirectos (IVA) y la generación de hasta el 24 o/o de desempleo (54 o/o entre los menores de 30 años), porque se trataba de un gobierno neoliberal que, además, esta plegado a las políticas agresivas del imperialismo en el norte de Africa, El Medio Oriente, Afganistán y América Latina. Por algunas de tales razones, con algunas variantes en la severidad del programa, fueron aplicadas en los otros países europeos en situación de crisis, favorecidos por el control que la canalla mediática capitalista tiene en el control de la información internacional, lo que les permite opacar la visibilidad de los perversos efectos sociales de tales políticas y la pérdida de autonomía de sus gobiernos y la soberanía de sus Estados.
A la Grecia del derechista Samara y el socialtraidor de Papadopoulos; el Banco Central Europeo, La Comisión Ejecutiva de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional – la tristemente famosa Troyka de prestamistas usureros" - la dieron "el santo y la limosna" para tratar de salvar su permanencia en sus gobiernos entreguistas, luego de haber elevado la deuda pública a 320 mil millones de Euros, que representa el 118 o/o del Producto Interno Bruto del país; medidas políticas que no surtieron el efecto esperado porque, de todas maneras, los daños a la economía nacional y, especialmente, a la economía popular, ya estaba, hechos y, poco a poco, entre marchas y enfrentamientos de calles y huelgas de servidores públicos y trabajadores privados, se seguía generando una confluencia social y política alrededor de la Coalición de Izquierda Syrisa y de su joven líder Alexis Psipras, quien finalmente, con el 35 o/o/ de los votos y la ventaja del sistema de distribución de escaños en el Congreso, alcanzó ser nombrado como Primer Ministro, apenas en enero del presente año 2015.
De allí en adelante, la Europa de los Bancos, la Burocracia elitista de Bruselas, los gobiernos neocoloniales de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, soltaron todos sus demonios ideológicos contra la izquierda helena y Alexis Psipras, con un paquete de medidas que hasta el mismo FMI y algunos pocos gobernantes europeos, reconocían públicamente que no era viable ni sostenible en el tiempo, por lo que había que conceder préstamos, reprogramar los pagos e, incluso, otorgar una "quita" (condonación de pagos de los préstamos y/o intereses) para aliviar la carga financiera a Grecia y así favorecer la recuperación de su economía y el cumplimiento de los pagos de su deuda.
Ante el Plan para la Capitulación, Rendición y Derrota del gobierno de la Izquierda griega y la reimplantación de los gobiernos neoliberales promovida por la Troyka Usurera, la respuesta fue la movilización y la unidad de los trabajadores y la mayoría del pueblo griego y la convocatoria al referendo del domingo 06 de julio, ampliamente ganado por la rechazo a ese programa pero con una condición fundamental provenientes de sectores de la mayoría social: hacer todo lo necesario y posible para mantenerse en la Zona Euro y a Grecia en la Unión Europea; apoyos que permitieron mantener, hasta el último minuto, la resistencia contra el Plan Merkel, defender el mantenimiento de salarios y pensiones pero cediendo en el aumento del IVA, las jubilaciones anticipadas y la creación del fondo garantía, aunque con algunas variaciones a la propuesta de la Troyka.
En las circunstancias de debilidad económica y financiera interna, a pesar de los apoyos del referendo y los ofrecimientos de ayuda de Rusia, China y Venezuela y la solidaridad del movimiento social europeo; rechazar el Plan de la Troyka-Merkel y darle "una patada a la mesa" era conducir a Grecia a una crisis de gobierno, con el derrocamiento de Alexis Psipras y la Coalición de Izquierda y abrir el camino para la reinstalación de la coalición de gobierno de derechistas de Samara y socialdemócratas de Papadopoulos y la imposición de un programa aún más severo, convirtiendo a Grecia en un Protectorado de los alemanes, como los fue de 1.941 a 1943, cuando las tropas de otro gobierno burgués alemán, dirigido por Adolfo Hitler, invadieron a Grecia para controlar la rebelión contra las tropas italianas del fascista Benito Musolini.
Hoy, Grecia tiene un gobierno digno y honesto de izquierda, con una voluntad y decisión de defender los derechos sociales del pueblo heleno, de seguir enfrentando, con la Europa de los Pueblos, la estrategia neocolonial de la Europa de los Banqueros y dispuesta a sortear el "Grillete de Hierro" que le impusieron, esperanzados en el proyecto de gasducto Rusia-Europa, las inversiones chinas en la industria de construcción naval y en la recuperación y ampliación de su infraestructura portuaria, aeroportuaria y de navegación de transporte y turismo, el posible reclamo de las deudas e indemnizaciones de guerra del Estado Alemán, - sucesor del Estado Nazista de Hitler - (casi del mismo monto de la deuda actual griegas) y el favorecimiento de un cambio importante en la coyuntura política, financiera y económica europea y mundial, que ayude al pueblo griego y a su gobierno de izquierda, a salir del profundo hoyo a donde lo lanzaron los burgueses evasores de impuestos y contrabandistas de divisas, los gobiernos derechistas neocoloniales y las políticas usureras de préstamos de sus "socios" de la Unión Europea y el FMI.
En esas condiciones, con unidad del pueblo y los trabajadores, los griegos podrán vencer a sus enemigos internos y externos y abrir un nuevo camino de esperanza y libertad.